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Por qué las democracias son necesarias para prevenir la próxima pandemia

Los estados de excepción y el retraso en las elecciones en varios países son dos de los riesgos para este sistema político, de acuerdo con una carta firmada por 500 organizaciones y líderes.
jue 25 junio 2020 12:04 AM
Elecciones interrumpidas
Uno de los riesgos para la democracia que trajo la pandemia es el retraso indefinido de elecciones en varios países.

La pandemia de coronavirus no solo ha representado el mayor reto para la economía global desde la Segunda Guerra Mundial, sino también se trata de la prueba más grande que los sistemas democráticos han tenido que enfrentar. El riesgo de un avance de regimenes autoritarios crece en el planeta al ritmo de una enfermedad, que al menos en América Latina, no ha podido ser detenida.

Ante este desafío, el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional) y la Fundación Nacional para la Democracia, con sede en Washington, hicieron un llamado para defender a la democracia. Hasta el momento, la carta ha sido firmada por 73 instituciones prodemocráticas, así como líderes políticos y cívicos de todo el mundo, incluidos 13 galardonados con el Premio Nobel y 62 ex jefes de estado y de gobierno.

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Entre los ex gobernantes que firman la carta, se encuentra el ex presidente de México, Ernesto Zedillo; la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, y el ex presidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos.

“La pandemia actual representa un temible desafío global para la democracia. Los líderes autoritarios de todo el mundo ven la crisis de la COVID-19 como un nuevo campo de batalla político en su lucha para estigmatizar la democracia como débil y revertir sus impresionantes logros de las últimas décadas”, sostiene la carta publicada este jueves.

Sin embargo, el secretario general de IDEA Internacional, Kevin Casas-Zamora aseguró que el asunto es mucho más complejo que una competencia entre el autoritarismo y la democracia.

"Más importante que el tipo de gobierno que tenga un país es cuánto gobierno tenga, quiero decir con esto cuán eficaces sean sus instituciones para enfrentar una crisis de este tipo", explicó Casas-Zamora en entrevista con Expansión.

El secretario general de la organización pone como ejemplo a China y Singapur, dos países que tienen sistemas autoritarios con alta capacidad estatal, cuya respuesta a la pandemia ha sido, en su mayoría, elogiada. Del otro lado están democracias con niveles parecidos de capacidad estatal, como Alemania y Nueva Zelanda.

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América Latina es un ejemplo tanto de gobiernos autoritarios -Venezuela y Nicaragua- y democracias -como Perú y Brasil-, que no cuentan con instituciones públicas capaces de dar respuesta al COVID-19.

"La implicación práctica de esto es, más que sucumbir a la tentación de dar una respuesta autoritaria, lo que nos toca es equipar a los sistemas democráticos para que sean mucho más eficaces para responder a la demanda de la ciudadanía", explicó.

Si bien, la respuesta que dieron distintos tipos de gobierno al COVID-19 podrá ser evaluada posteriormente, ahora podemos saber que la democracia es el mejor sistema para prevenir una nueva pandemia.

"Son mucho mejores por un argumento que ya explicaba hace mucho tiempo el economista indio Amartya Sen cuando se preguntaba por qué en los sistema demócraticos no ha habido una hambruna. La respuesta es porque en los sistemas democráticos circula la información que permite prevenir una situación de ese tipo y hay una activación de la sociedad civil que permite corregir las políticas públicas para enfrentar una emergencia".

La clave para tener gobiernos más resistentes a la crisis sanitaria y económica que enfrenta el mundo, así como para prevenir futuras catástrofes es mejorar las sistemas democráticos.

"Esto implica meterse con temas de diseño institucional y calidad de la administración pública. También implica meterse con un tema que es muy espinoso en América Latina: la robustez fiscal de los Estados", dijo Casas-Zamora.

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El especialista puso como modelo a Alemania, un país que tiene una gran salud fiscal. Esto le ha otorgado bastante libertad para invertir recursos para poder resolver las crisis.

Con el fin de lograr también una mayor confianza de la ciudadanía, clave para implementar políticas públicas será necesario combatir la pandemia de corrupción en la región. "Ese tema de la confianza es crucial. Que las instituciones tengan confianza les brinda mucho mayor posibilidad de ser eficaces".

En América Latina, Casas-Zamora halagó el desempeño ante la crisis de dos pequeños países: Costa Rica y Uruguay.

"No es enteramente casual que países como Uruguay o Costa Rica les haya ido bien en esta primera fase de la crisis: son países que tienen una larga tradición institucional que empezó desde el siglo XIX, el Estado funcional", argumentó.

Los estados de excepción, un riesgo latente

Para poder hacer frente a la expansión del nuevo coronavirus en sus territorios, muchos gobernantes declararon estados de excepción que les proporcionaron poderes especiales para tomar decisiones urgentes. Aunque se trata de una herramienta legitima en las democracias, hay un peligro latente en el abuso de esta figura.

"En algunos casos, la utilización de los estados de emergencia ha ido más allá de los razonable, por ejemplo: Hungria, El Salvador, Filipinas, Turquía. En estos países, los poderes de emergencia están siendo utilizados para perseguir opositores y para acallar a la prensa independiente".

En momentos como este, contar con una prensa libre, que pueda proporcionar toda la información posible sobre la pandemia, es indispensable para que la población tome las mejores decisiones, señaló el jefe de IDEA Internacional.

Otro peligro que corre la democracia es el retraso de las elecciones en varios países del mundo. "Hay 66 elecciones que han estado programadas para distintos momentos del año, desde ellecciones locales hasta elecciones nacionales y referendos. En muchos casos, no hay más opción que posponerlas, pero eso tiene un límite".

En varios países, las elecciones son una válvula de escape para las tensiones, por lo que retrasarlas sin una fecha de realización próxima puede provocar mayor inestabilidad.

"Es necesario que se encuentren formas de ejercer el derecho al sufragio por parte de la ciudadanía, pero que al mismo tiempo reduzcan los riesgos que tiene una elección para la salud pública. Hay ejemplos muy valiosos, como las elecciones de hace unas semanas en Corea del Sur".

Un tercer grupo de riesgo tiene que ver con las consecuencias económicas de la crisis económica mayúscula que estamos enfrentando. No las hemos visto porque la crisis no está golpeando. Esta crisis económica va a generar inestabilidad política y de orden público, lo cual puede hacer más atractivo imponer medidas autoritarias.

En el caso específico de América Latina, proporcionar mayor poder al ejército, más allá de su labor de protección de la soberanía nacional "debería ser una señal de alerta".

Para Casas-Zamora, sin embargo, el principal riesgo para la democracia es que la ciudadanía se acostumbre a vivir en un estado de emergencia.

"Ese es uno de los grandes riesgos, el tema de que nos habituemos a un papel mucho más invasivo del Estado en la privacidad de las personas. El riesgo es que esos poderes de emergencia, aunque se ejerzan de manera adecuada, se conviertan en la nueva normalidad de la vida democrática y que una ciudadanía atemorizada lo tolere".

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