¿Los comerciales contra AMLO modificarán la decisión de voto del elector?
Las propuestas no sirven para ganar una elección, la decisión de voto de los ciudadanos es emocional, asegura Iván Gamboa Song, estratega político y socio director de la compañía Sufragio Consultores. Por esta razón, los políticos recurren a las campañas de contraste, es decir, engrandecen las debilidades de sus contrincantes -como la avanzada edad de López Obrador o su insistencia para gobernar al país- para desprestigiarlos y reducir su número de simpatizantes.
Gamboa Song menciona que uno de los principales objetivos de esta estrategia de marketing es generar miedo, duda e inestabilidad entre los ciudadanos. “Cuando los mensajes que hablan mal de un político o destapan los actos de corrupción que ha cometido causan una herida social, entonces podemos hablar de una campaña exitosa”, refiere el estratega político.
Así sucedió en 2006 con la campaña ‘López Obrador, un peligro para México’, creación del consultor político Antonio Solá Reche. Esta iniciativa, que consistió en difundir una serie de spots en los que se infundía temor en la población al decir que el gobierno del ahora candidato de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ traería crisis, devaluación y desempleo al país, tuvo el efecto esperado.
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“Hace 12 años esta campaña modificó la decisión de voto de los electores, quienes se sintieron amenazados y preocupados por lo que podía pasar”, detalla Alonso Huitrón, especialista en comunicación y campañas políticas y asesor de la estrategia digital del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Sin embargo, expone Huitrón, los anuncios que hoy se difunden con la misma temática ya no tienen la misma repercusión en los ciudadanos, mucho menos en los indecisos, quienes son los que prestan más atención a la conversación debido a que están más abiertos a recibir propuestas que los electores decididos.
“Andrés Manuel López Obrador ha estado expuesto mucho tiempo a los ataques de terceros, por lo que a diferencia de 2006, ahora los spots en su contra ya no dañan su imagen. Al contrario, la popularizan”, expone Fernando Cano, directivo de la agencia Ayopa Opinión Pública, Marketing y Comunicación Política.
Iván Gamboa Son dice que anuncios como el recién lanzado por el partido Nueva Alianza, en el que se compara a López Obrador con un hombre mayor que enamora a su novia a través de la palabra y la insistencia y la convence para vivir con él a pesar de la negativa de los padres de la joven, es el ejemplo de que la estrategia de contraste implementada fue un fracaso. “Lo único que hacen los representantes políticos es poner al personaje en la agenda cotidiana, darle exposición y hacer que todos hablen de él”.
Si bien el elector ya está ‘vacunado’ contra los spots que atacan a Andrés Manuel López Obrador, la situación es distinta con otros candidatos. Esto lo vemos con el spot que lanzó el mismo partido contra Ricardo Anaya, candidato de la coalición ‘Por México Al Frente’, en el que se le compara con un muchacho posesivo con sus novias.
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“Hasta hace unos meses Anaya iba subiendo en las encuestas, empezó a darle batalla al líder, pero la difusión de sus actos corruptos lo han hecho decaer. Por eso, cualquier anuncio que saquen contra Anaya ahora lo va a perjudicar”, menciona Fernando Cano.
El problema, asevera Andrea Rodríguez, directora del Centro de Formación en Marketing Político, es que hay un grupo muy pequeño de la población que realmente está atento a las propuestas de los candidatos e investiga si lo que se dice en los anuncios es verdad o mentira. Esto explica que la campaña como la de 2006 tuviera tanto éxito.
“Los partidos ya tienen estudiada a la población vulnerable y saben que las campañas de contraste son efectivas. Esto es parte de la guerra electoral. Aunque en estas elecciones, el hartazgo de la ciudadanía por los políticos está cambiando la forma en que reciben los mensajes negativos. De hecho, hasta ahora, podemos decir que muy pocos se dejan influenciar por estos anuncios, concluye”.