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La vida en la "tierra de la basura" captada por el fotógrafo José Ferreira

Unas 700 personas viven entre los desechos de la ciudad de Maputo, en busca de comida u objetos para reciclar
mar 30 agosto 2011 10:47 AM

Para algunas personas que viven en Maputo, capital de Mozambique, la basura de los demás es su modo de supervivencia.

El fotógrafo portugués José Ferreira viajó al tiradero de basura Huléne, no lejos del aeropuerto de la ciudad y capturó la cruda realidad de la vida en la “tierra de la basura”.

Ferreira dice que lo que más lo impactó fue que a pesar de las dificultades, descubrió a las “mejores personas” que jamás conoció.

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“A pesar de todas las circunstancias en las que viven, siguen mostrando su amabilidad, felicidad y hospitalidad”, comentó. “No encontramos estas cualidades humanas en muchos lugares del mundo”.

Ferreira explica que conoció a dos tipos de personas en el tiradero: los indigentes y los “recolectores de basura”.

“Muchos de los que viven ahí dependen de la basura para sobrevivir, algunos buscan comida y otros diferentes tipos de materiales para reciclar que venden en las fábricas”, agregó.

“El dinero que ellos reciben por todo lo que recolectan no es suficiente pero es algo y siguen regresando ahí para recolectar más y volver a vender”.

Algunos reportes estiman el número de habitantes del tiradero Huléne en alrededor de 700.

El tiradero de basura está ubicado en una colonia densamente poblada y cubre un área de aproximadamente 17 hectáreas. Es el único tiradero de basura para desechos sólidos en Maputo, una ciudad con una población de más de un millón.

Las pilas de desechos en el tiradero de basura alcanzan alturas de 15 metros, según un reporte en el consejo municipal de Maputo.

Una de las fotografías de Ferreira muestra un camión llegando con basura de la ciudad con una multitud corriendo tras él.

“En el momento en que el camión tirase la basura, ellos saltarían sobre ella y ahí pueden encontrar cualquier cosa, desde comida, materiales reciclables, animales muertos y fetos de recién nacidos”, comentó.

Ferreira dijo que no tiene una fotografía favorita. Pero hay una imagen que afirma que fue la más difícil de tomar.

“La más difícil de presenciar fue cuando dos mujeres estaban comiendo la cabeza cruda de un perro muerto que ya se estaba descomponiendo”.

El tiradero de basura ha estado durante mucho tiempo destinado a cerrarse, pero por el momento permanece abierto.

Tras pasar tiempo en Huléne, Ferreira dice que el error más grande que la gente puede cometer es pensar que no hay lugar para la vergüenza para aquellos que se ven obligados a vivir de los desperdicios de los demás”.

“Hay una vergüenza mucho más legítima que cualquier otra porque para la mayoría de ellos estar ahí nunca fue una elección”, agregó. “Varios de ellos han visto el otro lado y sueñan con volver a él, todos los días esperan una vida mejor”.

Para Ferreira, sus experiencias le han enseñado a apreciar más la vida.

“La vida que desperdiciamos todos los días porque queremos una vida mejor o porque nunca estamos satisfechos con ella, es la vida que muchos desean, suspiran y darían todo por tenerla”.

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