Hasta ahora, un medicamento de otra familia, el antiviral remdesivir había mostrado una cierta eficacia para acelerar la recuperación de enfermos hospitalizados debido al COVID-19.
Pero este medicamento no resultó eficaz para evitar muertes, según el estudio presentado a finales de abril por las autoridades estadounidenses.
Estados Unidos aprueba antiviral remdesivir para tratamiento de la COVID-19
A principios de junio, el mismo ensayo Recovery concluyó que la hidroxicloroquina, en la que muchos países tienen puestas muchas esperanzas, no tiene efectos beneficiosos contra el COVID-19.
Esta constatación condujo el lunes a las autoridades sanitarias estadounidenses a retirar la autorización de urgencia para el empleo de la hidroxicloroquina contra la COVID-19, así como la de otro medicamento pariente, la cloroquina, defendidas durante un tiempo por el presidente Donald Trump.
El grupo hospitalario parisino AP-HP había asegurado a finales de abril que otro medicamento, el tocilizumab, reducía "significativamente" el riesgo de morir o de ingresar en reanimación. Pero estas afirmaciones todavía no han sido probadas por ningún estudio.
En el marco del ensayo Recovery, 2,104 pacientes recibieron dexametasona por vía oral o intravenosa durante 10 días, con una dosis diaria de 6 mg. Compararon este grupo con 4,321 pacientes que no siguieron este tratamiento.
Estos resultados no fueron todavía publicados como un estudio detallado, sino que son objeto de un comunicado de Recovery.
En total, más de 11,500 pacientes de 175 hospitales británicos participan en este ensayo, que evalúa varios tratamientos potenciales.
Con información de AFP, EFE y Reuters