Familias pobres de Filipinas se alimentan de desechos de restaurantes
Algunos restos de la comida que sobra en los restaurantes en Filipinas y que terminan en la basura son recogidos durante la noche por personas que los lavan, los preparan y los consumen o los venden.
Se les llama pag pag, son desechos de comida rápida. Felipa Fabon, por ejemplo, paga un dólar por bolsas de basura para buscar alimentos.
Ella dice que esta comida no enferma a la gente. En su hogar separa los alimentos que encontró por la noche y la empaqueta en porciones más pequeñas. “Voy a venderlo todo en minutos”, dice.
Una de sus clientes, Morena Sumanda, paga cinco centavos de dólar por la comida. Después de lavarla y cocinarla se la da a su hijo. Dice que esto es mejor que nada: “Con la ayuda de Dios, esto es suficiente”.
Una de las principales causas por las que estas personas compran y consumen comida es la pobreza. Algunos de los que comen de las sobras viven junto a vertederos de basura.
“Los pobres siempre tienen menos opciones, su último recurso es inimaginable para nosotros”, explica Melissa Alipalo, quien trabaja en el Fondo Comunitario de las Filipinas, una organización que busca ayudar a los niños de esas zonas marginadas donde, además de educación, les ofrecen dos comidas diarias.
Sin embargo los recursos para solventar la ayuda social son insuficientes y la organización busca concientizar a las familias para que busquen otras formas de alimentarse.