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La guerra de las Malvinas: 40 años del conflicto que cambió a Argentina

El 2 de abril de 1982, las tropas de la dictadura militar argentina tomaron el territorio de unas islas al sur del Atlántico, sin esperar que eso también cavaría su propia tumba.
sáb 02 abril 2022 06:10 AM
Siluetas representan a los soldaods caídos son desplegadas fuera de la Corte Suprema en Buenor Aires, Argentina en apoyo de los veteranos que denuncian haber sufrido torturas de sus superiores durante la guerra de las Malvinas en 1982.
Quienes denunciaron torturas de sus superiores se encuentran, 40 años más tarde, a la espera de que la Corte Suprema determine si constituyen crímenes de lesa humanidad y por lo tanto no prescriben.

Tatuadas en la piel, pintadas en los muros de Buenos Aires: las islas Malvinas siguen omnipresentes en Argentina 40 años después del intento fallido por recuperar su soberanía, reivindicada desde los libros escolares hasta la propia Constitución.

El reclamo a Reino Unido se ha mantenido intacto desde la guerra de 1982, con apoyo mayoritario de la población argentina, que exhibe en todas partes la silueta de los territorios insulares en el Atlántico Sur.

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"La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del derecho internacional constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino", establece la Constitución.

Pero, ¿por qué este reclamo derivó en una guerra de 74 días con cientos de caídos argentinos y en el posterior fin de la dictadura militar? A continuación, explicamos los puntos más importantes de este conflicto.

¿Qué fue la guerra de las Malvinas?

Es el más importante de los conflictos de soberanía reconocido por el comité de descolonización de Naciones Unidas.

El 2 de abril de 1982, tropas de la dictadura recuperaron por la fuerza las islas que Argentina reivindica como parte de su territorio. 74 días de batallas en tierra, mar y aire después se rendían ante una colosal fuerza de tareas enviada por Londres.

Tres días antes, el 30 de marzo, una masiva movilización callejera de la central obrera y partidos políticos que reclamaban "Elecciones ya" había sido reprimida ferozmente, con centenares de heridos y detenidos, además de un muerto en la ciudad de Mendoza.

Los combates en estas islas del Atlántico Sur arrojaron un saldo de 649 argentinos y 255 británicos muertos. El mundo asistió con asombro a un choque bélico entre países de Occidente.

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Antecedentes y motivos detrás del conflicto

El 17 de marzo, el buque de la marina mercante que Davidoff había negociado con la Armada para hacer el viaje llegaba a Puerto Leith, en la isla San Pedro —la más grande del archipiélago—, donde tenían previsto empezar a trabajar.

Por entonces, la dictadura, en decadencia por la maltrecha economía y las violaciones de derechos humanos, ya había decidido recuperar en 1982 las Malvinas —en manos británicas desde 1833— pero también las Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Un plan que permitiría aumentar su popularidad.

El dictador argentino Leopoldo Galtieri “tenía pretensiones políticas de pasar a la historia. Su dictadura entraba en fuerte crisis económica, en medio de violaciones masivas a los derechos humanos. Fue puro oportunismo sin rasgos de patriotismo", dice a la AFP el historiador Felipe Pigna, autor de libros y programas didácticos de TV.

Inicialmente, la maniobra rindió frutos: Galtieri salió al balcón de la Casa Rosada, una tradición de gobernantes democráticos, frente a una Plaza de Mayo dos veces colmada de gente que respaldaba la recuperación de Malvinas.

"Fue un manotazo de ahogado de la dictadura cívico-militar que buscaba perpetuarse en el poder. Sucede que Malvinas es parte de la identidad y pertenencia de los argentinos", afirma a la AFP Edgardo Esteban, director del Museo Malvinas, escritor y periodista, premiado por el guión de la película Iluminados por el fuego, su testimonio como excombatiente.

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Del otro lado del Atlántico, el el conflicto para amortiguar las críticas que habían lastrado los primeros años de Margaret Tatcher como primera ministra británica.

A finales de 1981, tras apenas dos años en el poder, Thatcher era la jefa de gobierno más impopular en el Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial, según las encuestas de la época, e Inglaterra se enfrentaba a disturbios y manifestaciones sin precedentes en décadas.

