Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Dilma Rousseff, la 'dama de hierro' que busca un nuevo mandato en Brasil

La mandataria llega a las elecciones encabezando las encuestas, aunque casos de corrupción y protestas han empapado su gobierno
sáb 25 octubre 2014 07:54 AM

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, una exguerrillera en la dictadura que enfrentó cárcel y tortura, ha confirmado a sus 66 años, su fama de dura y tenaz en una muy disputada campaña tras la cual espera ser reelecta este domingo.

"La vida lo que pide de nosotros es coraje", fue la frase del escritor Joao Guimaraes Rosa que Rousseff eligió para su discurso de investidura el 1 de enero de 2011, cuando se convirtió en la primera mujer presidente de Brasil y recibió la banda presidencial de su padrino político, el popular Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).

Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), enfrentará este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a Aecio Neves, de 54 años, exsenador y exgobernador de Minas Gerais que compite por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB). 

Tras una durísima campaña electoral en la que buscó desacreditar la imagen y resultados de su rival como gobernador de Minas Gerais, acusándole de "nepotismo" y sugiriendo que ha conducido bajo efectos del alcohol o las drogas, consiguió aventajar a Neves por entre seis y ocho puntos, según los últimos sondeos.

Tiene la voz firme y ronca, y no regala sonrisas. Rousseff tiene fama de ser una "dama de hierro" que no duda en corregir a sus ministros en público y conoce hasta el más técnico detalle de sus programas.

Nada que ver con el carismático Lula, que hacía reír a la audiencia con sus ocurrencias. Rousseff raramente muestra su cara más íntima y personal: una ávida lectora y admiradora del arte, que no consigue dormir sin un libro, seguidora de series televisivas como Game of Thrones, supersticiosa, y que no duda en escaparse de incógnito a la mínima oportunidad y en cualquier lugar del planeta, en moto o a pie.

Publicidad

"De las mujeres en el poder siempre dicen que son duras gerentes. Dilma es una persona con un gran sentido del humor, divertida, extremadamente solidaria y generosa", considera Ieda Akselrud de Seixas, de 67 años, que fue encarcelada con Rousseff durante la dictadura.

De Seixas, que a los 22 años fue encarcelada con su madre y su hermana, y perdió a su padre bajo tortura, asegura que la futura presidenta fue una atenta compañera, que no dudó en acompañarla y defenderla en los momentos más duros.

"En mi vida, enfrenté situaciones del más alto grado de dificultad, agresiones que llegaron al límite físico, y nada me sacó de mi rumbo, de mis compromisos, ni del camino que tracé para mí misma", declaró Rousseff en junio, tras ser insultada en el estadio de Sao Paulo, en la inauguración del Mundial de futbol.

Dilma Vana Rousseff nació el 14 de diciembre de 1947 en Belo Horizonte, en una familia de clase media, hija del inmigrante búlgaro Pedro Rousseff, que la inició de joven en la lectura de los clásicos, y la profesora Dilma Jane da Silva. 

Rousseff formó parte de dos organizaciones armadas clandestinas de oposición a la dictadura (1964-85). Estela, Vanda o Luiza eran sus sobrenombres como guerrillera. 

A los 22 años fue torturada y pasó casi tres años en la cárcel. El juez del tribunal militar la llamó "papisa de la subversión", revela el periodista Ricardo Amaral en una biografía de la mandataria.  

El libro mostró una fotografía inédita de la presidenta: una desafiante Rousseff a los 22 años, frente a sus jueces militares, tan joven y a la vez tan fuerte.

Formada en economía, Rousseff tiene una hija, Paula, y un nieto de cuatro años. Se divorció de Carlos de Araújo, su segundo marido y padre de su hija, después de 30 años de una relación que sobrevivió a la prisión de ambos en la dictadura. 

Cerca de Lula

Con Araújo, la presidenta participó de la fundación del Partido Laborista Brasileño (PDT, del legendario caudillo Leonel Brizola), creado en 1979, aunque en el 2000 se sumó al PT de Lula. 

Lula la integró a su gobierno cuando empezó su primer mandato en 2003. Así describe el exmandatario su primer encuentro: "Apareció una compañera con un computadorcito en las manos. Comenzamos a discutir y percibí que había algo diferente en ella. Entonces pensé: 'Creo que ya encontré a mi ministra de Energía'".

Lee: Dilma, ¿a la sombra de Lula?

El escándalo por compra de votos a políticos aliados del PT pulverizó a la dirigencia del partido e impulsó a Rousseff al primer plano del gobierno. Lula la nombró ministra jefe de Gabinete.

En 2009, antes de la campaña que la llevaría a la presidencia, le fue diagnosticado un cáncer linfático, del que se considera curada.

Durante su mandato, Brasil siguió un proceso paulatino de crecimiento económico, millones de ciudadanos ingresar a la clase media y continúa teniendo superávit en sus divisas monetarias y el desempleo es mínimo, aunque expertos coinciden en que el crecimiento económico se ha desacelerado.

Sin embargo, sobre ella pesa un gran caso de corrupción que salpicó a su partido cuando la Corte Suprema de Brasil consideró probado en 2012 que el PT "compró" la mayoría parlamentaria que las urnas le habían negado en las elecciones de 2002 que llevaron al poder a Luiz Inácio Lula da Silva,

Las manifestaciones multitudinarias de 2013 también marcaron el gobierno de Rousseff, donde millones de personas salieron a las calles para protestar por la propuesta de aumentar la tarifa del transporte público, que avanzó a quejas sobre el gasto público en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial de futbol.

Rousseff y Neves se enfrentan este domingo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, un duelo tradicional entre el PT y el PSDB que en Brasil se ha repetido durante los últimos 20 años.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad