Ardern llegó al poder en 2017 con un gobierno de coalición y luego condujo a su partido de centro-izquierda a una amplia victoria en las elecciones de 2020, pero su popularidad y la de su partido han caído en las últimas encuestas.
En su primera aparición pública desde que el Parlamento entró en receso en diciembre, dijo en el encuentro anual de los laboristas que esperaba encontrar la energía para continuar como líder, "pero no lo he podido hacer".
También anunció que la próxima elección general se celebrará el 14 de octubre y que hasta entonces continuará como miembro del Parlamento.
"No me voy porque crea que no podemos ganar la próxima elección, sino porque creo que podemos (ganar) y lo haremos", afirmó.
Ardern indicó que su renuncia entrará en vigor a más tardar el 7 de febrero y que la bancada laborista escogerá un nuevo líder en tres días.
El viceprimer ministro, Grant Robertson, indicó que no se postulará al cargo.
Ardern aseguró que no hay ningún secreto detrás de su renuncia. "Soy humana. Damos todo lo que podemos hasta que llega la hora. Y para mí llegó la hora".
"Me voy porque con un trabajo tan privilegiado hay una gran responsabilidad, la responsabilidad de saber cuándo eres la persona indicada para liderar y cuándo no", sostuvo.