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Cómo ha cambiado el terrorismo a 14 años del 11 de septiembre

Las amenazas terroristas han mutado y se han extendido a todos los rincones del mundo desde aquella fatídica mañana de septiembre de 2001
sáb 12 septiembre 2015 11:31 AM
ISIS militantes Siria
ISIS militantes Siria ISIS militantes Siria

En los 14 años que han pasado desde los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos (11-S), el rostro del terrorismo se ha vuelto irreconocible. Para muchos expertos, la amenaza de terrorismo islámico es más grande en algunos aspectos y ha disminuido en otros.

Geográficamente es más variada y está más dividida en cuanto a organización, además de que influye en las redes sociales y en internet de una forma que era imposible en 2001.

En Occidente, el terrorismo islamista está más inspirado que organizado y dirigido. La amenaza también es más dinámica e impredecible que en esa mañana luminosa de 2001, pero las herramientas para combatirla también son más abundantes: drones más sofisticados y precisos, inteligencia financiera y algoritmos que analizan terabytes de datos en búsqueda de comunicaciones sospechosas.

Ha disminuido la probabilidad de un ataque de la magnitud del 11-S. Sin embargo, ha aumentado la probabilidad de que haya ataques más frecuentes pero menos devastadores.

¿Quién está a cargo?

Como si hubieran estado esperando el momento preciso, al Qaeda publicó un discurso de 45 minutos de su líder, Ayman al Zawahiri, en el que se ilustra cuánto han cambiado las cosas. Hace 14 años, al Qaeda era el líder indiscutible de los grupos yihadistas y lo fue aún más tras los ataques del 11-S. Hoy, al Zawahiri, quien sucedió a Osama bin Laden en 2011, lucha por derrotar al nuevo aspirante, el Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés).

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En su mensaje más reciente, criticó duramente a ISIS y a su líder, Abu Bakr al Baghdadi. "No reconocemos su califato ni lo consideramos el califato de las profecías; es un emirato que se apodera sin consultar", se queja al Zawahiri.

Al Qaeda siempre ha considerado que su campaña es una lucha de varias generaciones hacia el día glorioso en el que se declare un califato, según las profecías islámicas. En 2010 y 2011, al Baghdadi hizo que ISIS resurgiera de las cenizas de Al Qaeda en Iraq, extendió sus operaciones hacia Siria (2012) y se declaró califa de todos los musulmanes (2014).

Así, se entabló la batalla entre dos de los movimientos yihadistas más grandes en una forma que habría sido inimaginable hace 14 años. Y ambos tienen a sus jugadores más valiosos.

Al Qaeda tiene en Yemen al brillante fabricante de bombas, Ibrahim al Asiri, y a un comandante en Afganistán llamado Farouq al Qahtani, a quien se considera inteligente y carismático. ISIS tiene una gran gama de posibles contrincantes si lo impensable le ocurriera a al Baghdadi.

Parecería que sería una buena noticia que dos grupos yihadistas se pelearan entre sí y al Zawahiri no pretendió ocultar el odio que siente por al Baghdadi en su discurso más reciente. Sin embargo, al final, dijo: "A pesar de estos errores tan graves, si estuviera en Iraq o en Sham (Siria), cooperaría con ellos [ISIS] en la lucha contra los cruzados, los laicos, los alauíes, los safávidas, a pesar de que no reconozco la legitimidad de su Estado, sin mencionar a su califato, porque la cuestión es más grande que yo y que su pretensión de establecer un califato".

¿Es una ofrenda de paz? ¿Un intento por ganarse a los militantes de ISIS? ¿Una confusión? No sorprende que los profesionales de la inteligencia piensen que el panorama actual es más difícil de analizar que hace más de una década.

El control del territorio

Hace 14 años también era inimaginable que un grupo yihadista (un "actor no estatal", como dicen los académicos) pudiera controlar un territorio tan grande. Al Qaeda era huésped del Talibán en Afganistán y tras el 11-S tuvo que dispersarse en campamentos en las montañas pakistaníes. Durante cierto tiempo, al Shabaab controló partes del centro y el sur de Somalia; Al Qaeda en el Magreb Islámico controló brevemente algunas ciudades de Mali.

