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La 'Revolución de los Tulipanes' se encuentra con la 'Primavera Árabe'

Mientras la "Primavera Árabe" domina las noticias, Kirguistán celebra el primer aniversario de su "Revolución de los Tulipanes"
vie 22 abril 2011 10:59 AM
Kirguistán - Rosa Otunbayeva
Kirguistán - Rosa Otunbayeva Kirguistán - Rosa Otunbayeva

Mientras la "Primavera Árabe" domina las noticias, Kirguistán celebra el primer aniversario de su "Revolución de los Tulipanes", el levantamiento que derrocó al régimen autoritario del presidente Askar Akayev .

Ahora, la mujer que lo sustituye,  Rosa Otunbayeva , sigue la evolución del alzamiento en distintos países del Medio Oriente y África del Norte, mientras enfrenta las consecuencias de la revolución gestada en su propio país.

"Es  todo un camino difícil y espinoso", dijo durante una visita a Washington, donde el 8 de marzo pasado recibió el premio "Mujeres de Valor", otorgado por la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

La cobertura permanente y continua, sin escalas, que los medios de comunicación han realizado de las revoluciones árabes muestra un agudo contraste con las noticias limitadas de la "Revolución de los Tulipanes" y Otunbayeva lamenta que la violencia en Kirguistán no provocara la indignación internacional como ha ocurrido con los alzamientos árabes.

"El 7 de abril (del año pasado) a una multitud acudio a la plaza central frente nuestra 'Casa Blanca'", dijo. "Ellos fueron asesinados directamente desde el techo. Ochenta y siete personas murieron, cientos resultaron heridos. Sin embargo, nadie definió eso como inaceptable o escandaloso ".

En julio del año pasado, después de que el presidente Akayev huyó del país, Otunbayeva prestó juramento como líder provisional, y se comprometió a servir por 18 meses hasta las nuevas elecciones. 

E hizo historia, convirtiéndose en Asia Central en la primera jefa de Estado y de gobierno de un tradicional país de mayoría musulmana.

Pero hacer historia no resuelve la montaña de problemas que enfrenta. El gobierno de Kirguistán lucha par no ser bloqueado.  Hay retos importantes, dice Otunbayeva, incluidos los aumentos de los precios de alimentos y un déficit presupuestario. Hay problemas de seguridad, en la frontera con Tayikistán, país vecino a Afgaistán, en Asia Central.

Una de las primeras tareas que Otunbayeva y sus compañeros revolucionarios han trabajado, después de años de un gobierno presidencialista, fue la introducción de una nueva Constitución con un sistema parlamentario.

"Como jefa del gobierno provisional, he sido todo: vocera, jefa de gobierno, presidenta interina. Estoy constantemente alcanzando lo que había prometido. Y el poder, hoy en día, no está más en manos de una sola persona."

Sobre cuál es el peligro más grande para un país después de una revolución, señaló que la revolución de Kirguistán fue dirigida por los jóvenes, así como ha ocurrido con los levantamientos en muchos de los países árabes. 

"Dijeron es suficiente, ya es suficiente, de todo esto del soborno y la corrupción".

Pero la revolución de Kirguistán fue seguida de violentos combates étnicos en el sur. "Hemos perdido a gente de allí, una gran cantidad de víctimas", recordó Otunbayeva.

En cualquier país en proceso de revolución, es muy importante, dijo, estar muy atentos a las cuestiones de larga plazo, como son las rivalidades étnicas.

"Debes tener un plan de acción exacto, cómo lo solucionarás", dijo. "De lo contrario, estarás en riesgo".

Kirguistán tenía algunas ventajas sobre otras naciones del Medio Oriente y África del Norte: después de la caída de la Unión Soviética introdujo la libertad de expresión y de reunión. Cuenta con una sociedad civil y sindicatos fuertes. Muchos jóvenes de Kirguistán estudian en EU.

Otunbayeva dijo que los hechos ocurridos el año pasado son algunos de los más duros y más dramáticos de la historia de Kirguistán. No era sólo una cuestión de supervivencia, dijo, sino un tema "de la soberanía, la independencia, la unidad de la nación".

"Somos una nación antigua en el centro de Asia, en la ruta de la seda, muy famosa. Tenemos una rica historia y tradiciones", dijo. Lo ocurrido fue una prueba para su país y para sí misma.

Otunbayeva dijo que es importante ser un ejemplo para las mujeres jóvenes. "La situación no es tan buena como lo era antes", dijo. La religión fundamentalista, dijo, va en aumento y, en consecuencia, la situación de las mujeres se ha deteriorado en su región.


"En tal caso, ser líder de la nación, es realmente, creo, un buen impulso para miles y miles de mujeres que pueden estar en la vanguardia de la nación. Y espero ser un ejemplo muy bueno".

Al recibir el premio "Mujeres de Valor" de manos de la secretaria Clinton, Otunbayeva fue citada por "la tremenda valentía, liderazgo y tenacidad mostrada por la primera mujer en dirigir una nación de Asia Central".

Por su "liderazgo valiente ... que une a una oposición históricamente rebelde en una estructura de gobierno provisional, con la posibilidad de terminar con las luchas por el poder sin suscitar divisiones en la sociedad".

"Eso es realmente una meta muy consciente de ella", dijo la especialista en Asia Central, Martha Brill Olcott, de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. "Es el ejemplo de la primera mujer en el poder en la región".

"Ella tiene un fuerte sentido de la misión histórica de lo que está haciendo. Ella quiere hacer una revolución de éxito, que lleve a Kirguistán a una democracia sostenible, e incluso más que ser la primera mujer, que ella realmente quiere ser la primera persona que termina, que deja el mandato... Ella lo ve no sólo como hacer una revolución, sino como la creación de un modelo en el que se pueda salir por la puerta".

Otunbayeva lo explicó de esta manera: "Como sucedió, yo era la persona en torno a la cual se reunieron los demás, los dirigentes políticos. Soy una de muchos millones de mujeres en mi país. Estoy orgullosa de decir que hemos hecho este trabajo. No hemos perdido nuestra soberanía. Lo hicimos".


"Entonces, las mujeres pueden hacer algo en Kirguistán", dijo con una enorme sonrisa.

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