Ius soli o Ius sanguini:
¿cómo se determina la nacionalidad de una persona?
Aunque es un derecho fundamental, cada Estado es libre de establecer los requisitos para otorgar la nacionalidad. Esta puede darse por nacimiento o por naturalización.
El derecho a la nacionalidad está reconocido en numerosos convenios jurídicos internacionales, entre ellos la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) , que en su artículo 15 estipula que “toda persona tiene derecho a una nacionalidad. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad”.
La nacionalidad por nacimiento se puede determina por dos criterios: ius soli o ius sanguini.
De acuerdo el criterio ius soli, la nacionalidad de nacimiento de una persona se determina por el lugar donde ella misma ha nacido.
En cambio, bajo el criterio ius sanguini la nacionalidad de un sujeto se establece con base en la nacionalidad de sus padres.
¿En qué países se reconoce cada criterio?
Además de en Estados Unidos, actualmente hay otros 29 países que conceden la nacionalidad automática a cualquiera que haya nacido dentro de sus límites, excluyendo tan solo a los hijos de diplomáticos extranjeros y a los de hijos de fuerzas enemigas ocupando el país.
Estos países son: Antigua y Barbuda, Argentina, Barbados, Belice, Brasil, Canadá, Chad, Chile, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Fiyi, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, Lesoto, México, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Uruguay y Venezuela.