Sri Lanka tiene nuevo presidente, ¿quién es y a qué retos se enfrenta?

Ranil Wickremesinghe ha sido primer ministro de este país asiático en seis ocasiones y será el responsable de resolver la grave crisis política y económica que le hereda el ex mandatario.
Ranil Wickremesinghe perdió dos veces las elecciones presidenciales en Sri Lanka, en 1999 y en 2019.

Proveniente de una familia adinerada, sobrino de un exjefe de Estado y ya seis veces primer ministro, Ranil Wickremesinghe se convirtió el miércoles, a los 73 años, en presidente de Sri Lanka, la ambición de toda su vida.

Acostumbrado a las maniobras políticas, ya era presidente interino desde la huida y la renuncia de Gotabaya Rajapaksa, empujado al exilio por los manifestantes en un país en quiebra.

Los diputados srilankeses lo eligieron este miércoles presidente por una aplastante mayoría de 134 votos, contra 82 para su principal adversario Dullas Alahapperuma y solo tres a favor del candidato de izquierda Anura Dissanayake.

Wickremesinghe gobernará hasta el final del mandato de Rajapaksa en noviembre de 2024.

Manifestantes provocan un intento de asalto a la casa presidencial de Sri Lanka

El nuevo presidente, obtuvo el apoyo del partido del clan Rajapaksa, el más importante del Parlamento, pero la calle no lo quiere, aunque aseguró apenas elegido que "las divisiones terminaron".

Los orígenes de Ranil Wickremesinghe

Nacido en una familia que hizo fortuna en la edición y las plantaciones, Wickremesinghe comenzó como reportero en uno de los periódicos del grupo.

Al nacionalizar la empresa familiar en 1973, Sirimavo Bandaranaike, primera mujer de la historia contemporánea en convertirse en primera ministra de un país, cambió el destino del joven.

"Fue Bandaranaike quien me hizo entrar en la política", explicó a la AFP en el pasado.

La carrera política de Wrickemesinghe

La política de Sri Lanka siempre estuvo dominada por algunas grandes dinastías, y Wrickemesinghe no es una excepción. Sobrino del presidente Junius Jayewardene (1978-1989), su poderoso tío lo nombró en 1977 viceministro de Asuntos Exteriores.

Un tío llamado el "viejo zorro", pero cuyo sobrino es considerado aún más hábil para "navegar" en las aguas turbias del poder.

Jefe del gobierno en diversas épocas (1993-1994, 2001-2004, 2015-2019), derrotado dos veces por el puesto supremo en 1999 y 2019, es nombrado primer ministro a mediados de mayo, cuando Mahinda Rajapaksa, el hermano de Gotayaba, es empujado a la dimisión.

En 1993, el presidente Ranasinghe Premadasa muere en un atentado suicida. Le sucede el primer ministro Dingiri Banda Wijetunga quien, a su vez, nombra a Wickremesinghe como jefe de gobierno.

Pero otro atentado suicida, en 1999, beneficia sin duda a su principal rival, Chandrika Kumaratunga, herida apenas tres días antes de las elecciones presidenciales.

Su vendaje en el ojo derecho —perdido en el ataque— conmueve a toda la nación durante una aparición televisiva, y Wickremesinghe pierde la elección.

Durante las elecciones a la presidencia de 2019, que dieron el poder a Gotabaya Rajapaksa, Wickremesinghe sufrió una dura derrota, y parecía relegado a la oscuridad política después de que su formación, el Partido de Unidad Nacional (UNP), obtuviese apenas un 2.15 % de los votos en las elecciones parlamentarias de 2020.

Único representante del UNP en el Parlamento, Wickremesinghe esperó hasta que el clan Rajapaksa le tendió la mano para acceder de nuevo al cargo de primer ministro en sustitución del hermano del exdirigente, Mahinda Rajapaksa, que se vio obligado a abandonar el puesto el pasado 9 de mayo, cuando sus seguidores atacaron a manifestantes en Colombo.

Casado con Maithree, una profesora de inglés con la que no tuvo hijos, Ranil Wickremesinghe disfrutó durante mucho tiempo de una imagen relativamente limpia en un mundo político corrupto.

Sin embargo, durante su mandato de 2015-2019 al frente del gobierno, el Banco Central se vio envuelto en un escándalo de uso indebido de información privilegiada. Uno de los principales acusados en este caso fue un compañero de escuela, al que había puesto al frente de la institución.

Su victoria, una derrota para los manifestantes

Wrickemesinghe tampoco escapa a la cólera popular. En el momento en que la residencia del presidente fue invadida por los manifestantes, el 9 de julio, su casa fue incendiada, y los 2,500 libros de su biblioteca, su "mayor tesoro", reducidos a cenizas.

El ambiente que ha dejado la victoria de Wickremesinghe en el terreno tomado como botín por los manifestantes, es completamente opuesto al de hace una semana, cuando el expresidente Gotabaya Rajapaksa presentaba su dimisión tras abandonar el país por las presiones de una revuelta social que propició el asalto de miles de personas a su residencia el pasado 9 de julio.

El descontento se mantiene entre los manifestantes que se mantienen al pie del cañón en las inmediaciones de la Secretaría de la Presidencia, mientras esperan nuevas instrucciones para continuar con su nuevo objetivo: la dimisión de Wickremesinghe.

"La cuestión es que ahora sabemos que Wickremesinghe es más inteligente que Gotabaya o Mahinda Rajapaksa", reflexiona Lahiru AM Fernando, uno de los responsables de la seguridad de la acampada que ahora teme por el arresto de quienes están en el lugar.

"Ya arrestó en los últimos días a varias personas y a nuestros manifestantes. Por eso queremos empezar de nuevo nuestra protesta pacífica contra Ranil. Go home Ranil", apostilla este joven cineasta, que siente que esta es su única alternativa.

Su condición de reformador pro-occidental y de defensor del libre comercio podría facilitar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores extranjeros sobre un posible plan de rescate.

"Nuestro país está en una crisis económica y tenemos que introducir un nuevo programa. Se lo pido especialmente a Dullas y Anura Dissanayake", dijo Wickremesinghe en el Parlamento tras darse a conocer los resultados de la votación.

El político abogó además por acabar con las divisiones e instaurar el diálogo entre las diferentes facciones del Parlamento para tratar de sacar entre todos al país de la debacle económica que atraviesa desde hace meses.

Sin embargo, ya advirtió que no hay una solución rápida para la crisis económica y financiera sin precedentes de su país, con escasez de alimentos, gasolina y medicamentos.

"Estamos en bancarrota", dijo al Parlamento a principios de mes el septuagenario con cabello gris. "Pero lo peor está por venir", concluyó.

Con información de AFP y EFE