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El coche bomba detona recuerdos de terror en la prensa colombiana

El estallido de un vehículo cerca de Radio Caracol sacudió a medios y periodistas que reafirman su dedicación a informar
jue 12 agosto 2010 05:17 PM
bogota bomba
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El atentado terrorista de este jueves frente a la sede de la estación radial Caracol en Bogotá, hizo recordar a muchos los años difíciles de la peor época del terrorismo en Colombia y de las amenazas contra los periodistas y los medios de comunicación.

Sin embargo, las reacciones de los comunicadores concuerdan en que hechos como este sólo le dan razón al oficio.

Para María Teresa Ronderos, periodista y asesora editorial de la revista Semana, el coche bomba sorprendió a la ciudadanía colombiana por el clima de tranquilidad que se respiraba con la llegada del nuevo gobierno y el hecho de que el tema de la guerra hubiera pasado a un segundo plano en los últimos días.

“El atentado tiene unas implicaciones terribles, en especial por el ambiente de distensión que estábamos presenciando, porque se había pasado la página de la guerra”, dijo Ronderos, haciendo referencia a las declaraciones del recién posesionado presidente Juan Manuel Santos sobre el enfrentamiento a los grupos insurgentes y al restablecimiento de las relaciones con Venezuela.

Además, en un video difundido en julio, Alfonso Cano, nombre que ofrece el máximo comandante de las FARC, había manejado un tono más conciliador.

Sin embargo, aún no se conocen los autores intelectuales del atentado, que dejó alrededor de 18 personas heridas. Funcionarios del gobierno han asegurado que es prematuro responsabilizar a un grupo.

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“Si se demuestran que fueron las FARC, sería terrible porque quedarían como unos mentirosos”, puntualizó Ronderos. Pero, agrega, hay que esperar qué arrojan las investigaciones. “Hay grupos que se lucran de la guerra y que no quieren un cambio en la política”.

Tampoco se sabe contra quién o qué entidad iba dirigido el atentado. Además de las oficinas de Radio Caracol, en el mismo edificio queda la sede de la agencia de noticias EFE, oficinas de entidades bancarias e incluso la oficina del ex presidente César Gaviria Trujillo.

No obstante, el director de la emisora Darío Arizmendi ha recibido amenazas de grupos guerrilleros, y un documento de 2008 del Departamento Administrativo de Seguridad de la policía, advirtió que se planeaba un atentado contra el edificio, según informó el canal RCN.

Una historia violenta

“El hecho es condenable sin importar quién lo perpetuó o contra quién era”, dijo a CNNMéxico Alfonso Ospina, director de la agencia de noticias Colprensa. “Hay que recordar que en Colombia la prensa ya ha enfrentado esas acciones y ha vivido una época muy dura. Por eso hoy la prensa está fortalecida”.

En Colombia, los periodistas han sufrido numerosos atropellos e intimidaciones.

En 1986, el director del diario El Espectador fue asesinado frente a la sede de la publicación. En las últimas dos décadas los periodistas regionales han sido amenazados y asesinados por grupos guerrilleros y paramilitares.

La familia del presidente Santos, copropietaria del periódico El Tiempo, tampoco ha escapado a acciones en su contra: Francisco Santos, vicepresidente saliente y primo del actual presidente, fue secuestrado por hombres del narcotraficante Pablo Escobar en 1990 cuando era jefe de redacción del diario.

Es posible que Caracol haya sido el objetivo. “Caracol ha sido la radio más fuerte de los últimos años y se ha destacado por su independencia y sus posiciones críticas en muchos aspectos”, explica Ronderos. “Uno no sabe qué enemigos se ganó en este tiempo”, agrega.

Para Darío Fernando Patiño, director de noticias de CaracolTV, el acto terrorista cumplió su objetivo de enviar un mensaje al haber ocurrido frente a la estación radial. “Fue una acción terrorista con fines publicitarios”, dijo a CNNMéxico.

El periodista explicó que aunque la explosión “ocurrió en una hora de poca actividad en la calle, sí pasó en la hora de mayor audiencia de la radio frente a la estación que precisamente tiene los programas con más oyentes”.

“No es una acción que necesariamente haya sido contra la prensa, sino que la aprovecha para enviar un mensaje”, concluyó.

La reacción de los directores de los principales medios de comunicación fue unánime en cuanto a la solidaridad y la firmeza en la realización del oficio.

“Vamos a procurar entregarles la información lo más pronto posible”, dijo al aire Darío Arizmendi, pocos minutos después de que se produjera la explosión, relatando los graves daños ocasionados en las oficinas de la emisora.

La periodista Érika Fontalvo , del programa Hoy por Hoy de Caracol, transmitió toda la mañana y las actividades en la cadena no se interrumpieron. Félix de Bedout, de la emisora La W también de Caracol, que ha recibido amenazas, se abocó a cubrir poco después del atentado.

“Todos ellos nos están dando una gran lección de periodismo. Ahí están los reporteros, superando los dolores y miedos propios para informar”, escribió en su cuenta de Twitter el periodista Daniel Coronell, director del noticiero Noticias Uno.

Para los periodistas es claro que no se puede interrumpir la labor ante las amenazas. En diálogo con Caracol Radio, Enrique Santos, ex director del diario El Tiempo y miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa, aseguró: “La prensa no va a ser intimidada ni amedrentada por este tipo de acciones terroristas”

Alfonso Ospina lo explica así: “Con las reacciones de hoy la prensa se fortalece más, porque la prensa no ha dejado de trabajar por estos actos y seguirá haciendo su trabajo”.

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