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Costa Rica vota a su próximo presidente con una oferta fragmentada

Con 25 candidatos, el país centroamericano y una de las democracias más consolidadas de la región, mira a los partidos tradicionales para garantizar su estabilidad.
vie 04 febrero 2022 06:42 PM
Simpatizantes del Partido Nueva República agitan banderas afuera del debate de la elección de candidatos presidenciales.
El periodista televisivo, cantante y predicador evangélico Fabricia Alvarado intenta por segunda vez alcanzar la presidencia de Costa Rica.

Costa Rica elige el domingo a su próximo presidente entre 25 candidatos, un número inédito en una de las democracias más sólidas de América Latina que, tras buscar alternativas, vuelve a mirar a los partidos tradicionales para garantizar su histórica estabilidad.

La mayoría de los sondeos indican que las elecciones se definirían en un balotaje en abril porque ninguno de los más de 20 candidatos presidenciales obtendría el 40% de los sufragios necesarios para lograr el triunfo en primera vuelta.

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Unos 3.5 millones de ciudadanos en Costa Rica, reconocida por su estabilidad democrática, están habilitados para elegir al sucesor del progresista Carlos Alvarado para el período 2022-2026 y a los 57 miembros del congreso, dominado por el Partido Liberación Nacional (PLN), de raíces socialdemócratas.

Ninguna de las 25 candidaturas presidenciales —la mayor cantidad en la historia del país— supera el 17% de intención de voto, según una encuesta de la estatal Universidad de Costa Rica (UCR) publicada el martes.

El sondeo, que coincide con tres mediciones privadas recientes, refleja la incertidumbre reinante al cifrar en un 31.8% los indecisos a menos de una semana de los comicios que se definirían en un balotaje el 3 de abril.

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El ex presidente José María Figueres (1994-1998), del PLN, encabeza la intención de voto con un 17% de las preferencias, seguido por la ex vicepresidenta conservadora Lineth Saborío (2002-2006), con el 12.9%, y el predicador evangélico Fabricio Alvarado, quien tiene el 10.3%.

Ayer, jueves, y hoy, viernes, se programaron debates entre los principales candidatos que serán transmitidos por las mayores televisoras del país por lo que las preferencias podrían seguir moviéndose.

"Entre los principales candidatos, (Saborío) estaría mejor posicionada para vencer a cualquiera de sus oponentes en la segunda vuelta, dados sus menores pasivos", opinó la consultora Eurasia Group.

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"Figueres, por su parte, estaría en desventaja inicial dado su bagaje relacionado con la corrupción y las altas tasas de rechazo", agregó. Cinco alcaldes de su partido, PLN, se encuentran cuestionados por supuestos casos de corrupción o narcotráfico.

Desconfianza, apatía y deuda: los contraste de Costa Rica

A diferencia de muchos países de la región, Costa Rica no tiene conflictos armados desde 1948, cuando abolió su ejército, ni dictaduras desde 1919. Quien eliminó las Fuerzas Armadas fue precisamente el ex presidente José Figueres Ferrer, padre del hoy candidato favorito.

Costa Rica, conocida por su activismo medioambiental y por tener una matriz energética casi 100% renovable, es, además, el primer país de América Latina en el ránking global de felicidad 2018-2020.

Pero esa alegría se ve opacada con una desconfianza en sus políticos, según las tendencias de voto.

Hay un 31.8% de indecisos entre los 3.5 millones de costarricenses habilitados para votar.

"Se debe a un aumento de personas en el electorado, menores de 40 años, que hemos vivido épocas en las que no solo no se han resuelto los problemas, sino que se agravaron", dijo el estudiante universitario Edgardo Soto.

Entre esos problemas figuran el desempleo (14.4% en 2021), la pobreza (23% en 2021) y una economía con una deuda pública equivalente al 70% del PIB. Todo eso encendió las alarmas de los organismos multilaterales.

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La situación se agravó con la pandemia de Covid-19, que golpeó duramente el turismo, uno de los principales motores de la economía costarricense.

"Incluso surgieron otros problemas, como la corrupción, lo que genera una falta de credibilidad en la capacidad y honestidad de los políticos", acotó Soto, quién aún no sabe por quien votar el 6 de febrero.

En los últimos 13 años, dos ex presidentes enfrentaron juicios por corrupción (uno fue condenado) y solo en el 2021 estallaron dos casos millonarios de irregularidades en obra pública, en los que hubo hasta ministros involucrados, situación pocas veces vista en esta nación.

"A unos pocos les va muy bien, pero a la mayoría no. Vemos que los políticos del partido que sea benefician a los de siempre", dijo a Reuters Hubert Picado, un productor de frutas de 46 años, en el municipio nororiental Pococí.

La incertidumbre también rodea a la elección del unicameral congreso, donde está pendiente la aprobación de medidas para cumplir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) impulsado por Carlos Alvarado —cuyo mandato finaliza en mayo— y que varios candidatos han propuesto renegociar.

