El presidente de Malawi, Bingu wa Mutharika, muere de un infarto
El presidente de Malawi, Bingu wa Mutharika, quien alguna vez fue considerado impulsor del país africano, murió de un infarto, según informes del gobierno emitidos este viernes. Mutharika tenía 78 años y sus restos fueron trasladados a Sudáfrica.
El execonomista del Banco Mundial asumió la presidencia por vez primera en el 2004 luego de una campaña en la que se dejó ver como ingeniero económico y fue reelecto cinco años más tarde.
Asumió el cargo luego de haber estudiado en diferentes países, incluyendo Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en Economía. También colaboró ampliamente con agencias internacionales.
Durante los primeros años de su mandato, Mutharika se enfocó a combatir la corrupción y a mejorar la economía , acciones que, en su mayoría, se consideraron exitosas. Implementó un programa dirigido a los agricultores que dio impulso a la economía de la nación y ayudó a millones al subsidiar algunos productos agrícolas.
Los ciudadanos recibieron con agrado su iniciativa para reducir la dependencia de la ayuda alimentaria y lograr la autosuficiencia.
No obstante, su popularidad decayó en los últimos años, consecuencia de la inestabilidad económica; el país sufrió escasez crónica de combustibles, déficit en las reservas de divisas y cortes frecuentes a la energía eléctrica.
Los manifestantes opositores lo acusaron de arrastrar a la nación de vuelta a una dictadura, protestaron por la crisis económica y la aprobación de leyes que supuestamente violan sus derechos civiles.
El año pasado, los manifestantes tomaron las calles y exigieron la acción inmediata del gobierno para hacer frente a la crisis económica. Las fuerzas de seguridad los reprimieron duramente, dejando al menos 12 personas muertas y desatando la censura internacional.
Los críticos lo acusan de poner en riesgo las relaciones internacionales y la ayuda extranjera que beneficia a los pobres .
También el año pasado, Mutharika expulsó de Malawi a un enviado británico que criticó al líder en un cable diplomático que fue filtrado, tensando las relaciones con uno de los donadores extranjeros más importantes.
Como respuesta, Gran Bretaña pidió a la enviada de Malawi que saliera del país y le fue retirada la invitación a la boda real. En ese momento, Londres anunció que había cesado “el apoyo presupuestario en general.”
Un año más tarde, el aislamiento internacional continúa. Estados Unidos anunció el mes pasado que suspendería la asignación de 350 millones de dólares que se habían destinado a Malawi debido a las dudas respecto a la gobernabilidad democrática.
La compañía administradora de la ayuda, The Millenium Challenge Corp., exhortó a Malawi a respetar los derechos de los ciudadanos y dijo que seguiría vigilando de cerca al país en vísperas de la próxima asamblea de la organización a celebrarse en junio. Los fondos estaban destinados a respaldar al tambaleante sector energético del país.
Mutharika también tuvo roces con los políticos locales; las relaciones con su vicepresidente Joyce Banda se deterioraron y han sido material para los encabezados.
Banda fue expulsada del partido gobernante, pero mantiene su cargo. Según la Constitución, en caso de un vacío de poder ella asumiría el mando del Estado, sin embargo aún no se sabe si su expulsión del partido afectará la sucesión.