Ronald Moultrie, que supervisa el nuevo grupo como subsecretario de Defensa de los Estados Unidos para la inteligencia y la seguridad, es uno de los dos responsables llamados a testificar durante la audiencia del martes. El otro es Scott Bray, subdirector de inteligencia naval.
Ambos debían testificar a puerta cerrada después de la audiencia pública.
Aunque no llegaba a ninguna conclusión, el informe del año pasado decía que los avistamientos de FANI probablemente carecían de una explicación única.
Según el informe, se necesitan más datos y análisis para determinar si representan algún sistema aéreo exótico desarrollado por una entidad secreta del Gobierno estadounidense o comercial, o por una potencia extranjera como China o Rusia.
Los analistas de defensa e inteligencia tampoco han descartado aún un origen extraterrestre para ningún caso de FANI, según dijeron altos cargos estadounidenses a los periodistas antes de la publicación del informe el año pasado, aunque el propio documento evitaba cualquier referencia explícita a tales posibilidades.
Un punto de inflexión para EU
No obstante, el informe marcó un punto de inflexión para el gobierno estadounidense tras décadas dedicadas a desviar, desacreditar y desprestigiar las observaciones de objetos voladores no identificados y “platillos volantes” que se remontan a la década de 1940.
La sesión supondrá la primera audiencia abierta del Congreso sobre el tema desde que la Fuerza Aérea de Estados Unidos puso fin a un programa de OVNI no concluyente con el nombre en clave de Proyecto Libro Azul en 1969