Los manifestantes desafiaron la prohibición de celebrar una vigilia en recuerdo de la represión de Tiananmen, en un contexto de fuertes tensiones sobre la influencia de Beijing en la ex colonia británica.
Por primera vez en tres décadas, este año la policía no autorizó la vigilia tradicional, invocando los riesgos por el COVID-19.
La policía también impidió el paso a la Oficina de Enlace, el órgano oficial que representa a Beijing en Hong Kong, adonde algunos activistas del movimiento prodemocrático habían acudido.
Pese a una imponente presencia policial, miles de hongkoneses salieron hoy a las calles de la ciudad -en grupos reducidos para guardar la distancia de seguridad y evitar aglomeraciones- para recordar la matanza de Tiananmen de 1989.
En el Parque de la Victoria, miembros de la Alianza de Hong Kong de Apoyo a los Movimientos Democráticos Patrióticos de China, que organizó el evento, encendieron velas e invitaron a guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Desde 1990, Hong Kong conmemora la masacre con una multitudinaria vigilia. El año pasado reunió a 180,000 personas.
"Hace 30 años que vengo cada año para la vigilia en memoria de las víctimas de la represión del 4 de junio, pero este año, todavía tiene más importancia", declaró a la AFP un hombre de 74 años que se hace llamar Yip.