A pesar de sus buenos servicios públicos y su bajo nivel de criminalidad y desigualdad, Finlandia sufre para captar talento extranjero por la dificultad de su idioma, su dureza climática y también cierta cerrazón en su tejido empresarial.
Finlandia es el "país más feliz del mundo" por cuarto año consecutivo
Ahmed (nombre modificado) llegó al país por motivos familiares y, aun teniendo larga experiencia en el pujante sector del diseño de productos digitales, no encontró trabajo.
"Nunca ha habido falta de empleo, es un problema de mentalidad", dice este británico de 42 años que, mientras buscaba trabajo en Finlandia, recibió ofertas de Noruega, Catar, Reino Unido o Alemania.
Finalmente optó por trabajar en la ciudad alemana de Düsseldorf, adonde va y viene cada semana desde Helsinki.
"Un gran número de empresas y organizaciones finlandesas están muy apegadas al uso del finés, y de un finés muy fluido", indica Saku Tihveräinen.
Pero "como la falta de mano de obra se agudiza, vemos empresas que buscan otras soluciones", añadió este cazatalentos.
Por ejemplo, cita el caso de una fábrica tecnológica en expansión que consiguió contratar a unas 2,000 personas en seis meses tras instaurar el inglés como lengua de trabajo.
Al mismo tiempo, el alcalde de Helsinki, Jan Vapaavuori, movilizó a grandes empresas de comunicación para mejorar el atractivo y la notoriedad de la ciudad.