Sin embargo, estos grupos nunca contaron con todo el boato de un "Estado" como ISIS, que tiene tribunales islámicos, servicios sociales básicos y ahora hasta una moneda. Cualquier tipo de refugio permite que se hagan planes más y más ambiciosos.

Nick Rasmussen, director del Centro Nacional para el Contraterrorismo de Estados Unidos (NCTC, por sus siglas en inglés), dice que "el acceso a los recursos, tanto personales como monetarios, y el control del territorio, factores que permiten la creación de un refugio, son los ingredientes que tradicionalmente buscamos como eje del desarrollo de la capacidad de operar en el exterior".

En entrevista para el número más reciente de la revista Sentinel del Centro para el Combate al Terrorismo, Rasmussen dijo que hay "instrucciones de vigilancia" para saber si ISIS planea abrir un nuevo frente en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, dice que conforme se reduce la presencia militar estadounidense en Afganistán, el NCTC también trata de determinar "el nivel de riesgo, al que podríamos enfrentarnos con el tiempo, de que al Qaeda se regenere, de que encuentre un refugio nuevo, de que pueda restaurar la capacidad perdida".

Metástasis geográfica

En el 11-S, al Qaeda tenía campamentos en Afganistán; había presencia de yihadistas en Argelia y en el Cáucaso y cierta presencia militar incipiente en la Península Arábiga. Ahora, hay grupos yihadistas en el oeste de Indonesia y en las costas atlánticas de África que juraron lealtad a al Qaeda o a ISIS.

El exdirector interino de la CIA, Mike Morell, dice que "la gran victoria (de al Qaeda) ha sido la difusión de su ideología a lo largo de una extensa zona geográfica" que va "del norte de Nigeria a través de África y hacia Yemen", así como hacia Iraq y Siria.

En un artículo en la edición más reciente de Sentinel, Morell escribió que "en resumen, unos 20 países ahora albergan dentro de sus fronteras a grupos terroristas que ostentan la ideología yihadista".

Además, ISIS ha creado "provincias" más allá de Siria e Iraq a una velocidad fantástica.

Hay más zonas restringidas en el mundo que en el 11-S:

— Reino Unido pide a sus vacacionistas que eviten Túnez.

— Partes de Kenia y Egipto están restringidas, al igual que gran parte de Libia.

— Boko Haram ha causado que gran parte del norte de Nigeria sea un campo de batalla (al igual que algunas zonas de países vecinos).

— Yemen nunca fue el país más fácil de transitar, pero a lo largo de los pasados cuatro años ha colapsado y se volvió uno más de los campos de batalla en los que al Qaeda e ISIS compiten para matar a la mayor cantidad de chiitas.

En Siria, el régimen al que alguna vez se consideró el más sólido de Medio Oriente ha perdido el control de gran parte de su territorio y millones de su ciudadanos fueron desplazados.

Rasmussen dice que "la variedad de actores terroristas extremistas en todo el mundo es más amplia, más profunda y más generalizada que en cualquier momento previo al 11-S".

"Sería justo decir que nos enfrentamos a más amenazas procedentes de más lugares, que involucran a más individuos que nunca antes del 11-S", dijo.

¿Inspirados, motivados o dirigidos?

También ha cambiado la naturaleza de la amenaza. De acuerdo con miembros de al Qaeda, Abu Hafs al Masri y Khalid Sheikh Mohammed empezaron a planear los ataques del 11-S dos años antes. Los recursos que desde entonces han dedicado Estados Unidos y sus aliados para eludir los ataques en suelo nacional (la mejora en las revisiones aeroportuarias, las listas de restricción al abordaje a aviones, así como el enorme aumento en el volumen de datos recabados y analizados) significan que es más improbable que ocurra otro ataque tan espectacular.

Sin embargo, la amenaza es tan difusa y es tan grande el atractivo de ISIS para algunas de las personas que viven (o que han salido y luego vuelto) a países occidentales, que la serie de ataques más pequeños pero letales se ha vuelto la norma. Tan solo este año, los ataques terroristas en Túnez y Francia han cobrado la vida de más de 70 civiles.

Esa es una especie de delegación (a falta de una palabra más adecuada) de los grupos terroristas como al Qaeda e ISIS a partidarios independientes, a menudo conocidos como lobos solitarios o células de dos o tres personas. Ahora hay una especie de espectro difuso entre los individuos inspirados y radicalizados y los ataques planeados y dirigidos por la dirigencia de un grupo. Además, los resultados son contradictorios.