Sus planes para privatizar industrias, recortar gasto público y reducir la influencia de los sindicatos pasaban factura al Partido Conservador, que veía con preocupación el auge de las formaciones de centro y en cuyo seno se fraguaba ya una de sus recurrentes rebeliones internas para cambiar de líder.

Las apuestas que no otorgaban a Thatcher ni un año más en Downing Street caducaron, sin embargo, con el conflicto bélico. En junio de 1982, tras la victoria británica, la primera ministra era percibida por muchos votantes como un ejemplo de fortaleza y determinación.

Junto con la mejora de las condiciones económicas, la guerra fue uno de los principales argumentos que le permitieron ganar las elecciones en 1983 y, en último término, mantenerse al frente del Ejecutivo hasta 1990.

La importancia geopolítica de las Malvinas

Las Islas Malvinas son importantes a nivel geopolítico por ser un enclave estratégico, un centro de control de pasos biocéanicos, un punto de proyección hacia la Antártida, la soberanía en el mar, sus fuentes de agua dulce y sus recursos naturales estratégicos, de acuerdo con Oscar Mastropiero y Sebastián Mastropiero, investigadores de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

“Las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur constituyen un soporte aeronaval de primer orden en el Atlántico Sur”, indican en la conferencia “La importancia geopolítica, económica y militar de las Islas Malvinas”. “Este rosario de islas permite el dominio del tráfico marítimo desde el sur de África y el sur de América del Sur hacia el Atlántico Norte, lo mismo que las rutas marítimas entre Sudamérica y África”.

Desde la base militar que Reino Unido tiene en estas islas, el país puede llevar adelante acciones militares en defensa de aliados políticos de la región o ante un hipotético conflicto.

Las islas se encuentras en una posición favorable con respecto a los pasajes y estrechos oceánicos que unen al Atlántico con el Pacífico: estrecho de Magallanes, canal de Beagle y el pasaje de Drake, que aunque perdieron relevancia tras la inauguración del Canal de Panamá, pueden ser clave aún en el transporte de hidrocarburos.

Las islas del Atlántico Sur son muy importantes para el reabastecimiento de las expediciones que se dirigen hacia el continente antártico.

La Operación Rosario

La “Operación Azul”, así denominada por la Armada, paso a llamarse “Operación Rosario” a instancias de integrantes del Ejército, quienes recordaron que en las Invasiones Inglesas criollos y españoles se pusieron bajo la advocación de la Virgen del Rosario para enfrentar a las tropas invasoras, de acuerdo con la página del Ministerio de Defensa de Argentina.

Sin fecha concreta para ejecutarlo, y con la inteligencia británica sospechando que algo se estaba cociendo, el arribo de los operarios metalúrgicos a las Georgias aceleró los acontecimientos.

En la mañana del 28 de marzo de 1982, tropas del Ejército Argentino y de la Armada embarcaron y pusieron rumbo a las islas a órdenes del Comandante de la Operación, General Osvaldo García, su objetivo era nada menos que desembarcar y recuperar las Islas Malvinas, que se hallaban en manos de la corona Británica desde 1833.

El 29 de marzo, ante las inclemencias del tiempo y la agitación el mar que impedía las reuniones de comandantes y jefes, se imparten por radio las ideas rectoras para la operación. En estas instrucciones se establecía la intención de realizar una operación incruenta, es decir que se trataría de evitar causarle bajas al enemigo Británico, aún a costa de sufrir bajas propias.

El 30 de marzo debido las malas condiciones meteorológicas que imperaban en el Atlántico sur, con vientos de más de 70 km/h por aquella fecha, obligaron a posponer la ejecución de la operación, fijando el 2 de abril como día D, fecha en la cual finalmente se llevó a cabo el desembarco y ocupación de las Islas por parte de las fuerzas argentinas.

La toma de la residencia del gobernador inglés y el cuartel de los Royal Marines era los objetivos originales de la misión que inicialmente cumplirían las tropas del Ejército, pero debido a los efectos del clima sobre los helicópteros previstos se le asignó una nueva misión durante el operativo de desembarco.

