Cinco soldados de EU son acusados de cometer crímenes de guerra

Cinco soldados estadounidenses fueron acusados de asesinar por deporte a civiles afganos y de montar las matanzas como si fueran legítimas víctimas de guerra. El más joven de los cinco, ahora un soldado de 20 años de Idaho, regresó a casa como un hombre cambiado, dijo su madre.
Dana Holmes declaró que el Ejército no solo debió haber sabido que algo terriblemente malo había pasado, sino que los oficiales a cargo deben ser responsabilizados.
"El hombre que regresó a casa no era mi hijo", dijo Holmes. "Estaba muy delgado. Perdió como 23 kilos". Agregó que el Ejército le mencionó que tenía un parásito. "Le hice su sándwich favorito, y le tomó dos días comerse todo el sándwich. Simplemente no podía comer, no dormía".
El soldado, Andrew Holmes, era un joven saludable de 84 kilos y 18 años de edad cuando se unió al Ejército, detalló su madre. "Él vino de permiso en abril, unas semanas antes de que el Ejército iniciara una investigación bajo la sospecha del uso de drogas ilegales en su pelotón, la Compañía Bravo, Segundo batallón, del Primer Regimiento de Infantería, Brigada 5".
La familia de Holmes lo internó en un hospital en Idaho para que recuperara sus fuerzas. Le dijo a su madre que en Afganistán tomaba inyecciones de líquidos diariamente para mantenerse hidratado, una afirmación que horrorizó a su madre, quien no podía creer que el Ejército no le diera tratamiento a un soldado que estaba claramente enfermo.
Durante su periodo de descanso, dijo ella, él se mostraba paranoico, preguntando en dónde se encontraba su familia, preocupado de que alguien les hiciera daño.
Poco después, él regresó a Afganistán para reunirse con su unidad.
"Yo amenacé con romperle una pierna y mantenerlo en casa, pero él solamente me abrazó y me dijo: 'Mamá, tengo un trabajo que terminar'. Fue difícil subirlo al avión. Era la primera vez en que lo había visto desmoronarse, cuando lo subimos al avión… Él se mostraba híper-vigilante cuando al querer asegurarse de que no estábamos solos", dijo.
Al poco tiempo de que Holmes regresó a la acción, el Ejército comenzó su investigación, que rápidamente creció en alcance, con un nuevo enfoque principal por el asesinato de civiles afganos.
Holmes y otros cuatro enfrentan numerosas acusaciones, incluyendo el uso de drogas ilegales, asesinato premeditado, posesión de partes de cuerpos y posesión de fotografías de cadáveres.
Otros siete del pelotón están acusados por diversos crímenes, desde agredir a un compañero soldado que dio el pitazo del uso del hachís del grupo, hasta coleccionar partes de cuerpos como trofeos de guerra y posar en fotografías espeluznantes.
La responsabilidad
Holmes y algunos de los otros se encuentran detenidos en la base conjunta Lewis-McChord en Washington, en donde el pelotón tenía su base, para esperar una corte marcial.
Dana Holmes piensa que el Ejército debe de ser responsabilizado de lo que sucedió en el puesto de operaciones en Afganistán.
"Si ellos estuvieron fumando todo ese hachís, lo puedes oler", dijo ella. ¿En dónde estaba el mando? ¿Ellos simplemente arrojaron a estos jóvenes y dijeron adelante y a conquistar? ¿Cómo podían saber lo que estaba sucediendo? Mi hijo era un joven saludable de 18 años cuando fue enviado allá, y ahora es un desastre. Y yo no entiendo porque el Ejército no persigue a los oficiales".
El oficial acusado de más alto rango es el sargento, Calvin Gibbs. Su abogado declinó a hacer declaraciones de los numerosos cargos que enfrenta Gibbs, incluyendo asesinato premeditado. Él no ha presentado una declaración.
Gibbs ha sido descrito en numerosos documentos y discutido en videos de interrogatorios por unos soldados como el líder al que temían. Pero nadie encima de su rango ha sido acusado de ningún delito —o, de acuerdo a los abogados, disciplinado por presuntamente permitir al pelotón fabricar sus propias reglas de guerra.
Holmes es acusado del primer asesinato de un civil en enero y de conspirar con el cabo Jeremy Morlock, de disparar al civil, también sospechan que utilizó una granada para que pareciera que los soldados estaban bajo ataque.
El abogado de Morlock cuestiona esas acusaciones.
"Como he señalado anteriormente, en ese periodo de tiempo mi cliente sufría de daño cerebral", dijo Michael Waddington, un abogado civil representando a Morlock. "Él recibió tratamiento, no apropiadamente tratado con un cóctel de drogas, que le dieron a los militares".
"Nuestra defensa no es que tres personas no fueron muertas a tiros. No creo que eso esté en discusión en éste momento… Hay una cuestión de quién es el que les disparó, sea que mi cliente fuera o no mentalmente competente en el momento de los asesinatos y qué papel desempeño en la matanza".
Holmes también es acusado por de fumar hachís, posesión de un dedo humano y de posesión indebida de fotografías de víctimas humanas.