Los hermanos Kouachi, q uienes atacaron las oficinas de la revista Charlie Hebdo en París, en enero de este año, estuvieron con al Qaeda en Yemen durante cuatro años, pero tomaron todas las decisiones operativas por su cuenta con resultados letales.

El atentado en una exposición de caricaturas del profeta Mahoma en Dallas, Estados Unidos, también parece haber sido resultado de los exhortos de un "porrista" de ISIS, pero se planeó deficientemente y los dos atacantes terminaron muertos.

La diáspora terrorista

Este desafío se agrava por la cantidad de individuos de países occidentales que han entrado a escondidas en Iraq y Siria en los años recientes.

Mike Morell predice que tarde o temprano habrá un ataque contra Europa o Estados Unidos dirigido (no inspirado) por ISIS. Podría ser a pequeña escala, "pero con el tiempo, crecerá la capacidad del Estado Islámico para ejecutar un ataque más complejo).

A eso no ayuda que aproximadamente 5,000 occidentales han adquirido experiencia en batalla y habilidades en el manejo de bombas y armas tras haberse unido a ISIS. Al Qaeda siempre atrajo a algunos occidentales, tales como el estadounidense Adam Gadahn y a varios ciudadanos británicos de origen pakistaní, pero no con la intensidad de ISIS, que podría haber atraído hasta a 25,000 extranjeros a Iraq y Siria.

Rasmussen dice que tras la desintegración de una célula en Bélgica, a principios de este año, es inquietante que los agentes de ISIS en Iraq y Siria pudieran estar concentrándose en dirigir ataques en Europa. Por ahora, parece que el grupo está muy centrado en consolidar el califato, en atraer a combatientes en vez de enviarlos al exterior. Sin embargo, las autoridades del contraterrorismo occidental saben que eso podría cambiar.

Redes sociales y comunicación

En los años previos e inmediatamente posteriores al 11-S, surgían ocasionalmente pronunciamientos de al Qaeda a través de televisoras como Al Jazeera. Se analizaba alguna declaración ocasional de Osama bin Laden en busca de pistas sobre su salud, su ubicación o su estrategia.

Ahora, ISIS tiene una enorme máquina de propaganda en varios idiomas y publica videos, fotografías y boletines informativos diarios. Las producciones son de alta calidad y se difunden ampliamente a través de cuentas de Twitter y de sitios web yihadistas. Gran cantidad de simpatizantes de ISIS usan Twitter , ya sea para provocar ataques terroristas en el exterior, para atraer "novias" yihadistas al califato o para transmitir noticias e imágenes sobre las operaciones militares.

También cuenta con expertos en tecnologías de la información capaces de ejecutar lo que se conoce como cifrado de extremo a extremo. En la entrevista para Sentinel, Rasmussen dijo que una de las grandes inquietudes de la actualidad es que "los grupos terroristas hacen un uso innovador y ágil de los nuevos medios de comunicación, lo que incluye formas que saben que están fuera de nuestra capacidad de recopilación".

A largo plazo

Algo que tal vez no ha cambiado desde los ataques del 11-S y que en todo caso ha quedado más clara es que los agentes de los servicios de inteligencia occidentales solían hablar de la misión de degradar a al Qaeda en el transcurso de cierta cantidad de años. Ahora se dice lo mismo tanto de al Qaeda como de ISIS, solo que las autoridades hablan de décadas o de una generación en vez de años.

Además, las disposiciones para combatir a estos grupos en una guerra ideológica también suenan notablemente parecidas. Morell dice que Occidente "debe abordar los temas que crean a los terroristas en primer lugar… Debemos socavar el atractivo que los yihadistas tienen para los jóvenes musulmanes".

Ha sido difícil. Muchos de los problemas que afligían al mundo árabe en 2011 siguen presentes y han empeorado con los levantamientos de la Primavera Árabe. El presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Martin Dempsey, habla de que "tomará una década o más resolver la inestabilidad persistente, los grupos desposeídos, los conflictos étnicos (y) los conflictos religiosos en Medio Oriente y África del Norte".

Morell está de acuerdo.

"Es probable que veamos que estos 14 años que han pasado no son más que el principio de una guerra muy prolongada".

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