"Mi padre murió en la guerra del Yom Kippur", dijo a Reuters la fotógrafa Miri Pinchuk, de 53 años. "Dio su vida por este país, porque fue criado también con la creencia de que iba a ser una democracia".
Las propuestas darían al Gobierno el control en la práctica sobre el nombramiento de los jueces del Tribunal Supremo y permitirían al Parlamento anular muchas decisiones del tribunal.
El proyecto ha provocado una de las mayores crisis internas de la historia reciente de Israel.
El Gobierno acusa a los jueces de usurpar cada vez más el papel del Parlamento, y afirma que la reforma es necesaria para restablecer el equilibrio entre el poder judicial y los políticos elegidos.
Los críticos afirman que eliminará los controles y equilibrios vitales que sustentan un Estado democrático y otorgará un poder sin control al Gobierno.
Hay una frase de la Biblia, en el lamento de David, que dice: "Cómo cayeron los héroes". Y en realidad, la pregunta ahora es, en lugar de '¿Cómo cayeron los héroes?', '¿Para qué?'", dijo a Reuters el abogado David Gilat, de 63 años.
Una encuesta publicada el viernes por la radiotelevisión pública israelí reveló que los planes son profundamente impopulares, ya que el 53% de los encuestados cree que perjudicarán al país.
Además, el 60% de los israelíes afirmó que el Gobierno no les representa y el 48% cree que la situación del país seguirá empeorando.
En el centro de Tel Aviv, por decimosexta semana consecutiva, las multitudes se congregaron en una muestra de desafío contra unos planes que consideran una amenaza existencial para la democracia israelí.
Los manifestantes ondeaban las banderas azules y blancas israelíes que se han convertido en un distintivo de las protestas de los últimos tres meses.