Los habitantes de Kiev afirman sentirse "muy felices" por la rebelión de la milicia rusa Wagner y confían en que ese motín debilite a las tropas rusas y favorezca la contraofensiva para recuperar territorios perdidos desde el inicio de la guerra.
"Esperaba algo, pero no tan rápido y no aquí. Pensé que todo comenzaría después del final de la guerra, pero comenzó antes y es algo muy bueno", asegura Ilya Tsvirkoun, de 21 años, entrevistado por la AFP en el centro de la capital.
El presidente ruso, Vladimir Putin, "va a tener que retirar algunas tropas porque necesitará ayuda allí y de repente será más fácil para" las fuerzas ucranianas, estima el joven.
Las tropas de Kiev iniciaron a principios de junio una ofensiva en el sur y el este del país para liberar territorios ocupados por Rusia.
Otro residente de Kiev, Bogdan Teodorovski, de 19 años, considera "muy divertido" que el jefe de la milicia Wagner Yevgueni Prigozhin se rebelara contra las tropas regulares rusas.
"Todo lo que tenemos que hacer es observar la batalla entre el ejército ruso y el grupo Wagner. Espero que nos dejen en paz y se enfrenten entre sí", dice a la AFP.
María, de 22 años, pensó primero "que se trataba de una especie de acuerdo entre el ministerio de Defensa (de Rusia) y Wagner, para desviar la atención de nuestra contraofensiva y reforzar sus efectivos", explica.
Los moscovitas, por su parte, expresaron el sábado su malestar o tacharon de teatro político el enfrentamiento entre el Kremlin y los mercenarios de Wagner, que habían prometido avanzar hacia la capital en una "marcha de la justicia" para criticar el desarrollo de la guerra en Ucrania.