El nuevo objetivo era atacar junto con los elementos más adelantados de la fuerza anfibia de desembarco para conquistar la pista de aterrizaje y prepararla para el desembarco de las tropas transportadas por aire, teniendo en cuenta que el lugar estaría defendido por efectivos ingleses con armas automáticas y pesadas.

A las 6:15 am del 2 de abril de 1892, desembarcan los vehículos anfibios blindados con el Grupo de Tarea 40.1, integrado por fuerzas de Infantería de Marina y de la sección de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25.

La misión era tomar el aeropuerto con el apoyo de fuerzas helitransportadas desde el rompehielos Almirante Irízar, limpiar los obstáculos de la pista y permitir que, a partir de las 8:30 am, comenzaran a aterrizar los C-130 Hércules de la Fuerza Aérea con el grueso de las tropas argentinas.

A las 7:30 am, el jefe del regimiento 25 informó que había capturado el aeropuerto y se había despejado la pista. A las 8:45 am aterrizó el primer Hércules C-130. A las 9:00 am, mientras se desarrollaban escaramuzas en cercanías y dentro de la casa del gobernador de la Islas, las tropas británicas se rindieron.

“Siendo las 12:30 horas del día 2 de abril de 1982, en una emotiva ceremonia se produce con las formalidades de rigor, el arrío de la bandera británica y el izamiento, por primera vez después de 149 años, de la enseña nacional”, indica el Ministerio de Defensa de Argentina.

El izado de una bandera argentina por parte de varios de ellos “ni siquiera fue un acto agresivo porque donde fuimos nosotros había cero población”, cuenta a Efe Ricardo Cacace, uno de los 41 civiles que el 11 de marzo partieron desde Buenos Aires hacia las Georgias, sumado a que no pasaron por Grytviken —principal núcleo de la isla— para formalizar los trámites migratorios, irritó a los británicos.

"Este episodio les viene de perilla para sobre reaccionar y empezar a agitar y a movilizar su flota de mar, su potencia bélica y a protestar en los foros internacionales", explica a Efe el periodista Felipe Celesia, autor del libro Desembarco en las Georgias (Paidós).

Esa reacción inglesa llevó a Argentina a enviar a un grupo de élite de la Armada liderado por Alfredo Astiz —años después condenado por graves crímenes de estado durante la dictadura— para proteger a los 39 civiles que habían quedado trabajando después de que dos del grupo volvieran con el barco al continente.

"Era una cosa 'fellinesca'. Catorce tipos que vienen a cuidarte de una flota inglesa", ironiza Cacace, que cree que la situación generada en torno a los chatarreros "seguramente les convenía a ambos" gobiernos.

Intervención de tropas británicas

A la espera de cómo sería la respuesta británica y tras varias semanas en las que los operarios trabajaron con normalidad, el 25 de abril todo cambió.

Margaret Tatcher manda a luchar a miles de tropas, dos portaaviones y centenares de barcos, bombarderos y helicópteros. "Tenía una enorme superioridad militar", reflexiona Pigna.

"Londres consigue el apoyo de la OTAN (Tratado del Atlántico Norte), de Washington y de la dictadura de Augusto Pinochet en Chile", ilustra el historiador Pigna.

Luego de un heroico viaje con fuertes temporales y multitud de averías, el submarino ARA Santa Fe, comandado por Horacio Bicain —quien ya a fines de marzo había llevado a Malvinas a los buzos que participaron de la recuperación de la islas—, llegaba a Grytviken para dejar a 20 hombres y material con los que reforzar las Georgias.

Pero al emprender el regreso, el submarino fue impactado por un helicóptero inglés, y después por otros tantos más.

"Ahí empezó el show de la bala", recuerda el excapitán de corbeta. Varios misiles y hasta un torpedo de los que, salvo un soldado que acabó perdiendo la pierna, los argentinos salieron indemnes en medio de inteligentes maniobras y pese al mal estado del viejo submarino.

Ese mismo día, los británicos reconquistaron las Georgias.

