La mamá de las mellizas suizas pide que siga la búsqueda de las niñas
El padre de las mellizas suizas desaparecidas, Matthias Schepp, dejó escrito antes de suicidarse que quería morir junto a sus hijas, pero que finalmente no pudo hacerlo.
En una carta enviada a Irina Lucidi, la madre de las niñas, Schepp -quien se suicidó el pasado 3 de febrero en una estación de tren del sureste de Italia- manifiesta que él sería el último en morir y que las mellizas descansaban ya "en un lugar tranquilo".
"Querida mía, quería morir con mis hijas, pero no ha sido así. Seré el último en morir. Ya he hecho morir a las niñas. No han sufrido y ahora descansan en un lugar tranquilo", dice el padre en una de las cartas que le envió a su ex esposa antes de morir, según informa este sábado la agencia de noticias italiana ANSA tras un contacto telefónico con la familia.
Además, en una entrevista por teléfono desde un lugar secreto, la madre de las pequeñas asegura que ella siente en su corazón que las mellizas, Alessia y Livia, siguen vivas.
"A pesar de las malas noticias que he recibido, mi corazón de madre siente que mis hijas están vivas. Les pido pido que sigan buscando a Livia y Alessia", dijo Lucidi a la misma agencia de noticias italiana, que no informa sobre la fecha de la reveladora carta.
"Sigan buscando, no puede ser que mis pequeñas mellizas estén muertas", añadió.
Un hombre asegura haberlas visto
El dueño del bar de una gasolinera de la localidad de Ascoli Piceno, en el centro de Italia, aseguró este sábado haber visto a las mellizas Alessia y Livia Schepp junto a su padre el 2 de febrero, un día antes de que éste se suicidara en una estación de tren del sureste italiano.
En declaraciones al canal de televisión italiano de información por satélite Sky Tg24, el dueño del Bon's Bar, Stefano Bonelli, afirmó que, junto a él, hay otros cinco testigos, clientes del bar, que vieron con vida a las pequeñas, de 6 años, en el interior de un coche que paró en la gasolinera.
Bonelli, quien ya ha ofrecido su testimonio a la Policía, sitúa a las 16:00 horas del 2 de febrero el momento en el que vio a Alessia y Livia Schepp, a bordo de un Audi de matrícula suiza, con la cara apoyada en las ventanillas.
Este testimonio puede ser relevante para encontrar a las pequeñas, pues, hasta ahora, la última hipótesis que se barajaba es que no estuvieran con su padre, Matthias Schepp, en el barco de vuelta a Tolón, Francia, el 1 de febrero, después de haber viajado los tres a Córcega desde Marsella.
Los investigadores consideran como muy importantes algunos momentos vividos por el matrimonio, así como la posterior separación de Matthias Schepp e Irina Lucidi, madre de las pequeñas.
Precisamente de Ascoli Piceno, localidad de la región de Las Marcas, es originaria la madre de Alessia y Livia y allí siguen viviendo los abuelos maternos de las niñas.
Hasta estas revelaciones, la investigación policial indicaba que Schepp consultó desde su ordenador páginas de Internet que ofrecían consejos e información sobre las sustancias utilizadas en un envenenamiento, así como varias páginas relacionadas con el uso de armas de fuego.
Asimismo, el análisis del ordenador de Schepp reveló que éste consultó los horarios del servicio de barcos que unen Marsella con la isla de Córcega, trayecto que pudo haber realizado junto con las pequeñas el 31 de enero, el mismo día en el que se pierde el rastro de las mellizas.
Un día después y según la reconstrucción de los hechos realizada por los investigadores, Schepp tomó un barco de vuelta a Tolón, Francia, pero esta vez supuestamente solo.
Desde la localidad francesa, los investigadores creen que se dirigió a Italia por carretera, para suicidarse en la estación de tren de Cerignola, después de realizar varios envíos a su ex esposa y madre de Alessia y Livia con dinero sacado de distintos cajeros automáticos.