Las acciones de antinucleares alemanes paralizan a un 'tren radioactivo'
Los sucesivos bloqueos de protesta de los grupos antinucleares alemanes impidieron este domingo casi por completo el avance del tren con basura radiactiva en su ruta hacia el depósito de Gorleben, al norte de Alemania, pese al fuerte dispositivo de seguridad.
Durante toda la jornada, el convoy con 11 contenedores tipo Castor cargados con 2,500 toneladas de residuos altamente tóxicos, recorrió solo 60 kilómetros, de Maschen -en donde pasó la noche- a Dahlenburg, donde detuvieron su marcha.
Al cargamento solo le restarían 30 kilómetros para completar su ruta en tren y podría llegar por la noche a Dannenberg, la última estación de su recorrido, si los antinucleares no vuelven a sorprender de nuevo a las fuerzas de seguridad.
La principal acción de protesta se desarrolló durante gran parte del día en la localidad de Hitzacker, donde cuatro personas se encadenaron esta mañana a las vías mediante un complejo mecanismo de una tonelada de hormigón y un metro de alto.
Las fuerzas de seguridad intentan quitar a los activistas de las vías pero aún no lo han conseguido.
Al menos dos grupos de activistas siguen obstaculizando el transporte, uno en Hitzacker y el otro en el propio Gorleben, donde reina un ambiente festivo a pesar de las pésimas condiciones meteorológicas y el frío.
Los antinucleares han logrado casi paralizar por entero la marcha del tren Castor desde que alcanzó la estación de carga de Maschen el sábado alrededor de las 17:44 GMT.
Desde el pasado jueves, un día antes de que partiera desde la planta de tratamiento de residuos de La Hague, en Francia, el tren Castor, las manifestaciones, las acciones de protesta y los enfrentamientos entre activistas y policías han sido frecuentes en las localidades próximas al cementerio nuclear alemán.
La policía, que ha movilizado a 20,000 efectivos, señaló que sus agentes fueron atacados con cócteles molotov, bengalas y piedras, mientras que los activistas y los medios de comunicación han destacado el abundante uso de cañones de agua, pelotas de goma y gases lacrimógenos por parte de las fuerzas de seguridad.
La policía alemana aplicó este año una estrategia de "tolerancia cero" ante las protestas, frente a la táctica de anteriores años de "rebajar" la tensión, según medios alemanes.
No obstante, tras los repetidos enfrentamientos entre agentes y activistas durante las jornadas del viernes y el sábado, la tensión y la violencia disminuyó muy poco este domingo, cuando predominaron las acciones pacíficas.
La copresidente del partido Los Verdes, Claudia Roth, aseguró esta tarde en Gorleben en declaraciones a la televisión pública ZDF que el amplio dispositivo policial era propio de "un estado de excepción".
De manera oficial este domingo el Castor llegaría a su destino, sin embargo, aún se desconoce cuándo lo hará el controvertido convoy a Dannenberg, última parada del trayecto en tren y donde los contenedores Castor serán reubicados en camiones para recorrer los últimos kilómetros por carretera hasta Gorleben.
Las condiciones climatológicas adversas podrían dificultar la descarga -en el caso de que los Castor lleguen a Dannenberg- ya que los fuertes vientos que se han desatado en las últimas horas podrían desaconsejar la delicada maniobra de trasvase.
Desde hace años, los transportes de desechos radiactivos alemanes que regresan al país tras ser tratados en Francia generan fuertes protestas del colectivo antinuclear germano, con recurrentes cortes de las vías en su trayecto al depósito de Gorleben.
Tras las multitudinarias concentraciones del año pasado, las más concurridas en décadas, las protestas de 2011 son las primeras desde la aprobación del "apagón" nuclear de la canciller federal, Angela Merkel, bajo el impacto de la catástrofe en la central atómica japonesa de Fukushima .