Ex ministra de Ruanda, sentenciada a cadena perpetua por genocidio
Una ex ministra ruandés fue condenada a cadena perpetua por genocidio e incitación a la violación por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
Pauline Nyiramasuhuko, que es una de las primeras mujeres en ser acusada de genocidio, fue ministra de la Familia y los Asuntos de la Mujer en el gobierno de Ruanda, cuando unas 800,000 personas, principalmente tutsis étnicos, fueron asesinadas en 1994.
Fue acusada de incitación directa y pública a cometer genocidio y de ser responsable de la violación "como parte de un ataque generalizado y sistemático contra una población civil por motivos políticos, étnicos y raciales", indicó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
La ex ministra fue detenida en 1997 en Nairobi, Kenia, y llevada a la corte de la ONU en Tanzania en espera de juicio.
Su hijo, Arsene Shalom Ntahobali, y otros cuatro funcionarios locales, fueron acusados de forma conjunta por cargos de genocidio, conspiración para cometer genocidio y crímenes contra la humanidad. Se esperaba que los juicios en contra de ellos ocurrieran también este viernes.
Nyiramasuhuko fue declarada culpable de siete de los cargos que enfrentaba, dijo a CNN un vocero de la corte, Roland Amoussouga.
Dos cargos fueron desestimados, uno de complicidad para cometer genocidio y un segundo en relación con asesinatos y crímenes contra la humanidad. También fue absuelta de dos cargos, uno basado en la incitación pública a cometer genocidio y otros actos inhumanos y crímenes contra la humanidad.
De acuerdo con la acusación presentada en la corte en 1999, ella y su co-acusado, "con la ayuda de los soldados y otros, bloquearon carreteras donde identificaron, secuestraron y asesinaron a miembros de la población tutsi.
"Al secuestrar a sus víctimas, a menudo se les obligaba a desnudarse por completo antes de introducirlas a vehículos y llevarlas a la muerte".
El genocidio de Ruanda se desató el 6 de abril de 1994, con el derribo de un avión que transportaba al presidente de la nación Hutu.
La violencia étnica estalló y los tutsis fueron asesinados sistemáticamente por los hutus.
Las Naciones Unidas estiman que cerca de 200,000 personas participaron en la perpetración del genocidio de Ruanda.
En total, 800,000 hombres, mujeres y niños -en su mayoría tutsis, pero también hutus moderados– murieron por estos hechos violentos.