Esta es la institución que divide a Wall Street
Los críticos dicen que la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), que ha forzado a los bancos mal portados a regresar más de 12,000 millones de dólares (mdd) a los consumidores, es la epítome del sobrepaso del gobierno y cuenta con demasiado poder sin supervisión. Warren y los defensores argumentan que es una agencia vigía que trabaja en favor de los consumidores estadounidenses.
La lucha de años por la CFPB alcanzó un punto cumbre el viernes por la noche cuando renunció el director Richard Cordray y nombró a su jefa de personal, Leandra English, como directora interina. Esa decisión la estableció para convertirse en directora en funciones según las reglas de la agencia establecidas bajo el acta Dodd-Frank de 2010.
Trump anunció subsecuentemente que Mick Mulvaney, el actual director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, sería el director en funciones de la agencia de protección al consumidor.
El domingo por la noche, English interpuso una demanda contra Trump y Mulvaney, buscando una orden de la corte que detenga el nombramiento del segundo como director en funciones.
Warren tuiteó el domingo por la noche que Trump había puesto una “nube de incertidumbre” sobre la CFPB. El viernes, la senadora de Massachusetts tuiteó que English es la directora en funciones legítima.
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El presidente “puede nominar al próximo director de la @CFPB, pero hasta que ese nominado sea confirmado por el senado, Leandra English es la Directora en Funciones según el acta Dodd-Frank”. El Acta Dodd-Frank es una ley de reforma masiva tras la recesión. El acta incluye provisiones para establecer la CFPB.
La idea surgió en un artículo que escribió Warren en 2007 mientras era profesora de leyes en Harvard. Ella se mudó a Washington después de que se aprobara el acta para ayudar al entonces presidente Obama a establecer y poner en función a la CFPB. Ella la presumió como una herramienta para proteger a la gente promedio de los bancos que se portaban mal.
La agencia tuvo una riña por el liderazgo de entrada. Obama consideraba nombrar a Warren para dirigir la agencia, pero se hizo evidente que los actores empresariales y republicanos del capitolio no lo permitirían. Ellos temían que ella fuese demasiado diligente como líder.
Así que Obama nombró a Cordray, pero incluso él tuvo que liderar la agencia como “director en funciones” pues los republicanos del senado bloquearon su confirmación oficial. Para cuando aprobaron su nombramiento, en 2013, se trataba en gran medida de un movimiento simbólico.
Desde entonces, la CFPB se ha mostrado ávida de pelear contra los grandes bancos, los prestamistas sospechosos y todos los puntos intermedios. Por ejemplo, a la luz del escándalo de cuentas falsas de Wells Fargo, la CFPB ordenó al banco a pagar una multa de 185 mdd y otorgar 5 en reembolsos a los consumidores.
La agencia también mantiene una base de datos pública sobre las quejas contra las empresas financieras.
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Wall Street y la mayoría de los republicanos odian a la agencia, y ven la renuncia de Cordray como una oportunidad para reformarla.
Los republicanos argumentan que se trata de una agencia rebelde pues no está financiada por el congreso y es dirigida por un solo director que no puede ser despedido a voluntad del presidente. Estas disposiciones han logrado que una corte federal determine que la CFPB “tiene una estructura inconstitucional”.
En febrero, justo después de la inauguración de Trump, los republicanos declararon una guerra contra la CFPB e introdujeron legislación para desmantelarla.
“La CFPB ha desgastado la libertad, pisoteado los procesos legales debidos y terminado con empleos. Debe irse”, dijo el presidente del comité de servicios financieros de la Cámara Jeb Hensarling en un artículo de opinión escrito en febrero para el Wall Street Journal.
La Asociación de Banqueros de Consumo, un grupo comercial que representa a los bancos minoristas, dijo en un comunicado el sábado que “la estructura actual de la CFPB es una dictadura, punto”.
Y la decisión de la Casa Blanca el viernes de nombrar a Mulvaney, quien trabajó para eliminar a la agencia mientras estuvo en el Congreso, señala que los republicanos van por ella.
Sin embargo, la confusión sigue reinando sobre quién está realmente a cargo.
La Casa Blanca duplicó su declaración de que Mulvaney es el director en funciones legítimo durante una teleconferencia con reporteros el sábado.
Un funcionario argumentó que es la acción “típica, rutinaria” que un presidente llene esas vacantes.
Mulvaney, quien en alguna ocasión llamó a la CFPB una “broma enferma y triste”, dijo en un comunicado el sábado que él se asegurará que la CFPB trabaje para “proteger (a los estadounidenses) mientras asegure mercados libres y justos para todos los consumidores”.
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“Espero trabajar con el personal experto dentro de la agencia para identificar cómo puede hacer la transición este buró para ser más efectivo en su misión y más responsable con los contribuyentes”, dijo.
Por su parte, la CFPB ha guardado silencio desde la renuncia de Cordray el viernes por la noche. Una cosa es segura: Trump sí tiene la autoridad de nominar un líder permanente para la CFPB.
Pero el nominado tendrá que ser confirmado por el Senado, donde él o ella sin duda se enfrentará a un fuerte cuestionamiento por Warren. Y Warren ha probado su disposición para detener a los nominados de Trump por meses.