De Blasio resaltó la importancia de que vuelva el turismo a Nueva York, para lo que ha destinado unos 30 millones de dólares a la que será la mayor campaña turística de la historia de la ciudad de cara a este verano, si bien la mayoría del turismo hasta el momento es nacional debido a las restricciones de entrada a Estados Unidos por el COVID-19.
El alcalde señaló que está trabajando con el estado -a cargo del gobernador, el también demócrata Andrew Cuomo- para que se "altere" la legislación vigente y se permita a la Gran Manzana "proveer vacunas a personas de fuera de la ciudad" o "no neoyorquinos".
La medida podría hacer más atractiva la inmunización para aquellos que aún dudan en el país, donde ya hay acceso universal a las diferentes vacunas para todos los adultos, pero también podría generar un turismo de vacunas para extranjeros cuando se abran las fronteras, dependiendo de la naturaleza de ese cambio legislativo.
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Gobiernos de estados y negocios por todo el país han desplegado su creatividad en las últimas semanas para animar a los ciudadanos a ponerse la vacuna, ofreciendo un sinfín de productos y servicios a quienes presenten sus credenciales de inmunización, como cervezas, donuts, porros de marihuana o entradas deportivas.
Nueva York fijó el 1 de julio como fecha límite para la reapertura total de la ciudad y ya se ha dado luz verde a la máxima capacidad de los negocios a finales de este mes, aunque la subida de telón de Broadway, uno de los principales atractivos turísticos, llegará un poco más tarde, el 14 de septiembre.