La Unión Europea es otro paciente en crisis por el coronavirus

El bloque ha fallado en brindar ayuda a sus países miembros más afectados, España e Italia, que han debido recurrir a la ayuda de China y Rusia, dice el académico Manuel Andreu Gálvez.
Ante incapacidad de a Unión Europea, Italia y España tuvieron que recurrir a la ayuda de países fuera del bloque.

Europa comienza a ver el fin del momento más crítico por la pandemia del coronavirus. Los datos de contagios y muertes por el COVID-19 muestran una estabilización de la enfermedad y permiten comenzar a pensar en el futuro, que puede ser quizás más amargo, debido a la recesión que varios países sufrirán como consecuencia de sus coronavirus.

Una de las instituciones que puede salir más dañada de los confinamientos extremos, así como por la crisis económica, será la Unión Europea (UE).

canciller de Alemania, reconoció el 6 de abril que la pandemia constituía la “mayor prueba” del bloque desde su fundación.

“Nos encontramos frente a un gran desafío para la salud de nuestra población", subrayó, y recordó que, a niveles distintos, todos los países se han visto azotados por la pandemia. "Y es por ello que a todos nos interesa, también a Alemania, que Europa sea fuerte en esta prueba", sostuvo.

A pesar de los buenos deseos de la canciller alemana, la UE se ha mostrado débil para apoyar a dos de sus miembros más afectados, Italia y España, dijo en entrevista telefónica Manuel Andreu Gálvez, profesor investigador de la Facultad de Derecho de Universidad Panamericana (UP).

“No ha habido un apoyo de la Unión Europea a muchos países del sur, sin embargo otros bloques como China y como Rusia, en el caso de Italia y España, pues han ayudado a los países que la UE se ha visto incapaz de resolver”, señala el especialista en geopolítica.

Para el profesor-investigador, esto es un signo claro del debilitamiento de la UE. “No solo son las diferencias económicas, es que en una crisis como esta no ha habido un resultado de una política comunitaria en favor de los países que lo necesitaban”

La crisis desatada por la pandemia del coronavirus ha sido el escenario perfecto para que las diferencias histórica entre los países del norte, como Alemania, y los del sur, como Italia y España, salieran a flote.

“En la Unión Europea la situación es extremadamente complicada porque existe una fractura entre la Europa rica del neoliberalismo del norte y los países del sur que culturalmente son católicas y no comparten la visión tan fuerte de capitalismo que hay en el norte”.

Estas diferencias hacen que los países de aborden la pandemia desde perspectivas distintas. Por ejemplo, en los países del sur han recibido a cualquier tipo de paciente o exigen medidas solidarias entre los países para frenar el daño económico de la epidemia como los coronabonos.

es el intento del bloque para demostrar que puede responder a la crisis, sin embargo será en los próximos meses cuando veremos las verdaderas secuelas del coronavirus en el bloque.

“La Unión Europea tiene ahora mismo un resfriado, está enferma, pero en el futuro un nuevo resfriado puede hacer que igual que Inglaterra se ha ido con el brexit, puede haber otra separación de otro país importante y el bloque se quede tambaleando. El futuro es muy incierto y la cuerda se está tensando mucho en Europa y no sabemos si esta crisis va a traer consecuencias graves para el sistema”, explicó Gálvez.

El populismo, al acecho

Desde hace años, el fantasma de que los movimientos de extrema derecha o extrema izquierda se hagan del poder en Europa ronda el continente desde hace años, sin embargo una crisis económica y social como la provocada por la pandemia de coronavirus, puede ser el empujón final para que se haga realidad.

Estas alternativas también se pueden volver muy atractivas frente a un modelo económico que ha sido injusto con las poblaciones más vulnerables.

"Los populismos muestran que hay algo mal en el sistema. Es decir, está mal que la gente vote a partidos populistas, pero éste es sólo un indicador de que hay algo que falla, porque si no la gente no saldría. El populismo tiene algo de verdad, la gente está harta y por eso vota a estos espacios"

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“Ambos son riesgos. Por un lado, el modelo actual tiene sus fallas, como también que se volviese a esos populismo de extrema izquierda y de extrema derecha por que eso también afectaría mucho a la población”.

Un reequilibrio de fuerzas

A nivel global, la pandemia provocará una crisis económica tan grave que solo podrá ser comparada con la gran depresión de 1929. Esto también traerá una serie de cambios geopolíticos que pueden cambiar el equilibrio de las fuerzas globales.

"Estamos asistiendo en el fondo a un problema entre la disputa de un sistema, que es el sistema neoliberal en Occidente desde el final de la Guerra Fría, y la alternativa a este, que está surgiendo con el coronavirus, que es el que se está generando por otras fuerzas políticas como una alternativa", explicó Gálvez.

Autores como Juan Manuel de Prada, citados por el investigador de la UP, comentan que este es el final de la era globalista, con una fe en el crecimiento económico infinito y las sociedades abiertos, conceptos que están siendo cuestionados.

Otros autores, como Miguel Ayuso Torres, sostienen que se trata de un enfrentamiento entre el mundo multipolar, representado por China, Rusia e India, y el bloque unipolar neoliberal, con EU a la cabeza.

Un rasgo importante de esta frase, señaló Gálvez citando al historiador Julián Casanova, es que esta crisis no ha sido gradual. "No hay antecedentes de otra guerra que haya obligado a confinar a toda la población. Él recordaba que en la II Guerra Mundial las mujeres salieron a las fábricas a producir armas, materiales, pero nunca toda la economía de los países se había quedado paralizada. Descongelar la economía no es comparable con el New Deal de Roosevelt".

El profesor indicó que todo esto puede traer como consecuencia un nuevo orden mundial en los cuales el Estado gane lugar. "Todo esto del mercado común y las estructuras de gobiernos transnacionales pueden ceder a los antiguos Estados-naciones".

El investigador de la UP sugirió que México y otros países deben buscar un equilibrio entre la participación del Estado para proteger los empleos formales y proteger a las poblaciones que trabajan en la informalidad, las más vulnerables ante las pandemias.

"Los gobiernos se han dado cuenta que no invertir en sanidad les puede salir mucho más caro. A lo mejor invertir más en otras temas, como comentaba el papa Francisco, como las armas (...), se tendría que llevar más hacía la salud o la protección de los seres humanos", dijo el investigador.

"Hay que tener esperanza, a lo mejor el mundo que viene no es tan malo como la pintan y es mejor que lo que estábamos viviendo", concluyó Gálvez.