El mundo está en una “tormenta perfecta”, advierte en el jefe de la ONU

Antonio Guterres llama a los países ricos a gravar las ganancias de las empresas de combustibles fósiles en su discurso de apertura de la 77 Asamblea General de Naciones Unidas.
La invasión rusa de Ucrania, que será "inevitablemente" el principal asunto de la asamblea.

Guerra en Ucrania, catástrofes climáticas, inseguridad alimentaria... El secretario general de la ONU, Antonio Guterres alertó a los dirigentes del planeta de la "tormenta perfecta" que se cierne sobre el planeta y que provocará un "invierno de protestas", en la apertura de una Asamblea General profundamente dividida.

"Estas crisis amenazan al propio futuro de la humanidad y el destino del planeta", advirtió.

En un discurso lleno de pesimismo sobre el futuro del planeta, Guterres reconoció su impotencia ante las "divisiones políticas que socavan el trabajo del Consejo de Seguridad, el derecho internacional, la confianza y la fe de la gente en las instituciones democráticas".

"No podemos seguir así", alertó e instó a una "acción coordinada anclada en el respeto del derecho internacional y la protección de los derechos humanos".

Tras dos años de pandemia, la invasión rusa de Ucrania, que será "inevitablemente" el principal asunto de la asamblea, como dijo el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, que ha generado una escalada en los precios de los alimentos y la energía provocando la inseguridad alimentaria de millones de personas en el mundo, centrará buena parte de los discursos de cerca de 150 mandatarios que se sucederán en la tribuna de la ONU a lo largo de una semana.

Un “invierno de descontento”

Guterres del riesgo de "un invierno de descontento mundial" debido a la "tormenta perfecta" de múltiples crisis que se abate sobre el planeta.

"La crisis del poder adquisitivo se desata, la confianza se desmorona, las desigualdades se disparan, nuestro planeta arde, la gente sufre, sobre todo los más vulnerables" y, a pesar de ello, "estamos bloqueados por una disfunción global colosal", lamentó Guterres en la apertura de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

Unos 94 países, con 1,600 millones de personas —la mayoría en África—, se enfrentan a "una tormenta perfecta: secuelas económicas y sociales de la pandemia, aumento de los precios de los alimentos y la energía, enormes deudas, espiral de la inflación y falta de acceso a los mercados financieros".

"Estas crisis amenazan al propio futuro de la humanidad y el destino del planeta", advirtió. "No nos hagamos ilusiones. Estamos en un mar agitado. Un invierno de descontento se perfila en el horizonte".

Para tratar de responder a las preocupaciones de algunos países, estadounidenses y europeos organizan el martes una reunión de alto nivel sobre la inseguridad alimentaria, una consecuencia de la guerra que afecta a todo el planeta.

El miércoles intervendrá por vídeo el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, gracias a la autorización especial votada la semana pasada por los Estados miembros. El jueves está prevista una reunión a nivel ministerial del Consejo de Seguridad.

Como prevé el protocolo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será quien abra la sesión de discursos inmediatamente después de Guterres. Tradicionalmente, le sigue su homólogo estadounidense, Joe Biden, pero excepcionalmente su intervención ha sido retrasada hasta el miércoles debido a su presencia el lunes en los funerales de la reina Isabel II en Londres.

Los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y Colombia, Gustavo Petro, nuevos en esta cita, figuran entre los primeros en dirigirse al foro, junto con el turco Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro japonés Fumio Kishida, el canciller alemán Olaf Scholz y el paraguayo Mario Abdo Benítez.

Impuesto a las ganancias generadas por las energías fósiles

Los países del Sur están cada vez más hartos de que los occidentales centren su atención en Ucrania, que aparta los ojos de sus problemas reales, como las consecuencias del cambio climático y la inflación que se ha disparado y que afecta en particular a los más pobres lo que se suma al resentimiento Norte-Sur en la lucha por el cambio climático.

Para paliar estas asimetrías, Guterres, que ha hecho de la lucha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero una prioridad, instó a los países ricos a que graven los beneficios extraordinarios que generan las energías fósiles para ayudar a los países víctimas del impacto del cambio climático y a las poblaciones afectadas por la inflación.

"La industria de los combustibles fósiles se está dando un festín con cientos de miles de millones de dólares en subsidios y ganancias inesperadas mientras los presupuestos de los hogares se reducen y nuestro planeta arde", dijo.

Y propuso "redirigirlos de dos formas: a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática, y a las poblaciones en dificultad por los precios de los alimentos y de la energía”.

Reino Unido ha aprobado un impuesto del 25% a los productores de petróleo y gas del Mar del Norte, mientras que los legisladores estadounidenses han debatido una idea similar, aunque tiene pocas probabilidades de prosperar en el Congreso.

"Los contaminadores deben pagar", sostuvo Guterres.

A dos meses de la conferencia sobre el clima COP27 en Egipto, los países pobres, en primera línea del impacto devastador del calentamiento del planeta que no han provocado, luchan para que los países ricos cumplan sus promesas de ayuda financiera.

También dijo que los bancos multilaterales de desarrollo "deben dar un paso adelante y cumplir" y que la ayuda a los países pobres para adaptarse al agravamiento de los impactos climáticos "debe constituir la mitad de toda la financiación climática”.

"Las principales economías son sus accionistas y deben hacerlo", añadió Guterres.

Entre los asuntos que centrarán la multitud de reuniones bilaterales, figura el dossier de Irán, cuyo presidente Ebrahim Raisi asiste por primera vez al baile diplomático de la ONU.

La cita de la ONU tendrá ausencias importantes, como los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, el chino Xi Xinping. Tampoco estarán el cubano Miguel Díaz-Canel, el costarricense Rodrigo Cháves, el venezolano Nicolás Maduro, el mexicano Andrés Manuel López Obrador ni el nicaragüense Daniel Ortega.

Con información de AFP y Reuters