La elección del nombre es altamente simbólico. Es un homenaje al primer satélite del mundo, lanzado por la Unión Soviética en 1957, y recuerda una proeza científica y una dura derrota para el archienemigo Estados Unidos.
En Brasil
Vanderlecia Ortega dos Santos o Vanda, de la tribu indígena witoto, recibe una dosis de la vacuna de Sinovac en Manaos, una de las ciudades brasileñas más afectadas por el COVID-19.
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Reino Unido
Geoff Holland, de 90 años, está junto a Jenny Holland, de 86, mientras recibe una dosis de la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford contra el COVID-19, en Mainsfield, Reino Unido. El país ya ha suministrado 10 millones de dosis de la vacuna.
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India
Una trabajadora de la salud recibe una dosis de la vacuna Covishield, elaborada por el Instituto Serum deIndia, el mayor fabricante de vacunas del mundo, en el Centro de Salud Comunitario de Mathalput, en el distrito de Koraput, en Odisha, un estado en el este de India.
FOTO: Reuters/Danish Siddiqui
Estados Unidos
Robert Aucoin, un veterano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, recibe su vacuna en la Casa del Soldado en Holyoke, Massachusetts, Estados Unidos.
HOANG 'LEON' NGUYEN/POOL/via REUTERS
China
La genete espera en un centro de vacunación despué de recibir una dosis de la vacuna contra el COVID-19 en Shangai, China.
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Eslovaquia
Un sobreviviente del holocausto se preapara para recibir una dosis de la vacuna en el Centro Comunitario Judío de Bratislava en Bratislava, Eslovaquia.
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Israel
Un hombre recibe su dosis de la vacuna contra el COVID-19 en una instalación sanitaria, en un estacionamiento en un Centro Comercial en Tel Aviv, Israel.
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"No es coincidencia, porque busca poner en el centro de la crisis sanitaria a Rusia como uno de los actores de la solución", dijo Brenda Estefan, analista en temas internacionales, a Expansión.
Se trata también del regreso de la investigación rusa a la élite científica mundial. Este sector había resultado muy afectado por las crisis y la corrupción desde la caída de la URSS.
Al igual que China, Rusia ha demostrado su voluntad de distribuir su vacuna en el mundo. Actualmente, la vacuna ya ha sido aprobada por quince países, desde países ex soviéticos, como Bielorrusia, pasando por aliados como Venezuela y Nicaragua, hasta países como Argentina y México, que suelen estar en el círculo de influencia de Estados Unidos.
Más que exportar, Rusia desea cerrar acuerdos de cooperación para que otros países produzcan su vacuna que, por ahora, se fabrica en países lugares como Brasil, India, Corea del Sur y Kazajistán.
Incluso la Unión Europea, que ha tenido problemas con el abasto de las vacunas de Pfizer, AstraZeneca y Moderna, está pensando en comprar las vacunas desarrolladas por China y Rusia, aunque con condiciones.