La aplicación del acuerdo proveería créditos por 1,778 millones de dólares durante tres años al país, que cerró el 2021 con un déficit fiscal del 5.16% del Producto Interno Bruto (PIB) y un crecimiento económico del 7.6% después de una contracción de 4.5% en 2020 por los efectos de la pandemia.

Otro porcentaje que refleja descontento popular y apatía sostenida, según la politóloga Gina Sibaja, es el abstencionismo. En 2018 fue de 34.3% de los electores. En Costa Rica viven cinco millones de personas.

Los analistas esperan cifras similares en esta ocasión, pues los comicios se celebran en momentos en que el país reporta cifras récord de casos de COVID-19, por encima de 7,000 cada día.

El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), sin embargo, asegura que tomó medidas para una votación segura y que la pandemia del coronavirus no debería ser un factor de abstención.

Que el PLN y PUSC encabecen los sondeos no sucedía desde 2002. Aunque, para Alejandro Molina, analista del Observatorio de Política Nacional (OPNA), los indecisos alterarán los porcentajes.

Como en 2018 cuando, dos semanas antes de los comicios, Carlos Alvarado ocupaba el sexto lugar con 5,6%, pero llegó a la presidencia.

¿Quién son los candidatos punteros?

A continuación, datos de los tres contendientes con mayor intención de voto, según sondeos:

José María Figueres

Ingeniero industrial de 67 años que intenta volver al poder que ya ejerció como presidente de Costa Rica entre 1994 y 1998 con la bandera del Partido Liberación Nacional (PLN), de raíces socialdemócratas, el más tradicional de los 25 que compiten en las elecciones del domingo.

Pese al desgaste de su partido y cuestionamientos por supuestamente haber influido en contratos bajo su gestión, se presenta como carta de experiencia y heredero modernizado de la obra política de su padre, José Figueres, caudillo y arquitecto del Estado en la segunda mitad del siglo XX.

El candidato que se ufana de su lema "Volvamos a tener presidente" y de sus contactos internacionales para acelerar el crecimiento económico postpandemia y profundizar las industrias verdes en el país.

Figueres fue director ejecutivo del Foro Económico Mundial hasta 2004, cuando renunció al divulgarse en el país denuncias por presunta influencia suya en contratos estatales con la multinacional de telecomunicaciones Alcatel, caso que nunca se procesó en instancias judiciales.

Lineth Saborío

Abogada de 61 años y exvicepresidenta entre 2002 y 2006, la candidata cosecha el 13% de las preferencias, según sondeos, y analistas creen que es la favorita para llevarse el triunfo en un eventual balotaje gracias a que no arrastra acusaciones de corrupción.

Abanderada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), una agrupación de centroderecha que, junto al PLN, gobernó el país hegemónicamente entre 1986 y 2002.

Sin embargo, el PUSC ha sido golpeado por casos de corrupción desvelados en 2004.

Tras 15 años retirada de la política y haber apoyado en 2018 a su actual rival Fabricio Alvarado, Saborío se ufana de su experiencia como directora de la policía judicial del país y como ministra de la Presidencia, en paralelo a la vicepresidencia, durante el gobierno de Abel Pacheco.

Saborío, de corte conservador, es la única mujer que recibe un respaldo superior al margen de error de las encuestas al proyectar un estilo conciliador y presumir su experiencia política.

"Fui la vicepresidenta de la última administración que dejó a este país financieramente estable", ha dicho la candidata que también recibe críticas por evitar fijar posiciones en temas polémicos como subir impuestos o reformar las instituciones del Estado.

Fabricio Alvarado

El periodista televisivo, cantante y predicador evangélico intenta por segunda vez alcanzar la presidencia de Costa Rica, cuatro años después de que ganó la primera vuelta de forma sorpresiva y perdió el balotaje contra el actual mandatario, Carlos Alvarado.

Con el 10.3% de intención de voto a menos de una semana para los comicios, el candidato de 47 años se presenta como un político de origen popular y ajeno a las dinastías políticas y los partidos tradicionales: el PLN y el PUSC.

El ex diputado mantiene su imagen de hombre conservador y discurso religioso, pero en la campaña actual se postula con un nuevo partido, Nueva República, después de diferencias y conflictos de financiamiento con la agrupación que representó en 2018: Restauración Nacional.

Después de su protagonismo en 2018, en un contexto de polarización sobre valores religiosos, Alvarado se muestra con mayor preparación y un discurso que abarca también temas como el desempleo y la educación, aunque sin dejar de lado el que lo conecta con un sector de iglesias evangélicas.

"Es Dios quien nos ha sostenido", dijo el domingo al reprochar las críticas que recibe desde grupos políticos y medios de comunicación por conservador y dudas sobre su capacidad política y el financiamiento electoral de 2018.

Con información de AFP y Reuters

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