Esto es lo que sabemos sobre el caso:
¿Qué es lo que pasó?
La Agencia Tributaria neerlandesa acusó sin fundamento a más de 26,000 padres de fraude fiscal tras recibir ayudas para pagar los cuidados de sus hijos. Exigió a miles de victimas devolver el dinero que habían recibido con anterioridad, lo que llevó a muchos a la ruina, a perder su casa y su trabajo, y a endeudarse para poder reunir un dinero que no tenían.
Una investigación parlamentaria publicada en diciembre reveló que funcionarios de impuestos pusieron término a las prestaciones de miles de familias, acusadas erróneamente de fraude entre 2013 y 2019, y les obligaron a devolverlas de forma retroactiva. En algunos casos, se trataba de decenas de miles de euros.
Desde 2014, la Agencia Tributaria envió cartas a las familias con hijos para acusarlas de fraude a las autoridades fiscales y por mucho que justificaban su necesidad de recibir esas ayudas para pagar las guarderías, con documentos que incluían contratos de trabajo y facturas, los subsidios seguían bloqueados.
Los padres se vieron en una situación de vulnerabilidad, y por mucho que trataban de demostrar con documentos que no habían cometido un fraude, las autoridades fiscales no desbloqueaban sus ayudas y les pedían devolver grandes cantidades de dinero, lo que condujo a muchos a convivir con problemas financieros, pérdidas de trabajo, de casa y divorcios.