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Senado argentino autoriza allanamiento de residencias de Cristina Fernández

La expresidenta estaba dispuesta a que se allanaran sus domicilios de Buenos Aires, Río Gallegos y El Calafate, aunque pidió que se prohibiera la presencia de cámaras durante los procedimientos.
mié 22 agosto 2018 08:36 PM
Cristina Fernández Senado Argentina allanamiento
Fernández. La expresidenta enfrenta otros procesos judiciales por supuesto enriquecimiento ilícito.

BUENOS AIRES, Argentina - El Senado argentino autorizó este miércoles por unanimidad el allanamiento de las tres residencias de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, un paso más en la causa judicial que investiga millonarios sobornos para adjudicar contratos de obra pública.

La votación fue afirmativa por parte de los 67 senadores presentes en la sesión, incluida la propia Fernández. No hubo abstenciones.

El pedido de allanamiento había sido solicitado por el juez Claudio Bonadio y requería la votación en el Congreso, pues la expresidenta (2007-2015), elegida senadora en 2017, está amparada por fueros parlamentarios.

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La sesión se prolongó durante seis horas, con intervenciones de 24 senadores.

En su discurso, Fernández reiteró que el proceso en su contra tiene como motivación apartarla de la política.

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"Si algo faltaba para consagrar la persecución política en Argentina era esta causa. Voy a ser la primera senadora allanada", aseveró.

Debido a sus fueros, Fernández no puede ser detenida, pero se la puede imputar y condenar.

La semana pasada, una sesión en el Senado para evaluar el pedido de Bonadio había fracasado por falta de quórum.

Resguardo de intimidad

Como antesala, en una carta a los distintos bloques del Senado difundida el martes, Fernández se declaró dispuesta a que se allanaran sus domicilios de Buenos Aires, Río Gallegos y El Calafate, estos dos últimos en el sur del país, aunque pidió que se prohíba la presencia de cámaras durante los procedimientos.

También solicitó la presencia de sus abogados y un senador durante los allanamientos.

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Esos pedidos, especialmente el de impedir la divulgación de imágenes, fue apoyado por varios congresistas con el argumento del resguardo de la intimidad.

Fernández "merece respeto. Allanen, busquen las pruebas, pero con respeto. Respeten la dignidad humana", enfatizó el senador Adolfo Rodríguez Saa, de la Unidad Justicialista (peronista).

Sin embargo, una moción específica para garantizar esas condiciones no tuvo la aprobación de la mayoría de los senadores, que consideró que la propia justicia asegurará el buen procedimiento.

Al anochecer, algunos de sus partidarios se congregaron a las puertas del edificio donde vive la expresidenta en Buenos Aires, para expresarle su apoyo. "Cristina es del pueblo y no la toca nadie", gritaban.

El martes, miles de personas se habían manifestado frente al Congreso, horas antes del debate parlamentario, para reclamar la autorización de los allanamientos y que se levante la inmunidad parlamentaria a la senadora.

"¡Cárcel a Cristina!", "¡que devuelvan la plata!", fueron algunas de las consignas de los manifestantes.

En busca del dinero

Fernández, de la corriente de centro-izquierda peronista y quien sucedió a su esposo Néstor Kirchner en la presidencia en 2007, es la persona de más alto rango involucrada en el escándalo conocido como "los cuadernos de la corrupción", que indaga presuntos sobornos de importantes empresarios entre 2005 y 2015 para obtener contratos de obra pública.

Según los cálculos iniciales, la trama de sobornos podría implicar alrededor de 160 millones de dólares.

La causa judicial se inició hace un mes sobre la base de apuntes tomados por un exchofer del ministerio de Planificación, Oscar Centeno, quien supuestamente hizo durante esos 10 años recorridos por Buenos Aires para llevar y traer bolsos cargados de millones de dólares.

El departamento de Fernández en Buenos Aires, así como la residencia presidencial de Olivos y la Casa Rosada, sede del gobierno, figuran en esos cuadernos como puntos de entrega de los bolsos.

El juez busca pistas sobre dónde podría haber quedado el dinero, que habría sido recibido siempre en efectivo.

A los apuntes del chofer se sumaron luego las confesiones de varios empresarios detenidos que decidieron acogerse a la figura del arrepentido ante la justicia, y más recientemente dos exfuncionarios de los gobiernos de Néstor (2003-2007) y Cristina.

Además de esta causa, la expresidenta enfrenta otros cinco procesos judiciales por supuesto enriquecimiento ilícito y por encubrimiento a iraníes acusados del atentado a la mutual judía AMIA en 1994 que provocó 85 muertos y 300 heridos.

No me arrepiento

Fernández dijo este miércoles durante la sesión que no se arrepiente "de nada" de lo que hizo cuando estuvo en el poder y tildó de "descarada, humillante y grosera" la "manipulación" de "hostigamiento" que asegura sufre.

Fernández comparó sus problemas judiciales a la persecución que asegura se está produciendo a otros exlíderes de Brasil o Ecuador.

"Estas persecuciones les pasa a los que con errores y aciertos creemos en algo y defendemos ese algo. Y yo creo en lo que hice como presidenta de los argentinos: creo en la redistribución del ingreso, en el empoderamiento de los derechos, en las universidades publicas... en el desendeudamiento como un instrumento de autonomía...", sentenció.

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"No me arrepiento de nada de lo que hice", subrayó, e hizo como excepción que "en todo caso" se arrepiente de "no haber sido lo suficientemente inteligente" para "convencer y persuadir" de que lo que estaba haciendo, "con errores o aciertos", había mejorado la vida de "millones de argentinos".

Durante su intervención, la expresidenta sentención que, "si creen que con esto van a hacer que cambie mis ideas, o que vote lo que ustedes quieran... no. Mal o bien pertenezco a una generación que creció con el miedo de que lo fueran a buscar para torturarlo, violarlo, desaparecerlo o tirarlo al mar".

"Hoy estamos tratando una medida, en este caso allanamientos de un senador que es inédita", agregó la expresidenta en un largo y vehemente discurso en el que defendió su Presidencia y negó cualquier tipo de acusación en su contra, al tiempo que lanzó fuertes críticas a la gestión del actual presidente, Mauricio Macri.

No obstante, gran parte de su discurso giró en torno a la influencia que, a su juicio, tiene su sucesor en su situación judicial.

La expresidenta hizo una comparación de su situación con la última dictadura (1976-1983).

"No es necesario andar matando dirigentes y gente. Hay otra forma de desaparición", afirmó, y añadió que la alta presión mediática "es una forma de presión" sobre los legisladores.

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"Es lícito que haya gente que no me quiera, yo tampoco quiero a algunos, lo que no es lícito es que quiera hacerse aparecer como que estamos ante un sistema justo, transparente y jueces imparciales", destacó.

En su convencimiento de que el Ejecutivo de Macri impulsa su persecución, se mostró tajante.

"Yo no soy el problema de este Gobierno, el principal problema son ustedes mismos y sus políticas espantosas", arremetió.

Por último, se dirigió también hacia el resto de sus compañeros del peronismo, muy dividido en los últimos años, donde dijo que hay "fuego amigo".

"Si mañana un rayo me partiera y de mí quedaran solamente esparcidas las cenizas hay algunos que no llegarían nunca por el voto popular a presidente. Lo lamento, pero no soy yo el problema", concluyó.

Con información de AFP y EFE

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