Colombia halla tres submarinos del narco diseñados para no ser detectados
La marina colombiana descubrió tres pequeños submarinos artesanales en un taller que presuntamente pertenece a un grupo de narcotraficantes. El hallazgo ocurrió en la localidad costera caribeña de Necoclí, en el departamento de Antioquia.
Las tres embarcaciones son novedosas en cuanto a tamaño y diseño: permiten una navegación más rápida y la posibilidad de evadir la vigilancia aérea, destacó el jefe de Operaciones Navales de la Armada Nacional, el vicealmirante Ricardo Galvis Covo.
El oficial explicó que, a diferencia de embarcaciones decomisadas en el pasado, estos tres "tienen una 'V' profunda afilada, con un ángulo de ataque bajo, que les permite penetrar las olas, en vez de cabalgarlas, como normalmente se navega".
Estas características permiten que "el agua siempre pase por encima de la cubierta principal, manteniéndolos siempre semisumergidos", agregó Galvis, quien advirtió que "esta forma de operación, más el color que le pusieron a la cubierta (azul), permite muy poca o baja detección por parte de aeronaves".
El oficial indicó que una de las embarcaciones ya había sido terminada y que las otras dos estaban en el proceso final de construcción.
"Estos semisumergibles utilizan como sistema de propulsión motores fuera de borda que les permiten la inmersión parcial, alcanzando una velocidad máxima de 18 nudos".
Tiene una capacidad de carga de tres toneladas de cocaína, agregó el oficial, y señaló que cada una de ellas podía llevar 1,000 galones de combustible, para navegar por tres a cinco días.
Con ellos, los narcotraficantes "están buscando mayor velocidad para hacer tránsitos muy cortos y muy rápidos, especialmente en el Caribe, donde las distancias son muy cortas hacia los lugares de destino", resaltó el jefe militar, quien agregó que Centroamérica también podría ser uno de los destinos de las embarcaciones.
Los submarinos fueron hallados por unidades de la Fuerza Naval del Caribe (FNC) en un taller artesanal situado en algún lugar de Necoclí, población caribeña en el departamento de Antioquia (noroeste), y atribuyó su propiedad a Los Urabeños, una banda narcotraficante.
En los tres casos, los constructores utilizaron como base cascos prefabricados, siempre en fibra de vidrio, por lo que el proceso de elaboración era más corto.
Colombia decomisó el primer submarino a los narcotraficantes en 1993 y, desde entonces, se ha incautado de otros 65, siete de ellos en lo que va de 2011.