En 2009, en la conferencia de Copenhague sobre el Clima, los países ricos se comprometieron a aumentar a 100,000 millones de dólares anuales en 2020 la ayuda a los Estados del sur para luchar contra el cambio climático. Pero 10 años después, aún están lejos del objetivo. En 2019 solo se obtuvieron 79,600 millones, de acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo.
Varios activistas y especialistas en cambio climático aseguran que la meta se ha quedado obsoleta para contrarrestar los efectos del cambio climático, que ya golpean a regiones como el Caribe y Centroamérica de manera desproporcionada.
“La verdad, es una promesa muy vieja y ya se quedaron hasta cortos. Así como se quedó corto el Acuerdo de París y todo el mundo dice que tengamos más ambición en eso, la meta de los 100,000 millones se quedó cortísima, pero ni siquiera la hemos cumplido”, dijo Delgado.
Este no será el año en el que llegué a este objetivo. Una semana antes de la cumbre, los organizadores de la COP26 consideraban que el objetivo de donaciones se cumplirá hasta 2023.
Para la delegación mexicana en el encuentro de Escocia, es clave que los recursos se destinen con un enfoque de adaptación al cambio climático, no solo a la reducción de emisiones.
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“México dice que tenemos que avanzar obviamente en los objetivos de mitigación, pero todavía más en cómo vamos a financiar esta transición y cómo va a ser justa esta distribución de los fondos que se van a dar a los países en desarrollo porque los países desarrollados están llegando a exigir estas reducciones cuando ellos, en el fondo, son los responsables de que haya ocurrido este cambio climático global”, dijo Delgado.