Un hombre se entera de la muerte de su hija al rastrear su celular
Mientras la Universidad de California llora la muerte de seis estudiantes, los padres dolientes se preparan para hacer lo inimaginable: enterrar a sus hijos.
Bob Weiss, un padre que trabajaba desde casa, tenía una relación particularmente cercana con su hija de 19 años, Veronika. Sabía que algo andaba mal la noche del viernes 16 de mayo cuando Veronika, quien llamaba a menudo para avisar que estaba bien, no llamó a su familia.
Entonces, rastreó el teléfono celular de Veronika en internet.
"Localizamos su iPhone en medio de la escena de un crimen", dijo Weiss.
El teléfono se movía, pero nadie respondía.
"Estábamos viendo su teléfono mientras movían su cuerpo… probablemente para llevarla a la morgue".
Veronika era una de las seis estudiantes que murieron a manos de Elliot Rodger , quien se decidió a matar mujeres hermosas y hombres populares tras muchos años de lo que él mismo calificó de rechazo y celos.
La ironía, dijo Weiss, es que Veronika era exactamente la clase de persona que habría querido ayudar a Rodger.
"Ella era amable. Era la persona que se acercaba a los chicos que no eran populares, a algunos de los chicos ñoños, a algunos de los chicos que eran un poco como se consideraba este muchacho Rodger".
Un día de duelo
Una nube de dolor ha cubierto la hermosa comunidad de Isla Vista desde que Rodger mató a seis estudiantes de la Universidad de California en Santa Bárbara. Otras 13 personas resultaron heridas.
La universidad declaró que el martes sería un día de luto formal y que se celebraría una ceremonia conmemorativa a las 18 horas (tiempo de la Ciudad de México). Las clases se suspendieron.
Las sedes de la Universidad de California izarán las banderas a media asta hasta el domingo, dijo Janet Napolitano, rectora de la universidad.
"Durante este momento terrible para nuestra comunidad de la UC, les pido que me acompañen y crean que el proceso de sanación y reflexión que se desarrollará durante los próximos días nos acercará como comunidad universitaria. Juntos superaremos esto", dijo Napolitano.
La universidad señaló que habrá consejeros disponibles en el campus para cualquier persona que requiera apoyo.
'Moriríamos cien veces'
Kelly Wang y Johnny Chen no pueden entender por qué el compañero de habitación de su hijo, George Chen, lo mató a puñaladas antes de emprender un frenesí asesino. Wang dijo que haría cualquier cosa para tomar el lugar de su hijo.
"Moriríamos cien veces, mil veces, pero no queremos que lastimen a nuestros hijos", dijo Wang, sollozando, a la filial de CNN, KABC.
"Esto no debería ocurrirle a ninguna familia. Este debería ser el último en Estados Unidos".
Un ataque largamente planeado
La trama puede haberse planeado desde hace años, pero el asesino avisó unos minutos antes de sembrar el terror en todo Isla Vista.
Las autoridades saben ahora que el frenesí asesino de Rodgers empezó antes de que saliera de casa.
El exestudiante de la Universidad Municipal de Santa Bárbara, de 22 años, mató a puñaladas a tres jóvenes en su propio departamento: Chen, de 19 años; Cheng Yuan Hong, de 20, y Weihan Wang, de 20.
Chen y Hong compartían el departamento con el atacante y Wang estaba de visita.
Un amigo de la familia de Rodger dijo que este había tenido un desacuerdo con sus compañeros recientemente y se quejó con el casero de que eran demasiado ruidosos y jugaban muchos videojuegos.
El atacante delineó el plan para matar a sus compañeros en un manifiesto de 137 páginas.
"Incluso disfrutaría apuñalarlos hasta la muerte mientras duermen", escribió Rodger.
En el manifiesto narra su vida, desde el nacimiento hasta el Día del Desquite que había planeado.
El viernes 23 de mayo, unos minutos antes de que matara a dos mujeres jóvenes frente a una fraternidad y le disparara a un muchacho en un deli cercano, Rodger envió sus escritos por correo electrónico a dos docenas de personas, entre ellos sus padres y al menos uno de sus terapeutas.
