E: ¿Ser mujer ha sido impedimento para crecer en esta industria?
LC: Este negocio es de hombres. Entrar y ganarme un lugar para negociar y trabajar de la mano con ellos es un gran logro. Esto tiene que ver con que tú te lo creas. Trabajar con un hombre ha sido bueno, a veces tienen comentarios que están fuera de lugar, pero se trata de poner límites cuando las cosas no te gustan y ellos entienden. Al final de cuentas, esto es una labor de equipo, lo que hacemos aquí involucra muchas áreas y personas, necesitamos de cada una de ellas. Es como un engrane que va cambiando y nos hace laborar con diferentes equipos. Ahora hay cada vez más mujeres ejecutivas, principalmente, en Estados Unidos, pero aquí también hay un gran avance. Además hay una situación compleja, que es la de los compadrazgos y amiguismos, eso también nos afecta a nosotras porque al ser una industria dominada por hombres, pues son ellos quienes se quedan con todo. La única manera que he encontrado de combatirlo es siendo impecable en mi trabajo. Eso derriba cualquier impedimento. Quizá todavía haya gente a la que le den un trabajo sólo por ser conocido de alguien, pero si no da el ancho, jamás regresa. Lo importante no es llegar, sino mantenerte en la cima.
E: ¿Después de la nominación al Oscar, ¿qué sigue?
LC: Cuando nominaron a Marina de Tavira nos empezaron a llegar más solicitudes de talento. Pero no las hemos aceptado porque tenemos medida nuestra capacidad de atención y si nos excedemos, no ofrecemos un buen servicio. Somos los responsables de las carreras de las personas y no queremos hacerle daño a nadie. Nuestro plan de 2019 es crecer, por lo menos, 20% y abrir nuevas áreas. Por ahora, ante la evolución del mercado, decidimos representar a directores, guionistas, fotógrafos y otros especialistas en su área. No es con celebridades, sino con gente que hace muy bien su trabajo.