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Los ucranianos 'felices' por la crisis en Rusia

Los habitantes de Kiev afirman sentirse "muy felices" por la rebelión de la milicia rusa Wagner y confían en que ese motín debilite a las tropas rusas.
sáb 24 junio 2023 07:33 PM
Ucrania
Han pasado 16 meses desde que las tropas del Kremlin invadieran Ucrania.

Los habitantes de Kiev afirman sentirse "muy felices" por la rebelión de la milicia rusa Wagner y confían en que ese motín debilite a las tropas rusas y favorezca la contraofensiva para recuperar territorios perdidos desde el inicio de la guerra.

"Esperaba algo, pero no tan rápido y no aquí. Pensé que todo comenzaría después del final de la guerra, pero comenzó antes y es algo muy bueno", asegura Ilya Tsvirkoun, de 21 años, entrevistado por la AFP en el centro de la capital.

El presidente ruso, Vladimir Putin, "va a tener que retirar algunas tropas porque necesitará ayuda allí y de repente será más fácil para" las fuerzas ucranianas, estima el joven.

Las tropas de Kiev iniciaron a principios de junio una ofensiva en el sur y el este del país para liberar territorios ocupados por Rusia.

Otro residente de Kiev, Bogdan Teodorovski, de 19 años, considera "muy divertido" que el jefe de la milicia Wagner Yevgueni Prigozhin se rebelara contra las tropas regulares rusas.

"Todo lo que tenemos que hacer es observar la batalla entre el ejército ruso y el grupo Wagner. Espero que nos dejen en paz y se enfrenten entre sí", dice a la AFP.

María, de 22 años, pensó primero "que se trataba de una especie de acuerdo entre el ministerio de Defensa (de Rusia) y Wagner, para desviar la atención de nuestra contraofensiva y reforzar sus efectivos", explica.

Los moscovitas, por su parte, expresaron el sábado su malestar o tacharon de teatro político el enfrentamiento entre el Kremlin y los mercenarios de Wagner, que habían prometido avanzar hacia la capital en una "marcha de la justicia" para criticar el desarrollo de la guerra en Ucrania.

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"Es aterrador"

El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, aliado del presidente Vladimir Putin, declaró que estaba en vigor un "régimen antiterrorista", antes de que el líder de la milicia privada Wagner anunciara que sus combatientes darían marcha atrás para evitar el derramamiento de sangre.

Yevgeny Prigozhin había dicho que quería derrocar a la cúpula del ejército y "restablecer la justicia", mientras que Putin había prometido aplastar el motín.

Un moscovita que se identificó como Nikolai y se negó, al igual que otros, a dar su apellido, vio cómo los militares tomaban posiciones para proteger la ciudad.

"Es aterrador, por supuesto, te sientas en casa pensando en lo que puede pasar", dijo a Reuters. "Es inquietante, tanto para ti como para tus seres queridos".

A algunos residentes les resultaba difícil comprender la magnitud de los acontecimientos.

"Es una noticia muy dura, realmente inesperada. Acabo de volver de la universidad. Acabo de hacer mi último examen, y la noticia ha sido realmente inesperada, ya que estaba preparándome (para el examen) anoche", dijo Vladimir, un estudiante. "No sé cómo reaccionar. Todavía no lo he asimilado".

En la Plaza de la Independencia de Kiev, abarrotada de residentes que disfrutaban de un paseo, Natalia Tanich, de 48 años, reconoció cierto placer al observar la crisis en Rusia.

"Me divierte lo que ocurre en Rusia. El inevitable conflicto entre Prigozhin y Putin era de esperar", dijo. "No sé qué puede salir de él. Pero deseo que se peguen un tiro y mueran".

"Confío en nuestro presidente"

En Járkov, la segunda ciudad más poblada de Ucrania y que ha sido sometida a frecuentes bombardeos desde la invasión, Ivan dijo que el enfrentamiento era consecuencia de la volatilidad de la política y de la prolongación del conflicto.

"La situación se comprimió tanto en Rusia que se volvió desesperada. Considero que lo ocurrido es un acontecimiento natural. Influirá en la guerra, pero creo que no acabará en un día. Tendremos que aguantar un poco", afirmó.

En Moscú, bajo el alcalde Sobyanin, el Estado ha gastado ingentes cantidades para transformar la ciudad en un escaparate urbano con una delincuencia relativamente baja. Muy lejos de la monótona época soviética y de la década de 1990, cuando estaba plagada de asesinatos por encargo o, posteriormente, sufría los ataques de los separatistas chechenos.

Una mujer llamada Galina dijo que pensaba que lo que estaba ocurriendo era una especie de "provocación".

"No me asusta en absoluto", dijo. "Confío en nuestro presidente y en nuestro pueblo".

Con información de Reuters y AFP

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