"La planeación del Día del Desquite es un intento por hacer todo lo que esté en mis manos para destruir todo lo que no puedo tener", escribió Rodger.
"A todas esas chicas hermosas que he deseado tanto en mi vida pero que nunca puedo tener porque me desprecian y me odian, las destruiré".
Pero no solo quería matar a las chicas hermosas.
"A todas esas personas populares que llevan vidas hedonistas de placer (sic) las destruiré porque nunca me aceptaron como uno de ellos", escribió Rodger. "Los mataré a todos y los haré sufrir, así como ellos me han hecho sufrir. Es lo justo".
La madre de Rodger, Lichin, vio el correo electrónico con el manifiesto por la noche del viernes. Abrió la página de YouTube de Rodgers y vio un video perturbador en el que su hijo hablaba de "masacrar" a las mujeres de una fraternidad de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB), de acuerdo con Simon Astaire, amigo de la familia.
La madre llamó a su exesposo y a los servicios de emergencia; los padres salieron de Los Ángeles rumbo a Santa Bárbara, de acuerdo con el amigo de la familia. En el camino se enteraron de que había habido un tiroteo. Más tarde descubrieron que su hijo había sido el pistolero.
Encontraron muerto a Elliot Rodger luego de que chocara su auto; tenía una herida de bala en la cabeza.
El atacante había consultado a algunos terapeutas
Su familia conocía bien el historial de problemas de salud mental de Rodger; el muchacho consultaba al menos a dos terapeutas.
Había consultado a los terapeutas intermitentemente desde que tenía ocho años, dijo Astaire. Cuando entró a la preparatoria en Van Nuys, California, visitaba a un terapeuta "prácticamente todos los días", dijo Astaire.
La familia de Rodger contactó a la policía tras descubrir unas publicaciones en los medios sociales en los que hablaba de suicidio y de matar gente, de acuerdo con el vocero y abogado de la familia, Alan Shifman.
El 30 de abril llegaron seis policías a la casa de Rodger en Isla Vista, pero no encontraron nada alarmante. Entonces le dijeron a Rodger que llamara a su madre y le aseguraron que él estaba bien, dijo Astaire.
El alguacil del condado de Santa Bárbara, Bill Brown, dijo en ese entonces a los reporteros que los agentes "determinaron que no cumplía con los criterios para detenerlo".
Brown relató que Rodger dijo a los agentes que tenía problemas con su vida social, pero que no iba a lastimar a nadie.
Honran la memoria de las víctimas
Weiss y Catherine Cooper, de 22 años, pertenecían a la fraternidad Delta Delta Delta de la UCSB.
"Recordaremos a Katie por su espíritu generoso y su corazón cálido. Recordaremos a Veronika por su personalidad alegre y su entusiasmo por la vida", escribió la presidenta de la fraternidad, Phyllis Durbin Grissom.
La sexta víctima mortal, Christopher Martínez, iba a comprar un sándwich en el deli cuando recibió un disparo. El estudiante de la UCSB, de 20 años, era famoso por su altruismo.
"Chris era un tipo sorprendente", dijo Jeff Dolphin, compañero de habitación de Martínez, al diario Los Ángeles Times. "Si yo estaba pasando por algo, él siempre estaba allí para mí. Si yo necesitaba algo, él estaba allí. Si yo necesitaba un libro de texto, si me había quedado afuera de la habitación por haber olvidado la llave, dejaba de jugar basquetbol o lo que estuviera haciendo para abrir la puerta. Simplemente era un gran tipo".
El padre de Martínez, Richard Martinez, censuró a los políticos y a la Asociación Nacional del Rifle tras la muerte de su hijo. Dijo a CNN que nada había cambiado desde los tiroteos de la escuela primaria de Sandy Hook , en 2012, en los que murieron 20 niños y seis adultos.
"¿Acaso no hemos aprendido nada? Esto seguirá hasta que alguien haga algo. ¿En dónde demonios está el liderazgo?", preguntó.
"Es nuestro único hijo y murió el viernes. Ya tengo 61 años. Nunca tendré otro hijo. Se ha ido".
Michael Martinez, Pamela Brown, Todd Leopold, Ashley Fantz, Greg Morrison, Alan Duke y Chelsea J. Carter contribuyeron con este reportaje.