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Benedicto XVI: El hombre no es un producto casual de la evolución

El Papa aseguró que si la creación del hombre fuera casualidad, su vida no tendría sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza
sáb 23 abril 2011 05:53 PM
semana santa
benedicto xvi semana santa

Si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución, "su vida no tendría sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza", dijo el papa Benedicto XVI durante la noche de este sábado en la basílica de San Pedro, durante la homilía de la Vigilia Pascual en el Vaticano.

En una noche especial para la religión católica, el Papa se refirió a la creación como algo que sólo quedó en manos de Dios, y rechazó que en el universo en expansión, "en un pequeño ángulo cualquiera del cosmos, se formara por casualidad una especie de ser viviente, capaz de razonar y de tratar de encontrar en la creación una razón o dársela".

"Si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución en algún lugar al margen del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza. Pero no es así: la razón estaba en el principio, la razón creadora, divina".

Durante el sermón, previo al Domingo de Resurrección, el pontífice recordó que la profesión de fe de los cristianos comienza con "Creo en Dios padre todopoderoso creador del cielo y la tierra". Y afirmó que, de omitirse ese comienzo del Credo, la historia de la salvación queda reducida y estrecha,

El Papa subrayó que Dios es el creador, el que puede darnos vida eterna y que en el principio de todas las cosas está el amor y la libertad y, aunque se puede hacer un uso inadecuado de la libertad, la creación como tal sigue siendo buena, porque en el origen está el amor de Dios y que por ello "el mundo puede ser salvado".

"Por eso podemos y debemos ponernos de parte de la razón, de la libertad y del amor; de parte de Dios que nos ama tanto que ha sufrido por nosotros, para que de su muerte surgiera una vida nueva, definitiva, saludable".

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La Iglesia no es una asociación cualquiera que se ocupa de las necesidades religiosas de los hombres, sino que ella conduce al hombre al encuentro con Dios.

La Vigilia Pascual o Lucernario es uno de los ritos más antiguos de la liturgia y se celebra en la noche que San Agustín llamó "madre de todas las vigilias", en alusión a la espera de la resurrección del Hijo de Dios.

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