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Lo que sabemos de la nueva caravana de migrantes de Honduras

Más de 3,000 personas buscan llegar a Estados Unidos, aunque en su camino deberán enfrentar a las autoridades de Guatemala y México.
vie 17 enero 2020 05:04 AM
Especial cuidado con los niños
Las autoridades guatemaltecas exigen a los migrantes hondureños que presenten documentos que avalen que los niños viajan con sus padres o familiares.

Más de 3,000 migrantes partieron el en una nueva caravana que busca llegar a Estados Unidos. Estos personas, en su mayoría hondureños, huyen de la pobreza y la violencia que reinan en el país centroamericano.

Sin embargo, su camino no está siendo sencillo. Las autoridades de Guatemala y México, países con los que Washington tiene acuerdos para frenar la migración, buscan impedir su avance. Esto es lo que sabemos hasta el momento.

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La partida de Honduras

El martes 14 de enero por la noche, aproximadamente 1,000 personas se reunían en San Pedro Sula, en el norte de Honduras, para partir en caravana hacia Estados Unidos.

"En este momento tenemos cerca de 1,000 pero están llegando buses de Tegucigalpa y de diferentes lugares del país", dijo a la agencia AFP Bartolo Fuentes, exdiputado opositor, periodista y defensor de Derechos Humanos que fue acusado por el gobierno de organizar la primera caravana, el 14 de octubre del 2018, señalamientos que rechaza.

Varios de los participantes en la caravana compartieron que dejan su país, a veces dejando a su familia, por la falta de trabajo y la inseguridad.

"Vamos a ver el sueño americano, nos vamos por la inseguridad, la situación está muy difícil aquí, no se haya trabajo; a uno, como es menor, no le dan. Piden muchos papeles, con identidad y otras cosas, aquí no se puede vivir, entonces uno migra para otros países a buscar (algo) mejor para ayudar a otros familiares, para un futuro mejor y de la familia, los hijos de uno", dijo a la agencia EFE Jefferson Adonay, de 16 años.

Al filo de la medianoche, cerca de la mitad del contingente salió de imprevisto caminando hacia Corinto, frontera hacia Guatemala.

En el trayecto, grupos de hasta 70 personas subieron a camiones o vehículos que ofrecieron llevarlos, mientras los demás avanzaban lentamente a pie a la orilla de la carretera.

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Los migrantes caminaban por la carretera asfaltada a la orilla del mar Caribe mientras policías y militares los seguían de cerca en vehículos y retenes.

Antes del amanecer, partieron los demás que quedaban en la terminal de transporte.

El rechazo de Guatemala

Los primeros inmigrantes hondureños ingresaron a Guatemala el miércoles 15 de enero. Unos 400 hombres, mujeres y niños se aglomeraron en Corinto, en la frontera de Honduras con Guatemala, unos 220 km al norte de Tegucigalpa.

Un oficial les pidió pasar a la oficina de Migración para registrarse antes de cruzar la frontera. Sin embargo, los migrantes rompieron el cerco de policías y lograron entrar a Guatemala.

Otros migrantes que llegaron después a Corinto desde San Pedro Sula en grupos pequeños fueron retenidos por los agentes que les pidieron documentos.

El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, dijo a periodistas que acuerdos regionales permiten la movilización de los migrantes, pero advirtió que serán "extremadamente exigentes" con la documentación de los menores de edad para comprobar que viajan con sus padres o tutores.

El nuevo gobernante aseguró que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien visitaba Guatemala por su toma de protestas, le aseguró que México "utilizará todo lo que esté en sus manos" para evitar el paso de la caravana.

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Ebrard confirmó en su cuenta de Twitter que la migración fue uno de los temas discutidos durante su reunión con Giammattei en Ciudad de Guatemala, sin embargo no ofreció más detalles.

Parte de la caravana, que entró por el departamento caribeño de Izabal, fue obligada a retornar este jueves a la frontera de ambos países para regularizar su situación, por orden de policías guatemaltecos y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos

La Policía Nacional Civil de Guatemala y los funcionarios estadounidenses, vestidos de civil con camisa de botones, lentes oscuros y pantalones de comando, revisaron a decenas de hondureños que habían ingresado, en su mayoría, sin registro a Guatemala el pasado miércoles.

Las autoridades retuvieron a los migrantes a la altura de la aldea Entre Ríos, del departamento de Izabal, y los devolvieron en microbuses hacia la frontera del Corinto, desde donde habían ingresado como caravana.

La Agencia Efe pudo constatar la desesperación de la mayoría de los hondureños que fueron obligados a retornar a la frontera para identificarse y poder así continuar con su camino rumbo a Estados Unidos.

Solo algunos cuantos migrantes, en su mayoría hombres, consiguieron registrarse en la frontera para seguir su camino dispersos.

El instituto migratorio guatemalteco informó el jueves que, entre la noche del miércoles y este jueves, 1,612 hondureños han pasado con su documentación reglamentaria por Agua Caliente y otros 662, por El Cinchado (noreste). Un total de 2,274 personas.

Unos 200 migrantes se encontraban la tarde del jueves en el departamento de Petén, cerca de la frontera con México, indicó Diego González, delegado de la Procuraduría de los Derechos Humanos en el área.

Otro centenar llegó al paso de Tecún Umán (suroeste), colindante con México, siguiendo la ruta de caravanas anteriores.

Pero este nuevo grupo tiene la advertencia de que no se le permitirá entrar en México, reiteró este jueves el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei.

En México "la cosa es distinta"

Muchos de los inmigrantes, entre ellos mujeres con niños, algunos de meses de nacidos, no hicieron el registro migratorio en Agua Caliente, convencidos de que les dieran o no el pase para cruzar a Guatemala, "de nada nos sirve" porque "la cosa es diferente al llegar a México", indicaron a Efe algunos miembros de la caravana

Los hondureños que pretenden llegar hasta Estados Unidos no ignoran el riesgo de no poder pasar de México, cuyo Gobierno avisó el miércoles que no entregará salvoconductos para que los miembros de la nueva caravana puedan atravesar el país con destino a la tierra del denominado "sueño americano".

"Simplemente no es México un país de tránsito solamente, no es un país que dé un salvoconducto, es un país que abre las puertas para incluir a las personas que quieran entrar y migrar a nuestro país pero de ninguna manera tenemos visas de tránsito o salvoconductos", dijo a periodistas la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

La postura de México se da en el marco del plan migratorio acordado el pasado 9 de junio con el gobierno de Estados Unidos. Como parte de esta estrategia, las autoridades mexicanas piden a los migrantes registrarse antes de ingresar al país. Esto le ha valido a México críticas por un endurecimiento de su política migratoria, algo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha negado bajo el argumento de que solo se hace valer lo estipulado en la Constitución.

En ese sentido, Sánchez Cordero expresó en declaraciones a la prensa que si los migrantes desean quedarse en México, el gobierno tiene diferentes opciones para ellos como son los programas sociales que se han puesto en marcha y las opciones de trabajo que se les ofrecen en el país.

“Si quieren venir a incorporarse con algún estatus migratorio para trabajar, estudiar, incluirse en algún programa social como Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro, las becas, o algunas alternativas, si desean tener algún tipo de estatus migratorio los vamos a atender con muchísimo gusto”, expresó la funcionaria.

A finales de 2018 miles de migrantes centroamericanos salieron en caravanas desde sus países huyendo de la violencia y la pobreza, muchos de ellos buscaron asilo en Estados Unidos pero fueron rechazados.

Con información de EFE y AFP

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