Los secretos de Fátima, una historia que revive con la visita del Papa

La próxima visita del papa Benedicto XVI a Fátima, Portugal, revive un tema muy especial para los lugareños: las apariciones marianas de 1917 y los llamados "secretos de Fátima", del que uno se refiere al atentado de Juan Pablo II.
Aunque han pasado 93 años de las apariciones y una década de que se conociera el tercer secreto de Fátima, el tema sigue vigente y en los últimos años se han publicado libros en los que se asegura que existe una cuarta parte, que "contendría desgracias para toda la Humanidad".
Algunos afirman que se trató de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York, pero que el Vaticano lo calló. La Congregación para la Doctrina de la Fe (el antiguo Tribunal de la Inquisición) lo ha negado categóricamente, asegurando que no existe documentación alguna que sustente esa teoría "ni en los aposentos papales" ni en ese dicasterio.
La hermana Lucía, una de los tres pastores videntes, y fallecida en 2005, aseguró en 2001 que los secretos fueron publicados en su totalidad y no queda "nada (más)".
Las revelaciones de 1917
La profecía de Fátima está dividida en tres partes y fue revelada por la virgen a los pastores Lucía, Jacinta y Francisco en 1917 durante las apariciones del 13 de mayo, 13 de julio y 13 de octubre.
Lucía, que ingresó en el convento Carmelo y falleció el 13 de febrero de 2005, pocas semanas antes que Juan Pablo II, se encargó de redactarlos y decidió revelar sólo las dos primeras partes.
La primera vaticinaba la muerte prematura de Jacinta y Francisco (que eran hermanos y primos de Lucía) y la segunda se refería "a la visión aterradora del infierno", que después fue interpretada como el final de la Primera Guerra Mundial, y al estallido de la segunda contienda mundial, además predecía la conversión de Rusia y el fin del comunismo.
La tercera parte, la que más especulaciones desató, se conoció durante el último viaje de Juan Pablo II a Fátima, el 13 de mayo de 2000, para beatificar a Jacinta y Francisco.
Lucía siempre se mostró contraria a decirlos y cuando se hizo fue porque Juan Pablo II le dijo que los tiempos estaban "ya maduros".
Ante unas 700,000 personas y en nombre del Papa, el entonces cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, confesó en Fátima que se refería a la lucha del comunismo contra la Iglesia y al inmenso sufrimiento de las víctimas de la fe en el siglo XX.
Un mes más tarde, ya en el Vaticano, el cardenal Joseph Ratzinger -el actual Papa- fue el encargado de revelarlos totalmente y de interpretarlo, precisando que se trataba de un llamamiento a la conversión, a la penitencia y a la fe y que no incluía revelaciones apocalípticas como el fin del mundo o sobre el futuro de la historia.
Ratzinger precisó que el texto no se descubrió antes porque sor Lucía impidió que se publicase hasta 1960 y en los años siguientes.
El atentado en la Plaza de San Pedro
Antes de hacer público el "tercer secreto", la monja Lucía habló con el Vaticano y aseguró que el personaje central de la visión era el Papa, pero que no sabían su nombre.
"No sabíamos el nombre del Papa, la Señora (Fátima) no nos lo dijo. No sabíamos si era Benedicto XV o Pío XII, o Pablo VI o Juan Pablo II, pero era el Papa que sufría y nos hacía sufrir también a nosotros", contó la monja.
En el texto, la vidente habló de "un Obispo vestido de blanco que atravesando una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de armas de fuego y flechas".
Pero para Lucía no había dudas: era Juan Pablo II.
El hecho de que el Papa no muriese en 1981 tiroteado por el terrorista turco Ali Agca (al contrario de lo que le ocurre al "Obispo vestido de blanco") lo interpretó el propio Papa polaco.
Juan Pablo II siempre mantuvo que "una mano disparó (la de Agca) y otra mano (la de la Virgen) guió la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se detuvo en el umbral de la muerte".
En enero pasado, Agca fue liberado de una prisión italiana y advirtió a la Iglesia católica que él revelaría “el cuarto secreto”.
Para el Vaticano lo que está claro con esto es que el futuro no está escrito.
El secreto fue conocido por Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. Al parecer, Pío XII, que fue al primero que se le envió, no lo leyó.
Ratzinger manifestó también que el secreto es una "revelación privada" (que se refiere a visiones y revelaciones que tienen lugar una vez terminado el Nuevo Testamento) y que por ello no es necesario creerlas.
Benedicto XVI estará en Portugal del 11 al 14 de mayo. El miércoles 12 visitará Fátima. Será la quinta visita de un Papa a Fátima tras la celebrada por Pablo VI en 1967 y las tres de Juan Pablo II en 1982, 1991 y 2000.