La aparición de nuevas cepas ha complicado la lucha contra el COVID-19 que, desde su irrupción a finales de 2019 en la ciudad china de Wuhan, ha causado 2.2 millones de muertos por 102.5 millones de contagios, especialmente en Europa y el continente americano.
Para intentar dilucidar el origen del virus, los expertos de la OMS visitaron el mercado de Huanan, donde se vendían animales salvajes y se detectó el primer brote de la epidemia hace un año. Desde enero de 2020, permanece cerrado.
Esta visita es políticamente muy sensible para Beijing, acusada de haber tardado en reaccionar a los primeros casos. Como muestra de la tensión, los guardias sólo dejaron entrar a los vehículos del equipo de la OMS, que no respondieron a la prensa, constató la AFP.
En los últimos días, las autoridades chinas han reforzado una narrativa positiva de su actuación, al tiempo que intentan minimizar el alcance de la misión de la OMS. "No se trata de una investigación", dijo el viernes la cancillería china.
Más restricciones
Con los programas de vacunación masiva aún en sus inicios y con problemas de suministro, las impopulares restricciones a los negocios, a la circulación y a los viajes siguen siendo una de las pocas opciones de las que disponen los gobiernos en su lucha contra el virus.
Además del cierre de sus fronteras a las personas procedentes de fuera de la UE, Francia cerrará los centros comerciales de gran tamaño. Los portugueses no pueden por su parte viajar al extranjero durante dos semanas, salvo en "casos especiales".
El sábado, Alemania prohibió la entrada a la mayoría de los viajeros procedentes de países afectados con las nuevas cepas, consideradas más contagiosas. La decisión afecta al Reino Unido, Irlanda, Portugal, Brasil, Sudáfrica, Lesoto y Esuatini.
La mitad de los 33 millones de peruanos amanecieron este domingo bajo una cuarentena obligatoria de dos semanas destinada a contener la segunda ola de la pandemia y las autoridades cerraron incluso la joya de su turismo, la ciudadela inca de Machu Picchu.
"Las medidas son duras (...), pero en este momento son necesarias. Necesitamos estos 15 días [de confinamiento}. Si cumplimos, podemos reducir el número de contagios", dijo el sábado la número dos del gobierno peruano, Violeta Bermúdez, al canal RPP.