Su abogado civil, Dan Conway, dijo que su cliente no mató a ningún civil y su supervisor, Gibbs, le ordenó conservar el dedo humano.
"Todo lo que puedo decir de las acusaciones al soldado, Andrew Holmes, está asociado con, y puedo decir que no hay pruebas de que… Holmes provocó o conspiró para causar la muerte de ningún ser humano de manera ilegal", dijo Conway.
El Ejército se niega a comentar sobre cualquier aspecto de cualquiera de los casos y ha buscado limitar la circulación de la evidencia, especialmente desde que los interrogatorios video grabados de algunos soldados y supuestas confesiones escritas fueron obtenidas e informadas por medios informativos, incluido CNN.
Pero fueron los propios documentos de acusación del Ejército los que retrataron a un pelotón renegado. De forma explícita y detallada el Ejército escribió como fueron montados los asesinatos – como un compañero soldado fue golpeado y como Gibbs arrojó dedos humanos a otro soldado que creía había delatado al grupo de consumo de hachís. Incluso acusó a un soldado de poseer un cráneo humano.
Sin comentarios
Las acusaciones llamaron la atención de los medios de todo el mundo. La respuesta del Ejército: silencio en su mayoría.
El Ejército se movió para restringir a abogados el acceso a fotografías de que fueron descritas a CNN por algunos que las vieron como una serie de fotografías horribles de afganos muertos por una inspección autorizada del material en un lugar seguro en Lewis-McChord.
Un número de abogados han objetado, diciendo a CNN que el Ejército está limitando la capacidad de defensa de sus clientes, porque está más preocupado por como se están manejando las acusaciones en los medios, y cómo se perciben en Afganistán.
El Ejército ordenó a abogados militares regresar fotografías y documentos que probablemente de "forma inadvertida", les fueron enviadas.
Aquellos que han visto las fotografías dicen que son peores que aquellas que presentaban prisioneros iraquíes en poses humillantes de la tristemente célebre prisión de Abu Ghraib.
"Estas acusaciones", dijo Geoff Morrell, un vocero del departamento de defensa. "Son aberrantes incluso como acusaciones. Pero creo que eso son, son una aberración en termino del comportamiento de nuestras fuerzas, por suerte, y no creo que sean de ninguna manera representativas de cómo, sabes, los hombres y mujeres del ejercito estadounidense se comportan en el campo".
"Pero dejemos que el juicio tenga a lugar, y veamos cual es la sentencia emitida. Y hablemos con el Ejército acerca de si hay un mayor esfuerzo de intentar examinar los temas de la cadena de mando", dijo Morrell.
CNN intentó preguntar acerca de esos asuntos de cadena de mando con diversos funcionarios de la Armada de EU, como el secretario, John McHugh, y el jefe de Personal, el general George W. Cassey Jr., pero en respuesta recibió un breve correo electrónico.
"El secretario y el jefe declinan la oportunidad de realizar una entrevista".
Eso no sorprende a Dana Holmes, que dice que el Ejército ha ignorado a los soldados y a sus familias en este caso desde el principio. Ella dijo que su hijo insistió en tener un abogado presente para su interrogatorio y fue puesto bajo vigilancia durante semanas, y se le dijo que no necesitaba uno. Eventualmente accedió a hablar, pero Conway dijo que fue engañado para hacerlo, creyendo que estaba recibiendo representación cuando en realidad no había.
Christopher Winfield, el padre de otro soldado acusado de homicidio, le dijo a CNN que intentó denunciar al Ejército que su hijo le había dicho del primer asesinato, solo para ser ignorado por la armada.
Dos civiles más murieron, de acuerdo a la línea de tiempo proporcionada por el Ejército en sus documentos de acusación. Winfield dijo que si el Ejército hubiera atendido sus llamadas de auxilio, esos civiles podrían estar vivos y su hijo no estaría en problemas.
El Ejército investiga la denuncia de que trató de alertarlos.
El soldado especialista Adam Winfield está acusado de asesinato premeditado, a pesar de que fue visto en las cintas del interrogatorio diciendo que disparó su rifle, pero que apuntó arriba y falló el tiro.
Su abogado, Eric Montalvo, dijo que su cliente no es culpable de asesinato premeditado a pesar de lo que su cliente le dijo a los investigadores en el interrogatorio grabado en video.
Dana Holmes dice que no cree nada de lo que dice el Ejército.
"Responsabilizo al Ejército de todo este embrollo", dijo. "Especialmente ahora que los Winfield se han presentado y dicho que ellos le advirtieron acerca de esto. Esto estaba sucediendo y el Ejército no hizo nada al respecto".
El abogado del soldado Holmes dijo que planea plantear una vigorosa defensa de su cliente, argumentando que el no mató a nadie, que planea realizar serios cuestionamientos acerca del comando del pelotón del Ejército que todo mundo está de acuerdo se perdió terriblemente del camino.
"La única manera en que este tipo de acusaciones puedan ocurrir es que el comando esté en un completo abandono para supervisar, queriendo decir que o están o no ignorando este tipo de conducta puede estar ocurriendo", dijo Conway. "Y no se cuál es en este momento".