Joe Biden trata de salvar sus medidas climáticas en medio de una ola de calor

El presidente asegura que el cambio climático es una “amenaza existencial”, pero no ha declarado el “estado de emergencia climática”, como varios demócratas le piden.
Declarar una emergencia climática permitiría a Biden utilizar la Ley de Producción de Defensa para aumentar la producción de una amplia gama de productos y sistemas de energía renovable.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden , reveló el miércoles en una visita a Massachusetts nuevas medidas ejecutivas para hacer frente al clima extremo, sin declarar la emergencia federal a la que muchos demócratas habían instado.

"El cambio climático es literalmente una amenaza existencial para nuestra nación y para el mundo", dijo Biden.

Mientras Biden hablaba, gran parte de Europa se ahogaba por la ola de calor de la que Estados Unidos no se ha salvado: se estima que 100 millones de personas viven actualmente en zonas del país bajo aviso por calor excesivo.

"La salud de nuestros conciudadanos y nuestras comunidades está literalmente en juego", al igual que "nuestra seguridad nacional" y "nuestra economía", afirmó en una antigua central eléctrica de carbón de Massachusetts, cerrada en 2017 y en proceso de reconversión para generar energía eólica.

"Como el Congreso no está haciendo lo que debería", lamentó el demócrata de 79 años, "usaré mis prerrogativas ejecutivas".

Pero no ha declarado —al menos por el momento— el "estado de emergencia climática" como piden algunos miembros de su partido, una maniobra cuyo impacto no está muy claro.

Declarar una emergencia climática permitiría a Biden utilizar la Ley de Producción de Defensa para aumentar la producción de una amplia gama de productos y sistemas de energía renovable.

El senador Jeff Merkley y otros ocho demócratas enviaron el miércoles una carta a Biden en la que le instaban a declarar una emergencia climática y utilizar acciones ejecutivas agresivas para limitar las emisiones de los combustibles fósiles producidos en tierras y aguas públicas, y maximizar el uso de vehículos eléctricos.

Los planes climáticos de Biden

La asesora climática de la Casa Blanca, Gina McCarthy, dijo a periodistas en el Air Force One que las nuevas medidas ejecutivas de Biden incluirán la financiación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias para ayudar a los estados a construir centros de refrigeración que hagan frente al calor excesivo y otros impactos del cambio climático.

La financiación de 2,300 millones de dólares de la FEMA es la mayor que se ha concedido a su programa de Construcción de Infraestructuras y Comunidades Resilientes, dijo la Casa Blanca.

Un responsable de la Casa Blanca dijo que la nueva financiación podría ampliar el control de las inundaciones, apuntalar los servicios públicos, modernizar los edificios y ayudar a las familias de bajos ingresos a pagar los costos de calefacción y refrigeración.

Biden también anunciará un nuevo permiso a la industria eólica nacional en alta mar. La administración ha identificado 700,000 acres para el posible desarrollo de energía eólica marina en el golfo Pérsico de México, dijo la Casa Blanca.

McCarthy dijo que Biden expondrá más acciones ejecutivas sobre el clima en las próximas semanas.

Los obstáculos

El martes, John Kirby, quien coordina la comunicación de Biden sobre temas estratégicos, insistió en que el cambio climático era un asunto de "seguridad nacional" que "afecta a nuestras infraestructuras".

El gobierno estadounidense insiste en mantener sus promesas en materia climática, incluida la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Biden, que volvió al Acuerdo de París sobre el clima abandonado por su predecesor, Donald Trump, anunció en abril de 2021 que Estados Unidos reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en un 50-52% para 2030, en comparación con 2005.

Pero el presidente estadounidense —al igual que le ha sucedido con el derecho al aborto, la regulación de las armas de fuego y tantos otros proyectos reformistas— se ve frenado por los límites de su poder en materia ambiental, puesto que carece de una mayoría cómoda en el Congreso y el poder judicial está en contra.

Su agenda climática recibió un golpe cuando el senador demócrata Joe Manchin, cuyo voto es crucial, dijo que no apoyaría una ley que tuviera como objetivo llevar a la economía estadounidense hacia fuentes de energía limpia. Un rechazo que la aboca al fracaso.

Y Biden se enfrenta también a una Corte Suprema muy conservadora y profundamente hostil a cualquier regulación centralizada, lo cual limita mucho los poderes del estado federal en la lucha contra el calentamiento global.

Con información de AFP y Reuters