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Italia pide que no la dejen sola para combatir el éxodo tunecino a Europa

En pocos días, la isla de Lampedusa ha recibido miles de refugiados indocumentados que huyen de las crisis del norte de África
lun 14 febrero 2011 12:48 PM
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La isla italiana Lampedusa se está convirtiendo en un  centro de refugiados que huyen de la crisis política de Túnez.  La última semana Italia recibió a 5,500 indocumentados y teme la llegada de decenas de miles a la isla ubicada a sólo 113 kilómetros del norte de África. 

La inmigración masiva, calificada como un "éxodo bíblico" por el ministro del Interior de Italia, Roberto Maroni, provocó que el gobierno solicitara ayuda de la Unión Europea y decretara estado de emergencia humanitaria para hacer frente al flujo de miles de tunecinos que desembarcan en las costas y duermen en las calles.

Maroni pidió este martes una convocatoria urgente del Consejo Europeo para lograr una estrategia en la lucha contra la inmigración en el Mediterráneo y sobre la situación de los países del Magreb.

"Estamos frente a la caída del muro de Berlín, el Magreb, el nuevo 89, y Europa debe crear una estrategia a nivel de jefes de Estado y de gobierno", una iniciativa que ya lanzó el presidente del Partido Popular Europeo, Mario Mauro, y que respaldó el ministro.

Un asunto internacional

Ante la emergencia humanitaria, el país mediterráneo pidió a Europa actuar. "Estamos ante un éxodo bíblico como no se ha visto nunca", dijo el ministro del Interior, en una entrevista para el programa Che tempo che fa de la televisión pública Rai Tre. Italia necesitará tiempo para saber "quién viene por razones humanitarias, quién, sin embargo, escapa de las cárceles de su país o viene para hacer daño", afirmó Maroni.

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Maroni lamento que la petición de ayuda a la Unión Europea no haya sido atendida, sobre todo, la solicitud de la intervención de Frontex, la agencia europea que debe afrontar en el Mediterráneo los desembarcos, gestionar las llegadas, los centros de identificación y proceder a las repatriaciones.

Italia ha insistido en la necesidad de controlar el mar Mediterráneo, en especial respetar el llamado burden sharing, es decir, que todos los países de la Unión se hagan cargo de los refugiados e indocumentados.

"La crítica está más dirigida en general a Europa, de la que esperamos que pase de las palabras a los hechos, dando respuestas concretas a las peticiones formuladas desde hace tiempo por Italia", indicó Isabella Votino, portavoz del ministro Maroni.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Franco Frattini, teme que si al actual éxodo de tunecinos tras las revueltas populares se une el de los egipcios , pueda repetirse una crisis como la de 1997 con los refugiados llegados de Albania a las costas italianas tras una crisis económica.

El blindaje europeo

Mientras que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE) pide que la crisis migratoria no se solucione con la expulsión masiva de los indocumentados, otros países europeos como Francia y Alemania se mostraron en contra de enfrentarlo desde su territorio.

"Las autoridades deben gestionar esas llegadas tomando todas las precauciones necesarias, porque las personas que tienen necesidad de protección deben recibirla", dijo el presidente de la APCE, Mevlut Cavusoglu.

Cavusoglu afirmó que es "absolutamente necesario que Europa asuma su parte de responsabilidad" a la hora de ocuparse de esas personas. "Hoy es Italia la que aguanta el peso de esas llegadas, pero mañana podría ser Malta, la próxima semana Grecia y el año que viene Turquía. Concierne a Europa entera".

Francia pidió a Frontex reforzar las operaciones y advirtió que no habrá tolerancia para la inmigración clandestina, pero dejó abierta la posibilidad de recibir solicitudes individuales de asilo, de acuerdo con el ministro francés de Industria, Eric Besson.

"La lucha contra la inmigración irregular constituye una prioridad que el gobierno francés comparte con el italiano", explicó Besson quien mostró solidaridad con Italia.

Alemania también se sumó al rechazo de la inmigración. "Como es natural, no pueden venir ahora a Europa todas aquellas personas que no quieran estar en Túnez" dijo la canciller alemana, Angela Merkel el martes.  

El gobierno alemán es partidario "de resolver los problemas en los países de origen, de dar a su gente una perspectiva y con ello una oportunidad de permanecer en su propia patria", dijo Merkel en Berlín. Además, pidió reforzar el estado de derecho en Túnez para evitar el éxodo de refugiados que se registra en aquel país con dirección a Italia y la Unión Europea.

Sobrecupo en los albergues

Italia anunció sus intenciones de reiniciar el mecanismo de patrullaje de las costas norafricanas, que hasta hace algunos meses llevó a que la inmigración clandestina cayera a cero, dijo el canciller italiano Franco Frattini.

Túnez rechazó la petición en un comunicado y pidió la no intervención en asuntos internos y aseguró que el país del Magreb está preparado para enfrentar la oleada de inmigración clandestina que llega a Europa.

Frattini recordó la ayuda que se prestó a Albania cuando "llegaron 15,000 personas en una semana y la emergencia se resolvió con una patrulla italiana en aguas albanesas. El gobierno de Tirana aceptó nuestra ayuda y el flujo migratorio terminó".

"Por ello espero que las autoridades tunecinas acepten el modelo de Albania, porque cuando los traficantes de personas ven las patrullas a una milla de la costa, no dejan salir las barcazas", destacó Frattini.

Mientras tanto, el centro de identificación y expulsión de migrantes en Lampedusa, cerrado desde 2009, reabrió sus puertas.

El centro, con capacidad para 800 personas, alberga a más de 2,150 personas procedentes del norte de África. La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) celebró la reapertura, pero pidió que las autoridades trasladen a otros puntos de Italia a los recién llegados y que respeten los estándares mínimos de recepción.

"Los traslados desde Lampedusa deberían incrementarse dados los acontecimientos de los últimos días, y ante la realidad de que la isla es demasiado pequeña para asumir el número de inmigrantes llegados", según la OIM.

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