Se trata de todo un desafío para las autoridades. Los niños que volvieron a sus centros escolares no se encontraron con la escuela de "antes", dadas las medidas sanitarias excepcionales que rodean el regreso.
Entre ellas, alumnos por clase a menudo reducidos —como en Grecia o en Bosnia—, cursos acortados, mascarillas obligatorias a partir de los 11-12 años o desde más pequeños aún en Grecia. Las autoridades quieren evitar a toda costa que las escuelas se conviertan en focos de propagación de COVID-19.
En Francia, 12.4 millones de alumnos de todos los niveles volvían este martes a clase, "en el respeto de las prescripciones emitidas por las autoridades sanitarias", como la mascarilla obligatoria para los profesores y los alumnos a partir de 11 años, incluso en el exterior del centro.
El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, considera que el nuevo protocolo sanitario es "simple y claro", pero algunos profesores, que ya iniciaron el regreso el lunes, lamentan que haya "puntos de interrogación" en cuanto a la organización en los comedores o en los patios de recreo.
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En algunos países, como Bélgica, los niños saldrán por turnos al recreo, para evitar la masificación. Es el caso de Grecia donde el regreso escolar previsto el 7 de septiembre fue retrasado este martes por una semana hasta el día 14.