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Comunicación, el sello de AMLO en 100 días de gobierno

La naturalidad con la que emite mensajes ha logrado que los ciudadanos no demanden explicaciones, sino que confíen en sus acciones, aseguran expertos.
dom 10 marzo 2019 05:00 AM
AMLO.
Andrés Manuel López Obrador llega a los 100 días de su gobierno con aceptación de 78%, colocándose como el presidente con mayor popularidad en los últimos 30 años.

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) - A 100 días de la llegada del nuevo gobierno, la fe ciega reina en México. Para Alonso Cedeño, socio de la consultora política Estrategia en Línea, durante este tiempo el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sabido explotar una de sus más grandes fortalezas: su estrategia de comunicación. Tanto así que la naturalidad con las que emite sus mensajes han logrado que los ciudadanos no demanden explicaciones, sino que solo confíen.

“Sin importar el tipo de información que va a brindar, todo lo que quiere comunicar responde a un solo concepto y es el cambio que se está viviendo en el país. El presidente se ha encargado de dejar claro que las cosas ahora son diferentes, que probablemente duela y no todo sea tan rápido como debería, pero ese es el precio que se debe pagar por los errores del pasado”, explica el experto en marketing político.

Esta habilidad, que ha demostrado tener desde que era jefe de gobierno de la Ciudad de México (entre 200 y 2006), lo convierte ahora en un presidente atípico, porque se presenta con una dinámica diferente a la de sus antecesores. Y esto es lo que que lo vuelve confiable ante el público: que todas las mañanas brinde una conferencia de prensa satisface la demanda de transparencia de los ciudadanos, asegura Iván Gamboa-Song, socio director de Sufragio Consultores.

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Además, agrega el experto en comunicación política, le ha permitido dominar la agenda pública y no solo en los primeros días de su gobierno, sino desde que ganó las elecciones presidenciales el 1 de julio pasado. Esta capacidad de poner en la mesa un tema distinto cada día y de generar polémica con sus declaraciones lo ha llevado a tener altos niveles de aprobación. Según una encuesta publicada por El Financiero, López Obrador llega a los 100 días de su gobierno con aceptación de 78%, colocándose como el presidente con mayor popularidad en los últimos 30 años.

La audiencia ha sido cautivada, dice Alejandro Rodríguez, presidente del comité organizador de Reed Latino Awards, certamen que reconoce lo mejor de la comunicación política en América Latina. Sin embargo, la estrategia de comunicación del presidente debe evolucionar, ya que además de que será agotador para él y su equipo mantenerse activo todo el tiempo, la falta de planeación le está generando ciertos problemas, como imprecisiones en la información que comparte en sus conferencias de prensa matutinas. “Que el presidente no lleve los datos correctos o no conozca 100% del tema le genera algunas críticas que, si bien ahora no han trascendido, podrían convertirse en crisis”, indica el experto.

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También debe cambiar su protocolo, advierte Humberto Gutiérrez, fundador y director de la consultora de imagen pública Consejos imagen, pues ha cometido errores de presentación en sus conferencias de prensa que dejan ver su inexperiencia en el tema. Gutiérrez explica que si bien en México la gente se ríe de estos tropiezos, podrían generarse problemas cuando se presente en eventos internacionales, por lo que es recomendable que el presidente sea más formal en sus presentaciones, tal y como lo indica el protocolo diplomático.

El gabinete presidencial

A diferencia de otros equipos presidenciales, el de Andrés Manuel López Obrador es discreto y poco protagonista. Su gabinete de secretarios no sale a dar la cara ante cualquier duda de la prensa o del electorado -como sí sucedía con Enrique Peña Nieto-, al contrario, es el presidente quien ‘para los golpes’ y después decide qué persona emitirá el mensaje que complemente su información.

“Es un modelo de trabajo incondicional. Todos y cada uno de los integrantes de su gabinete están alineados a su cultura. El presidente no se rodea de personas que le hagan sombra, sino que refuercen sus mensajes básicos, que estén con él en cualquier momento, sean discretos y no destaquen a menos que él así lo desee”, asegura Alonso Cedeño.

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Esto es lo que sucede principalmente con Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y con Marcelo Ebrard, titular de Relaciones Exteriores. Ambos políticos, según Alejandro Rodríguez, son los que mayor relevancia han tenido en estos 100 días de gobierno, aunque desde un plano secundario: si bien ambos hacen su trabajo en materia de comunicación, claramente se observa una disciplina a las órdenes del presidente.

“Todos los integrantes del gabinete han sido reducidos a un solo tema: el eje de la comunicación del gobierno es el presidente, él decide a quién le da juego en su gobierno y quién tiene la posibilidad de hablar. Esto ha hecho que tengamos secretarios que no responden prácticamente nada de lo que ocurre en tiempo real. Esta es un área de oportunidad que deben explotar, pues entre mayor capacidad de reacción tengan los voceros, más fácil será para Andrés Manuel López Obrador parar una crisis”, expone Iván Gamboa-Song.

Pese a esto, Humberto Gutiérrez reconoce que estar alineados les ha permitido ser congruentes entre lo que dicen y hablan. Incluso, el cuidado no solo ha sido en los mensajes, sino también en su imagen, ya que en estos 100 días se ha visto la evolución en la vestimenta de las mujeres del gabinete, quienes ahora se presentan más formales e interesantes, lo que les brinda protagonismo. “Pasaron de verse viejos y acartonados a formales y poderosos”, indica.

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