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Protestas y una investigación de la DEA acorralan al presidente de Honduras

Maestros y médicos exigen a Juan Orlando Hernández la derogación definitiva de dos iniciativas orientadas a la transformación de la salud y la educación, pues acusan un intento de privatización.
vie 31 mayo 2019 02:28 PM
Renuncia.
Renuncia. Los manifestantes exigen la renuncia de Juan Orlando Hernández.

Juan Orlando Hernández, el presidente de Honduras, enfrenta desde este miércoles dos problemas que hacen tambalear su gobierno. El primero son las protestas multitudinarias en las que se exige su renuncia. El segundo es la publicación de una investigación de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) sobre tráfico de drogas a gran escala y lavado de dinero que lo incluye.

El jueves, decenas de miles de personas marcharon en Honduras para exigir la dimisión del presidente en una de las jornadas de protesta más numerosas desde fines de 2017, cuando el mandatario fue reelecto en unos comicios calificados como fraudulentos por la oposición.

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Los manifestantes exigen además a las autoridades la derogación de dos decretos orientados a la transformación de la educación y la salud. De acuerdo con ellos, las iniciativas de ley buscan privatizar la educación y la salud, e incluyen despidos masivos de maestros y personal de la medicina, pese a que el Gobierno aprobó el miércoles un decreto que garantiza que no ocurrirá eso.

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Miembros de organizaciones de maestros y el Colegio Médico lideran las protestas, en las que también participan estudiantes de secundaria y universitarios y activistas de partidos de oposición.

Al coro de "la dictadura va a caer", decenas de miles de jóvenes se unieron al primer día de un paro nacional.

La marcha obligó a cerrar por unas horas el aeropuerto internacional Toncontín, al sur de Tegucigalpa, y desviar los vuelos a terminales alternas, dijo su portavoz.

Una patrulla de la policía fue incendiada en las cercanías del aeropuerto y un camión de carga fue quemado en una carretera al norte del país. Fuerzas antidisturbios desalojaron los bloqueos en varias carreteras de la nación con bombas lacrimógenas, dijo el portavoz del ministerio de Seguridad.

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Este viernes, las protestas continúan. Alrededor de un centenar de manifestantes, algunos de ellos con el rostro cubierto, bloquean la carretera que de Tegucigalpa conduce al sur del país con quema de neumáticos, impidiendo el libre tránsito de vehículos por las zonas, pero hasta el momento la Policía no ha llegado para desalojarlos.

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"Estamos aquí porque no queremos que nos privaticen la educación y la salud", dijo a EFE María Méndez, una maestra que trabaja en un colegio de la zona.

Agregó que la protesta continuará hasta que el gobierno "nos derogue los decretos que afectan al pueblo hondureño al querer privatizar estos servicios básicos: educación y salud".

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En el interior del país, también por segundo día, se registran bloqueos en carreteras en el norte, Caribe y occidente del país, de acuerdo con diversas fuentes.

La Embajada de Estados Unidos en Honduras instó a los hondureños a que "se abstengan de actos de violencia".

"Enfatizamos la necesidad de resolver sus diferencias de forma pacífica con respeto al orden público", subrayó la Embajada estadounidense en un comunicado.

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Agregó que el éxito de un país depende de "seguir fomentando la democracia a través de las conversaciones basadas en respeto mutuo".

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La llamada Plataforma de Defensa de la Educación y la Salud Pública, que encabeza las protestas, suspendió hace un mes las atenciones de consulta externa en los hospitales y hace casi 20 días las clases en las escuelas primarias y secundarias estatales.

Las protestas se han venido acrecentando en los últimos días ya que la mayoría del país -que se encuentra por debajo de la línea de la pobreza- sostiene que no podrá acceder a la salud y educación si es privatizada.

El presidente Hernández, cuya aprobación se encuentra en mínimos de su gestión, ha llamado al diálogo y asegura que su gobierno no pretende privatizar los servicios públicos, aunque se niega a derogar los decretos presidenciales aprobados.

El fantasma del narcotráfico

La protestas multitudinarias tuvieron lugar el mismo día que medios estadounidenses reportaron que las autoridades de aquel país investigaron al presidente hondureño en una pesquisa sobre tráfico de drogas a gran escala y lavado de dinero, de acuerdo a un reciente reporte de un tribunal.

El informe presentado el martes ante un tribunal federal de Manhattan se relaciona con un caso de narcotráfico contra el hermano de Hernández, Juan Antonio Tony Hernández, e hizo pública una solicitud de la fiscalía en 2015 para conseguir datos de correos electrónicos del presidente y varias personas cercanas a él.

Hernández, quien no ha sido acusado de un delito, no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios. La oficina de la fiscalía en Manhattan que hizo la solicitud tampoco pudo ser contactada.

La Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) comenzó a investigar a Hernández alrededor de 2013, según el documento.

Entre los investigados también aparecen la hermana de Hernández, Hilda, y varios miembros de la familia Rosenthal, propietaria del conglomerado Grupo Continental y que ha participado de forma activa en la política hondureña.

El presidente hondureño, un abogado conservador que llegó al poder en 2014, detuvo los homicidios con una política de mano dura contra los cárteles de la droga y las pandillas callejeras que ha sido apoyada por Estados Unidos y criticada por grupos de derechos humanos.

Tony Hernández fue arrestado en Miami en noviembre. Un líder de la pandilla Cachiros dijo durante un juicio en marzo de 2017 en Nueva York que "Tony" Hernández había aceptado un soborno para ayudar a lavar fondos provenientes de la venta de drogas.

Con información de EFE y Reuters

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