El hambre afecta a 33.1 millones de brasileños, es decir, un 16% de la población del país sudamericano.
Los autores del estudio señalan que las acciones del gobierno de Jair Bolsonaro para combatir e el hambre han sido “insuficientes y aisladas”.
Polarización
La campaña acentuó la polarización en el país, dividido entre un movimiento conservador y aquellos con una visión progresista, acorde con la diversidad social de Brasil.
"Brasil va a tener un cambio importante de gobierno, con la mitad de la población descontenta con eso", dijo a la AFP el politólogo Leandro Consentino, del instituto de investigación Insper de Sao Paulo.
Lula da Silva vence a Bolsonaro y es el nuevo presidente de Brasil
El país quedó dividido entre los votantes de Lula y los de Bolsonaro. El expresidente cuenta principalmente con el apoyo de los más pobres, de los jóvenes, las mujeres y las minorías.
En cambio, Jair Bolsonaro defendió los valores tradicionales, al tiempo que siguió insuflando un discurso nacionalista, un mensaje especialmente apreciado por el agronegocio y la población evangélica, que representa un tercio del electorado y sigue ampliándose en todo el país.
“La polarización ha sido la ganadora de este enfrentamiento electoral”, indica Francisco Javier Ramirez Leiva, investigador asistente de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla en un articulo para The Conversation.