En la carta, dirigida al vicesecretario adjunto de la Autoridad para la Investigación Biomédica Avanzada y Desarrollo (BARDA, en inglés), Gary Disbrow, señala que, con base en datos, como resultados de análisis clínicos, han concluido que es probable que el fármaco "no sea efectivo" frente a la COVID-19.
"Tampoco es razonable creer que los beneficios conocidos y potenciales de estos productos exceden su riesgo conocido y potencial", señaló al anunciar el fin de su uso de emergencia.
La FDA explicó que no cree que sea probable que las dosis propuestas de ambos medicamentos produzcan un efecto antiviral.
Además, apuntó que los datos recientes no arrojan ninguna prueba de que sean beneficiosos para disminuir la mortalidad entre los pacientes de coronavirus o que ofrezcan alguna otra ventaja, como la reducción de la estancia en el hospital.
La FDA había dado luz verde el 30 de marzo para que estos tratamientos antipalúdicos se prescribieran, solamente en hospitales, a pacientes contaminados por el nuevo coronavirus.
En abril, el regulador advirtió de que no se prescribieran esos fármacos fuera de los centros médicos.
Debido a que la hidroxicloroquina sí está aprobada en Estados Unidos para tratar enfermedades como el lupus o la artritis, los médicos todavía podrán administrarla a los pacientes de coronavirus, siempre y cuando no la receten expresamente para el COVID-19.