La Justicia condena por corrupción al exvicepresidente de Cristina Fernández
BUENOS AIRES, Argentina - La condena por dos delitos de corrupción ha sido el último escalón en la caída de Amado Boudou, quien llegó a la cúspide del poder en Argentina como vicepresidente (2011-2015) de Cristina Fernández y este lunes ha tocado fondo al ser el primero en su cargo que pisará la cárcel.
Con una posición acomodada desde su infancia y una sólida formación en economía, Boudou, de 55 años, tuvo una meteórica pero breve carrera que se torció cuando, aún en el gobierno, las causas judiciales comenzaron a acecharle, y llevaron a su detención en pijama y descalzo a finales del año pasado, una imagen que fue filtrada a los medios y supuso un mazazo para su reputación.
En su alegato final de este lunes, Boudou se declaró inocente y víctima de una persecución política por haber querido "transformar la realidad" del país, y habló de una "revancha" frente a unos jueces que le condenaron a 5 años y 10 meses de prisión por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.
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Según el tribunal, cuando Boudou se desempeñaba como ministro de Economía en 2009, adquirió junto a su socio una imprenta de dinero en quiebra -Ciccone Calcográfica- con el objetivo de imprimir billetes y documentación oficial.
La opinión pública argentina conoció esta sentencia en medio de un gran despliegue mediático que incluía emisiones en directo de la furgoneta policial que lo llevaba a un penal de los alrededores de Buenos Aires, por parte de unos medios de comunicación en los que pocos de sus antiguos compañeros se han esforzado por lavar su imagen.
Boudou nació en 1963 en Buenos Aires, fue licenciado en Economía por la Universidad de Mar del Plata y se doctoró en el Centro de Estudios Macroeconómicos Argentinos, cuna de los economistas de la ortodoxia neoliberal del país.
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