Y, tras realizar ajustes para tomar en cuenta el efecto de las políticas de mitigación de COVID y el nivel de actividad de la comunidad, los investigadores se dieron cuenta de que las tasas de incidencia de COVID no eran distintas entre las escuelas con clases presenciales y aquellas con enseñanza remota.
“En las regiones con esfuerzos de control de infecciones más sustantivos, tanto dentro de los entornos escolares como en las comunidades más amplias, como el noreste (de Estados Unidos), no hubo un aumento en la incidencia de casos comunitarios asociados con la apertura de escuelas”, indica el estudio.
Sin embargo, aunque cada vez son más los datos sobre el bajo impacto que tiene la apertura de escuelas en el aumento de hospitalizaciones por COVID, los autores del estudio indican que es necesario realizar más investigaciones. Sobre todo, se deben considerar también factores estacionales, climáticos y de política pública.
Esto con la intención de limitar los efectos negativos de los cierres escolares en el aprendizaje de los niños y el impacto en su futuro.
El estudio completo se puede consultar aquí .