"Cuando se produjo la rendición, los ingleses nos dijeron que arriáramos la bandera argentina e izáramos la inglesa. Por supuesto que arriamos la argentina cantando el himno nacional a capella. Es algo que recuerdo con mucha emoción", señala Bicain, que evoca con dolor la muerte del maquinista Félix Artuso, que recibió un disparo de un inglés en un supuesto malentendido tras la rendición.

Fin del conflicto y consecuencias

En Leith, los obreros se enteraron de la caída de Grytviken y de que debían entregarse a los británicos. Así lo hicieron, viéndose obligados a abandonar sus pertenencias y tras una fría caminata nocturna que incluyó un tiroteo inglés que no dejó víctimas.

Los militares y civiles argentinos acabaron siendo embarcados en un buque inglés y trasladados a Isla Ascensión y luego en avión a Montevideo, para ya en barco llegar el 14 de mayo a Buenos Aires, donde fueron recibidos como héroes al ser los primeros en volver del territorio bélico, un mes antes de la rendición argentina en Malvinas.

"Había miles de personas. Fue muy lindo. Pero es como todo, es el momento, después todo pasa y nadie se acuerda de nada", afirma Cacace.

Celesia señala que aunque la Armada incorporó a los obreros como veteranos de guerra, con acceso a una pensión, nunca hubo un programa de contención a estos hombres que en algunos casos quedaron con problemas psicológicos y a quienes se amenazó para que guardaran silencio.

Argentina se rinde el 14 de junio y el régimen, en crisis terminal, convoca a elecciones.

La noche de la rendición, miles de argentinos marcharon a la Plaza de Mayo a reclamar contra los responsables de la derrota. Fueron reprimidos con balas de goma y gases lacrimógenos.

Pero la fosa estaba cavada y los dictadores, a punto de caer. Nombraron a un general de transición, Reynaldo Bignone, quien llamó a comicios y en octubre de 1983 regresaba el sistema democrático.

"Se subestimó al enemigo a partir del vínculo con Estados Unidos y los elogios a Galtieri del presidente Ronald Reagan. La autocrítica y los errores militares están contenidos en el Informe Rattenbach, desclasificado hace 10 años", indicó Esteban.

El historiador y el excombatiente destacan el contraste entre la actitud heroica de los inexpertos y jóvenes soldados ("esos chicos que pusieron el cuerpo", dice Pigna) y las brutales conducciones de los mandos militares, denunciados incluso por aplicarles torturas en el campo de batalla.

Aunque los militares argentinos fueron condenados por los crímenes de la dictadura, los tormentos sufridos por los conscriptos, como privarlos de alimentos o enterrarlos en la nieve hasta el cuello, aún no han sido juzgados. Quienes lo denunciaron se encuentran, 40 años más tarde, a la espera de que la Corte Suprema determine si constituyen crímenes de lesa humanidad y por lo tanto no prescriben.

¿Quién ocupa las Malvinas actualmente?

La Asamblea General de la ONU reconoce desde 1965 la existencia de una disputa de soberanía entre Reino Unido y Argentina sobre las islas Malvinas (Falklands, para Reino Unido), Georgias del Sur y Sándwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes, y cada año el Comité de Descolonización de la ONU llama a encontrar una "solución pacífica de la controversia”.

Gran Bretaña responde que la población isleña votó casi en 100% su pertenencia británica en un referéndum en 2013.

Al recordar la situación previa al conflicto, este periodista admitió que los isleños no podían vivir en el Reino Unido.

"Podía entrar con un visado de turista o un visado de corto plazo para estudiar o algo así, pero no podía vivir y trabajar en el Reino Unido", dijo a Efe Graham Bound, fundador del diario malvinense Penguin News y testigo del conflicto armado, que recordó que después de la guerra los isleños obtuvieron pasaportes británicos con derechos.

Los beneficios para los isleños fueron a continuación "enormes" porque pudieron emitir licencias de pesca en aguas de las Malvinas, lo que supuso importantes ingresos para sus habitantes.

"Se introdujo la legislación pesquera, lo que le permitió al gobierno local emitir licencias, con unos beneficios enormes. Y así es como las cosas continuaron hasta hoy", enfatizó.

Con información de AFP y EFE

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