Son personas "de todas las regiones" de Portugal, de zonas "urbanas y rurales" y "de todos los grupos sociales y niveles de escolaridad".
"En muchas de esas declaraciones" las víctimas no solo describen lo que les pasó sino que hablan de otros afectados, "contribuyendo así a una diferencia considerable entre la cantidad de casos directamente validados y otros vistos como existentes o muy probables", ha explicado la entidad.
Los relatos "revelan sufrimiento psíquico individual, familiar y social", en ocasiones "escondido durante décadas" y "en muchos casos" esta denuncia ha sido la primera vez que han roto el silencio.
"Este sufrimiento se asocia a sentimientos de vergüenza, miedo, culpa y autoexclusión, reforzando la noción de vidas en cuyos trayectos la sensación de 'estar al margen' fue una constante", continúa la entidad.
La comisión, creada por la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) hace un mes, tiene como objetivo estudiar los abusos sexuales a menores cometidos en el seno de la Iglesia en Portugal desde 1950.
Aquellos casos que no hayan prescrito serán remitidos a la Justicia lusa.
Las denuncias se pueden realizar a través de una línea telefónica, una web y un email (con anonimato garantizado), aunque la comisión ha reconocido que el estudio "puede no llegar a ciertas franjas de población" y ha pedido la colaboración de instituciones y entidades de derechos humanos.