"Los suministros de petróleo se verán afectados y los precios del petróleo subirán a números más altos que los que hemos visto en nuestras vidas", vaticinó.
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Bin Salman destacó que prefiere una resolución pacífica porque una guerra entre Arabia Saudita e Irán colapsaría la economía global.
"La región representa aproximadamente el 30% de los suministros de energía del mundo, 20% de los intercambios y cerca del 4% del PIB mundial. Imagine que estas tres cosas se detengan. Ello significaría un colapso total de la economía planetaria, y no solo de Arabia Saudita o los países del Medio Oriente".
El príncipe heredero dijo que estuvo de acuerdo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en que los ataques del 14 de septiembre fueron un acto de guerra de Irán. Estos atentados dañaron las instalaciones de procesamiento de petróleo más grandes del mundo e interrumpieron más del 5% del suministro. Bin Salman dijo que no tenía sentido.
"No hay un objetivo estratégico. Solo un tonto atacaría el 5% de los suministros mundiales. El único objetivo estratégico fue demostrar que son estúpidos y eso es lo que hicieron", afirmó.
Estados Unidos, las potencias europeas y Arabia Saudita han culpado a Irán por los ataques. Teherán ha negado cualquier participación, pero el grupo rebelde yemení houtí, alineado con la república islámica, se atribuyó la responsabilidad.
"La solución política y pacífica es mucho mejor que la militar", insistió.
En este sentido, Bin Salman apoyó los llamamientos del presidente estadounidense Donald Trump de reunirse con su homólogo iraní Hasan Rohaní, para negociar un nuevo acuerdo tras la ruptura, por Washington, del pacto nuclear multirateral alcanzado en 2015: "es lo que todos pedimos. Sin embargo, son los iraníes quienes no quieren sentarse a la mesa",
Con información de AFP, EFE y Reuters